La Iglesia prohibirá a Pablo de Rojas permanecer en el monasterio de las Clarisas de Belorado, así como acceder a alguno de los inmuebles de propiedad de la comunidad religiosa. Una postura que también adoptarán con José Ceacero y con cualquier otra persona vinculada a la Pía Unión de San Pablo Apóstol.
Por su parte, las monjas de Belorado serán requeridas para que expresen su voluntad de continuar o no perteneciendo a la Iglesia católica, transcurrido un tiempo prudencial.
Ahora bien, cabe destacar que la renuncia expresa y pública de abandono de la Iglesia católica las situaría al margen de la comunión eclesial y conllevaría el inicio del procedimiento canónico correspondiente. "La consecuencia prevista por el Derecho canónico, en caso de no deponer su decisión, concluiría con la declaración de excomunión latae sententiae, que lleva consigo la expulsión de la vida consagrada".
Así lo ha anunciado el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en una rueda de prensa celebrada en la mañana de este miércoles y en la que, más allá de expresar su confianza "en que no sea necesario llegar a este extremo" y en que las hermanas "reconsideren su decisión y encuentren el camino de retorno a casa, también ha confirmado que la Santa Sede le ha nombrado Comisario Pontificio ad nutum Sanctae Sedis, de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio.
De este modo, le ha otorgado "todos los derechos y deberes que el Derecho universal de la Iglesia y el Derecho propio del Instituto atribuyen al Superior Mayor y a su Consejo, incluida la representación legal en el ámbito civil".
Según ha explicado el arzobispo, se trata, por tanto, de un nombramiento que le sitúa a los mandos de los monasterios, que le concede el poder para "llevar la organización y tomar todas las decisiones patrimoniales, administrativas y de vida religiosa oportunas", y que se ha producido este mismo 29 de mayo, coincidiendo con la expiración del nombramiento de Sor Isabel como abadesa del monasterio de Santa Clara de Belorado y del de Derio.
"A última hora de la tarde de ayer se remitió un burofax a Sor Isabel comunicándole el fin de su mandato y el nombramiento del Comisario Pontificio con efectos inmediatos, pero no hemos tenido respuesta", ha aclarado el arzobispo.
Este, a su vez, ha anunciado que él, por su parte, ha decidido nombrar una Comisión Gestora "para el desempeño de este encargo que la Santa Sede me ha otorgado". Y es que, este está integrado, precisamente, por las personas que le han acompañado en la rueda de prensa: la madre Mª Javier Soto, presidenta federal de la Federación de las Hermanas Clarisas de Ntra. Sra. de Arantzazu, a la que pertenecen los monasterios Belorado, Orduña y Derio; la hermana Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de las Hermanas Clarisas de Ntra. Sra. de Arantzazu; Donato Miguel Gómez Arce, vicario judicial de la archidiócesis de Burgos; y Rodrigo Sáiz García, director del Departamento de Asuntos Jurídicos del Arzobispado de Burgos.
Así, mientras las dos primeras se encargarán de "velar por el cuidado de la comunidad monástica", el vicario judicial acometerá cuestiones relacionadas con el ámbito canónico, y Rodrigo Sáiz "coordinará los aspectos que conciernen al ámbito civil".
Según ha añadido el arzobispo de Burgos, todos ellos contarán con la colaboración del delegado episcopal para la vida consagrada y de los capellanes del Monasterio y, además, se pedirá la colaboración de "un desapacho profesional para la administración de los Monasterios y sus bienes, y se encargará la realización de una auditoría y un inventario".
A todo ello podría sumarse, si fuese necesario, la ayuda de despachos profesionales de servicios jurídicos, en materia civil, fiscal y penal.
Mario Iceta ha puntualizado que todas estas medidas ya han sido comunicadas al Nuncio Apostólico, al Presidente y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, al Presidente de la Comisión Episcopal Vida Consagrada, así como a los obispos de Vitoria y Bilbao.
"Diálogo" y "consenso", la apuesta Mario Iceta para resolver el cisma
Durante la comparecencia, el arzobispo también ha hablado sobre las hermanas mayores. Sobre estas ha aclarado que, pese a todo lo comentado en las últimas semanas, desde la Diócesis de Burgos tienen constancia "del cuidado esmerado que les ofrecen el resto de las hermanas". Si bien, sí ha mostrado su preocupación por el hecho de que puedan no estar recibiendo la atención espiritual congruente con la fe católica "que siempre han amado y profesado". Por ello, para la Comisión se trata de "una cuestión prioritaria que habrá que abordar".
Don Mario ha aprovechado la ocasión para recordar que los monasterios y propiedades son bienes eclesiásticos que pertecen a la comunidad como entidad jurídica, por lo que, "si se llegara a decretar la supresión de los monasterios por no poder cumplir lo establecido en la instrucción sobre la vida contemplativa, todos sus bienes quedarían en el ámbito de la Federación de las Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu".
En cualquier caso, el arzobispo ha aclarado que el "diálogo", el "acuerdo" y el "consenso" tiene que ser el principal cauce para resolver este cisma. Además, ha explicado que, aunque no existe un tiempo establecido para ejecutar todas las medidas anteriormente citadas, "queremos actuar con delicadeza y prudencia, por lo que iremos dando pasos en función del feedbback". "Vamos a ir paso a paso. Si se va a usar o no alguna medida de fuerza de ámbito judicial nos lo va a decir el tiempo", ha apostillado.
Mario Iceta también ha querido dejar claro que, por el momento, no tiene "ni sospechas ni indicios" de que las monjas de Belorado hayan aprovechado este tiempo para intentar vender o alguilar algunos bienes de los monasterios que gestionan. "Al contrario, me consta que las hermanas cuidaron siempre muy bien su patrimonio y han sido muy responsables", ha admitido.
Asimismo, ha aclarado que él ha perdonado a Pablo Rojas por todos los insultos vertidos hacia su persona, aunque no descarta iniciar algún tipo de acción legal en caso de que la situación se vea agravada tras el anuncio de todas estas medidas.
Por su parte, Sor Mª Javier ha recordado que empezó a sospechar que algo estaba pasando en Belorado hace ya más de un año, a raíz de que su relación con las hermanas empezara a enfriarse "de una manera un poco extraña". Porque ella siempre ha tenido "una relación excelente" con las religiosas e incluso, con la ya exabadesa Sor Isabel, compartía una relación de amistad. "Hablé con Don Mario cuando empecé a ver que alguna cosa no funcionaba bien", ha confesado, al tiempo que ha insistido en no saber el motivo por el que las monjas de Belorado han tomado la decisión de abandonar la Iglesia católica.
Sor Carmen ha catalogado, precisamente, esta decisión como "muy dolorosa". Si bien, ha expresado que se han sentido "acompañadas y ayudadas" por la Iglesia en todo momento, algo que para ella es de agradecer, teniendo en cuenta que se trata de una situación "nueva" que nunca habían vivido. Además, ha confirmado que, desde que el cisma salió a la luz, no han tenido ocasión de hablar con ninguna de las religiosas de Belorado.
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