Como recordarán mis lectores, la semana pasada dediqué mis comentarios al resultado de las mismas, que resumía en una contundente victoria del Partido Popular a todos los niveles: europeo, nacional, autonómico, castellano-leonés, y vallisoletano, tanto a nivel provincial como municipal.

Como suele ocurrir en todas las elecciones, cada uno hace su lectura particular y trata de interpretar el resultado como una victoria de los suyos, con la excepción de SUMAR, que ha vuelto a tener un resultado decepcionante en su carrera descendente hacia su desaparición total. Yolanda ni siquiera se atrevió a comparecer en la noche electoral y a las 24 horas se inventó una semidimisión, pero no del gobierno, que es de lo que come y vive, sino de ese pseudo partido, donde en principio se supone que no cobra.

Hay que reconocer que resultaron harto sospechosas las papeletas atribuidas provisionalmente a Junts en mesas electorales muy lejos de Cataluña y en localidades en las que no se conocían grupos de ciudadanos catalanes. Las sospechas de “pucherazo” difundidas por las redes fueron atribuidas a errores de transcripción o de transmisión.

Pero vamos a saltar del escenario español al europeo, donde como hemos dicho, también se produjo la victoria de los populares, y como se señalaba en casi todas las encuestas se produjo un crecimiento notable del voto de centro derecha.

Y, efectivamente, en la Unión Europea también se impuso el Partido Popular Europeo, que alcanzó los 189 escaños, 7 más que el año 2.019. Los socialistas se quedaron en 135 escaños, 19 menos que en las anteriores elecciones. El tercer grupo fue el de la Renovación Europea que consiguiendo 79, perdió 29 respecto a los que tenía, y todos los demás grupos, CRE, ID, LOS VERDES, NI, (los no inscritos), y LA IZQUIERDA, perdieron un total de 53 escaños, mientras que en grupo de las nuevas incorporaciones aparecen nada menos que 52 diputados.

Como lo más llamativo habría que señalar el resultado en Francia, donde barrió la ultraderecha de Le Pen, a lo que respondió inmediatamente el presidente Macron disolviendo la Asamblea y convocando elecciones, algo que ha sorprendido a los propios franceses y veremos qué consecuencias trae para él.  En Alemania, el partido más votado fue la CDU que con sus casi 12 millones de votos mantuvo sus 29 escaños, seguido de la AfD, de extrema derecha, que obtuvo 15 escaños superando en 4 el resultado del 2.019, seguido por detrás por los verdes, que pasaron de 21 a 9, la SPD. La FDP repite sus resultados y La Izquierda pierde 2 de los 5 que tenía. En Italia el partido de Giorgia Meloni, “Hermanos de Italia”, gana las elecciones con un 28,3% de los votos, con lo que la presidenta italiana refuerza su popularidad, y los restantes partidos de la derecha italiana mejora sus posiciones.  Obviamente no podemos analizar el resultado en cada uno de los 27 estados de la Unión. Basta decir que de los 720 escaños en litigio, el PPE obtiene 189, ganando 7, los socialistas consiguen 135, perdiendo 19, Renew Europe llega a los 79, perdiendo 29, el CRE alcanza los 73 sumando 11, ID (Identidad y democracia) consigue 58, perdiendo 15, LOS VERDES perdiendo 21 se quedan en 53, los No Inscritos se quedan en 45, perdiendo 12, La Izquierda en 36, perdiendo 5 y las nuevas incorporaciones suman 52.

En definitiva, un viraje importante del Parlamento Europeo hacia la derecha, lo que hace prever una Comisión con una composición similar a la anterior, aunque la importancia de Meloni se hará notar. La actual presidenta, Ursula von der Leyen, aspira a repetir y populares y socialistas pretenden presidir el parlamento y a día de hoy los populares pretenden dividir el mandato en dos periodos de dos años y medio. El tema está sin cerrar. Por cierto, se dice que la número uno de las listas del PSOE y todavía vicepresidenta Tercera del Gobierno ni siquiera recogerá el acta de diputada, pues a o que aspira a conseguir una comisaría de ambiente. No os suena a engaño electoral?

Y para rematar estos comentarios sobre las últimas elecciones celebradas en nuestro país, os invito a comparar el resultado en las distintas circunscripciones electorales españolas, en las elecciones municipales, generales y europeas.

Personalmente siempre he defendido que el elector suele votar las siglas, especialmente cuando las ve lejanas, como las europeas, lo cual es un profundo error, pues buena parte de las decisiones de gobierno en cada país se derivan de las directrices emanadas de Bruselas. Y como además en estas elecciones el país es la circunscripción única, la mayoría de los electores ni siquiera conocen a los integrantes de las listas aún de su propio partido.

Por el contrario, al decidir el voto en las municipales, el elector analiza cuidadosamente quienes son los aspirantes a integrar el gobierno municipal y muy especialmente quien aspira a ser el alcalde, y si el aspirante es el alcalde que termina mandato y pretende renovar, analiza su labor en los años en que gobernó el municipio. Por decirlo claramente, el voto municipal es sólo en parte un voto de partido, y no es el primer caso, especialmente en los pequeños municipios en los que una misma persona es reelegida para alcalde por dos o tres partidos distintos. Y si alguien lo duda le invito a que coja las listas de las elecciones y compare el resultado obtenido por un determinado partido en las municipales, las generales y las europeas, ahora que las hemos tenido muy seguidas, y a comparar el resultado en cada una de ellas.

Si el alcalde repite candidatura y no gana votos de mandato en mandato, y se ve ampliamente superado por los votos del partido en las elecciones generales y/o europeas, evidentemente es un candidato que no suma, sino más bien, que lastra la lista y es un error empeñarse en que repita convocatoria tras convocatoria. Yo siempre aposté por los candidatos que sacan más votos que las listas autonómicas del propio partido cuando coinciden las municipales con las autonómicas, porque ese es un candidato que suma.

Y de esto algo sé, pues conozco a uno que encabezó la lista municipal de su municipio siete veces seguidas y ganó las siete veces las elecciones, cuatro de ellas por mayoría absoluta, y en todas ellas, con más votos que las listas autonómicas de su propio partido.  Cuando el resultado es parejo en las distintas elecciones, el candidato a la alcaldía es neutro, pero cuando las diferencias son notables en contra del candidato a la alcaldía como consecuencia de su gestión anterior, el partido debe hacérselo pensar, aunque sea pedir peras al olmo.

Y la semana que viene, hablaremos del fiscal general del gobierno y del Tribunal Constitucional de Conde Pumpido. Seguro que nos vamos a divertir… por no llorar.

Hasta el viernes que viene,