Julio Jiménez (derecha) posa en la puerta del Mesón Arandino junto a su cocinero José

Julio Jiménez (derecha) posa en la puerta del Mesón Arandino junto a su cocinero José

Valladolid

Regresa el mítico Mesón Arandino con un emprendedor de 21 años: “Hay que romper el estereotipo del gitano de mercadillo”

Las puertas del restaurante de Las Delicias se abren de nuevo: “Quiero ganarme la vida honradamente y no quedarme en el sillón esperando”, asegura el vallisoletano

15 abril, 2023 07:00

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Decir Mesón Asador Arandino en Valladolid es sinónimo de lechazo, de celebraciones en familia, de grandes reuniones de amigos en el barrio de Las Delicias, concretamente en la calle Embajadores. Durante muchos años lugarteniente del mítico cine del mismo nombre que la vía, ahora regresa con “más fuerza que nunca”. Y lo hace de la mano de un joven emprendedor de 21 años que llega para romper “el estereotipo de gitano que trabaja solo en el mercadillo, en la chatarra o que no hace nada”. Así de claras tiene las ideas Julio Jiménez, vallisoletano, de Las Delicias de toda la vida, y que no quiere “vivir de pagas”.

Por eso se ha decidido a dar el paso gracias a la ayuda de toda la familia y de sus amigos. Un gitano joven, emprendedor vecino del barrio de Aramburu quien se ha decidido por romper barreras y luchar con ilusión por emprender y abrir su propio negocio. “Quiero ganarme la vida honradamente y no quedarme en el sillón esperando”, asegura con ilusión, mientras anima a todos los gitanos y gitanas a seguir su camino.

Y aunque pensaba que los comienzos iban a ser “duros”, de momento Julio ya se ha hecho con una clientela fiel. “Pensé que iba a ir peor el inicio. El primer mes ha sido para asentarnos, el segundo para darnos a promocionar y en este tercero ya estamos muy bien”, afirma con esperanza. Jiménez sabe que es “una responsabilidad” ponerse al frente de un restaurante tan conocido en la ciudad, pero esto supone “un reto”. Tiene claro que había que intentarlo, “y ya de hacerlo a lo grande”, asegura. Sabe que el mundo de la restauración es una moneda al aire, donde puede salir cara o cruz, pero también tiene claro que “si no lo haces, nunca lo sabrás”. Además destaca que está “a cinco minutos del trabajo” porque reside en la Avenida de Segovia. Todo un privilegio.

"Sé que es complicado, pero hay que intentarlo. Y ya de hacerlo, lo hago a la grande"

Por supuesto, en la carta del Mesón Arandino no falta su tradicional lechazo y tostón, pero ahora Julio ha decidido abrir un poco más el abanico con unas “excelentes y completas” tablas de marisco, carne y mixtas. Y lo hace con precios para todos los públicos. “Soy consciente del perfil de clientes que tenemos en Las Delicias, por eso he querido que se pueda disfrutar de un buen lechazo pero también de una tabla por 24 euros y con la que comen dos personas, por 12 euros por persona vas a salir muy bien”, promociona.

Julio Jiménez posa en la puerta del Arandino

Julio Jiménez posa en la puerta del Arandino

Y es que Julio Jiménez se define como una persona “amable, de buen trato y que puede hablar de todos los temas”. Aunque tuvo que dejar sus estudios por motivos familiares en Tercero de la ESO, desde muy pequeño ha estado ligado al mundo de los fogones y de la cocina. “Me encanta y siempre he tenido muy buena mano”, dice.

Formación en negocios actuales

El ejemplo de Julio es visto con muy buenos ojos desde la Asociación Gitanos en Progreso, que recuerda que uno de cada tres gitanos son trabajadores autónomos, pero en los últimos años, la comunidad ha apostado por la formación, y por la dedicación a negocios más actualizados a la demanda del mercado. “Gracias al apoyo y trabajo comunitario de la Asociación Gitanos en Progreso del barrio Aramburu-Las Viudas y la ayuda de la administración local con proyectos de convivencia intercultural y de inclusión social llevados al cabo en la zona este de Valladolid, las personas más desfavorecidas vamos avanzando, dando pequeños pasos, pero muy importantes”, aseguran desde la asociación.