Frenazo en seco a la sepsis
Científicos del Grupo de Investigación Biomédica en Sepsis (BioSepsis) del Hospital Clínico Universitario de Valladolid/IECSCYL, del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid y del Hospital Universitario de Salamanca han descubierto y validado que la combinación de dos biomarcadores, la procalcitonina (PCT) y los niveles de expresión génica de HLA-DRA, que se pueden obtener mediante un análisis de sangre, mejora la detección de sepsis en pacientes quirúrgicos, lo que suponía un gran desafío. El trabajo ha sido publicado en la revista del grupo Nature ‘Scientific Reports’.
El reconocimiento temprano de la sepsis en estos pacientes quirúrgicos supone en la actualidad un importante reto para los especialistas. La sepsis es una enfermedad muy grave que aparece como por una respuesta inadecuada del organismo a la infección en sujetos predispuestos. Según datos de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), se producen unos 50.000 casos al año en España y cerca de 17.000 muertes, siendo una de las principales causas de mortalidad en los países desarrollados.
“Y se trata de datos conservadores”, subraya en declaraciones a DiCYT Jesús Bermejo, responsable del Grupo BioSepsis. “La sepsis cada vez afecta a más personas, ya que la esperanza de vida ha aumentado mucho y la enfermedad se presenta frecuentemente en pacientes mayores y personas con patologías crónicas, como diabetes, hipertensión o enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, detalla.
La sepsis produce fallos en los órganos y se desencadena rápidamente. Por ello, los especialistas tienen que tratarla con premura, ya que la evolución del paciente depende mucho del tiempo que pase hasta que se detecte y se inicie el tratamiento: eliminar si procede el foco de infección, administrar antibióticos y mantener las constantes vitales.“Por cada hora de retraso en el inicio del tratamiento hay un 10 por ciento más de posibilidades de mortalidad”, advierte el investigador.
No obstante, la detección de la enfermedad se complica en los pacientes que han sido sometidos a cirugía, ya que la inflamación que causa la sepsis puede confudirse con la inflamación propia de la intervención quirúrgica. Para ayudar a los especialistas a detectarla lo antes posible, los investigadores buscan biomarcadores, es decir, moléculas cuya expresión o bien es muy elevada o bien es muy reducida en los pacientes con sepsis.
“Hemos combinado dos biomarcadores, un marcador de inflamación que se utiliza habitualmente en los hospitales junto con los signos clínicos y otras pruebas para identificar sepsis, la procalcitonina (PCT), y uno que mide cómo está el paciente inmunológicamente, la expresión de HLA-DRA. Con esta combinación hemos conseguido mejorar un 7 por ciento la sensibilidad del método”, apunta Bermejo.
El estudio desarrollado ha constado de dos grandes partes. En la primera, llevada a cabo sobre una cohorte de 154 pacientes quirúrgicos (101 con sepsis y 53 sin infección) procedentes de los dos hospitales de Valladolid, se descubrió el potencial de la combinación de ambos biomarcadores. En la segunda, en la que se añadieron pacientes del Hospital Clínico de Salamanca, se confirmó la validez de esta estrategia.
“Este es un ejemplo de que desde Castilla y León, y desde la Sanidad Pública, se pueden realizar investigaciones punteras sobre problemas de primer orden, como es la sepsis. Para seguir avanzando en esta línea hemos creado el grupo BioSepsis que busca responder a las necesidades de los médicos que tratan a estos pacientes y necesitan detectar y gestionar mejor la enfermedad”, concluye.