Hace siete meses dedicaba mis comentarios de los viernes al soterramiento del ferrocarril en Valladolid.

En un momento de la máxima actualidad por la celebración a petición del grupo socialista de un Pleno Extraordinario de la Corporación Municipal para tratar, una vez más, del soterramiento del tren a su paso por la ciudad y la llamada por los socialistas integración en superficie.

Por no repetirme remito al lector al Español, medio digital en el que publico mis comentarios una vez que los he leído en la Cope, y que están al alcance de quien tenga interés en el tema.

En resumen, recordé que el tema no era un problema ideológico, pues fue iniciado por un alcalde socialista, después lo defendí yo y puse en marcha el concurso, que por cierto ganó uno de los más prestigiosos estudios de arquitectura del mundo, el dirigido por Richard Rogers.

Y quien fue candidato a la alcaldía por el partido socialista prometió ante notario que si alcanzaba la alcaldía el soterramiento sería una realidad, (debía tener muy claro que iba a perder), y en las siguientes elecciones, que también perdió, prometió hacer una consulta popular al respecto.

Algo que tampoco hizo a pesar de alcanzar la alcaldía con los votos de VTLP, haciéndole pasar "de perdedor a ganador", terminó con el que debió decir al referirse a sí mismo, al debatir con Feijóo en un pleno memorable del Congreso.

Y si alguien tiene alguna duda sobre el no carácter ideológico en Valladolid de la operación ferroviaria, aquí ha surgido una plataforma muy activa en defensa del soterramiento, liderada por quien fue un buen subdelegado del gobierno socialista, Cecilio Vadillo.

En aquel Pleno Municipal Extraordinario el portavoz socialista calificó de inviable el soterramiento y defendió una supuesta integración que llenaba de túneles la ciudad, algo que no concuerda con el 'urbanismo de género" que predican las izquierdas, y que en todo caso no elimina la barrera ferroviaria que divide en dos la ciudad.

Como es habitual en este personaje me acusó de todos los males y preguntó dónde están los dineros de la SVAV , ignorando que las decisiones de esta sociedad se toman por unanimidad y además el gerente de la misma siempre ha sido nombrado por el ministerio.

Pero los concejales de VTLP hicieron valer sus votos, que auparon al sillón de la alcaldía a quien había perdido las elecciones, y el no al soterramiento no es negociable. En cualquier caso quiero agradecer la defensa que de mi gestión y de mi honradez hicieron en aquel Pleno tanto el alcalde Jesús Julio Carnero como la teniente de alcalde, Irene Carbajal.

El debate fue interesante, y el portavoz socialista preguntó dónde estaban los dineros del crédito que solicitó la SVAV por acuerdo unánime de los 12 integrantes de su consejo de administración, ocultando que se había soterrado el tren en el Pinar de Antequera.

El desvío de mercancías estaba muy avanzado en su construcción y Valladolid y Renfe disponen de los talleres ferroviarios más grandes y más modernos de Europa.

A pesar de lo cual, me denunciaron por la firma de las célebres "confort letter", que no avales, supuesto delito del que fui absuelto por unanimidad de los magistrados de la Audiencia Provincial y posteriormente por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

Como premio, Rafael Guerra, el abogado que fue llevado al Ayuntamiento por Óscar Puente y puesto al frente de la Asesoría Jurídica en la que yo había respetado al equipo que heredé del alcalde Bolaños, se lo ha llevado con él al Ministerio.

Por cierto, en aquel Pleno Extraordinario comparecieron las 12 asociaciones que lo solicitaron y tan sólo una, CCOO, lo hizo en contra del soterramiento, lo que explica su negativa a realizar la consulta popular.

La crisis inmobiliaria y la decisión de los responsables socialistas del Ministerio de Fomento, Pepiño Blanco y Matilde Fernández, decidieron paralizar la operación ferroviaria en Valladolid, cosa que no hicieron con otras operaciones ferroviarias similares.

Y la actualidad del tema del soterramiento viene de la mano de la presentación por el alcalde Jesús Julio Carnero, de un proyecto de soterramiento hecho con muros pantalla y no con tuneladora, redactado por una consultora madrileña, Eficia.

Que estima el coste por este procedimiento en 565 millones y una duración de la obra de seis años, frente a los 1.570 del estudio presentado por el ministerio y a los 17-19 años de duración de la obra.

El estudio fue remitido por el Ayuntamiento al Ministerio y la respuesta del ministro exalcalde de Valladolid ha sido una de descalificación absoluta. Algo muy en el estilo de Óscar Puente.

En fin, en mi columna del pasado 15 de marzo terminaba diciendo: "Y no digo aquello de colorín colorado... porque me temo que esto no se ha acabado. A lo sumo se ha acabado el cuento de la integración en superficie".

Y por lo que se ve, tenía toda la razón. Sólo me resta animar al gobierno municipal a seguir adelante con el proyecto urbanístico más importante para Valladolid, y que, por una vez, en el Ministerio recuperen la cordura. Que así sea.