Serrada en un municipio vallisoletano que se ubica en una vaguada y que cuenta con la peculiaridad de que no puede ser vista hasta que uno llega allí. Se trata de una localidad que cuenta con una arquitectura tradicional de la zona y con una cultura que está sumamente ligada al vino, donde la mayoría de las casas cuenta con una bodega.
Los primeros datos con los que contamos del pueblo que se sitúa en la provincia de Valladolid son gracias a unas excavaciones realizadas en las que aparecieron diversos objetos que correspondían a la ocupación visigoda. En la actualidad, según datos del Instituto Nacional de Estadística, cuenta con una población de 1.128 habitantes.
Claudio Recio Minguela es un hombre de 45 años que nació en Escarabajosa de Cuéllar, una pedanía de la famosa localidad de Cuéllar, en la provincia de Segovia. Vive, en la actualidad, en La Seca, dentro de la provincia de Valladolid y está al mando, desde hace 20 meses, del Restaurante El Sarmiento, en Serrada.
Charlamos con un “hostelero por casualidad”, como él mismo se confiesa de su establecimiento hostelero con un menú del día a un precio muy aceptable y con manjares, en su carta, que suceden jornada tras jornada a sus comensales.
De la provincia de Segovia a la de Valladolid
“Es difícil definirse a uno mismo, pero, sobre todo, me considero buena persona. Un hombre que persigue sus sueños y también me confieso amigo de mis amigos. Me gusta ayudar, en todo lo que pueda, a los demás”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Claudio Recio Minguela.
El dueño del Restaurante El Sarmiento de Serrada nació en la localidad segoviana de Escarabajosa de Cuéllar, una pedanía del conocido municipio, famoso por su belleza y también por sus encierros taurinos. Un lugar mágico y digno de visitar.
“Pasé una infancia feliz. Mejor imposible. Nunca me ha faltado de nada”, explica nuestro protagonista. Un amante de los caballos y de todo lo relacionado con ellos. Romerías, reuniones, El Rocío y un largo etcétera. El motor, con los coches como protagonistas, es otra de sus pasiones.
“Me adapto a todo, siempre que la compañía sea buena. Prefiero estar tirando piedras al río con un amigo que haciendo cualquier otra cosa con alguien que no conozco”, asegura convencido Claudio.
Nuestro entrevistado afirma que en el municipio segoviano de Trescasas estuvo al frente de un Restaurante llamado La Ermita. Durante dos años. Todo antes de aterrizar en la provincia de Valladolid.
Un hostelero por casualidad
“Sinceramente, me metí en este mundo de la hostelería por un íntimo amigo que se llama Carmelo, que en la actualidad es el encargado del Restaurante Sarmiento. El profesional de la hostelería es él, yo no sé nada de este mundo”, confiesa nuestro entrevistado, que, sin embargo, también lucha para sacar el negocio adelante.
Claudio añade que fueron varias las ocasiones en las que Carmelo, un “referente del mundo hostelero de Valladolid”, como le define, le propuso “montar un negocio en el pasado”. Cosas de la vida, no se pudo concretar. Sin embargo, la magia surgió cuando nuestro protagonista le propuso llevar las riendas, de forma conjunta, del Restaurante El Sarmiento en Serrada.
“El Restaurante El Sarmiento lleva abierto cuatro años y medio. Yo cogí las riendas, junto a Carmelo, el 1 de septiembre del año 2022. No tuvimos que hacer obras porque estaba todo nuevo. Solo tuvimos que trabajar para dar el mejor servicio a nuestros clientes. También me gustaría hacer mención a Miguel, mi casero. Siempre me ha puesto todas las facilidades posibles y le estoy muy agradecido por todo”, asegura.
Un establecimiento hostelero que se ubica en la Carretera CL-610, concretamente en el kilómetro 26,5, en la salida de Serrada con dirección a Medina del Campo y que cuenta con tres comedores, además del bar y un total de seis trabajadores fijos.
Un menú del día a 12,50 euros y una carta de quilates
“Contamos con una carta extensa en nuestro restaurante a un precio de 12,50 euros con cuatro primeros y tres o cuatro segundos que cambia todos los días. Todo para que nuestro cliente pueda elegir lo que más le gusta con un amplio abanico de posibilidades. Los fines de semana no hay menús, solo carta”, señala Claudio.
En la carta podemos encontrar un poco de todo con especial atención a los asados. Pinchos de lechazo, cochinillo… pero también hay espacio para los pescados, con especial atención para el bacalao, la merluza y el tartar de atún. Los fines de semana también cuentan con rape o rodaballo, fuera de carta.
“Cuidamos mucho el producto. Nos gusta dar calidad. Lo que más pide la gente y nuestra especialidad, pasa por ser el asado y el bacalao dos texturas que es el que más gusta y que nos diferencia del resto”, apunta el hostelero.
En la actualidad cuentan con un total de casi 40 referencias en su carta y con los mejores vinos, dando especial protagonismo a los de la tierra, como no podía ser de otra manera. También celebran conciertos con música en directo y monólogos en el lugar, en otra cita para no perderse.
“No pretendo hacerme rico, solo que salgan las cuentas para vivir”
Hablando con nuestro protagonista sobre las dificultades que puede ver en el día a día por el hecho de llevar un restaurante en el medio rural, confiesa que “es más complicado que en el centro de una ciudad”. Por ello se antoja sumamente importante el buen trabajo y también el boca a boca para que todo el mundo sepa que un establecimiento hostelero existe, ya sea en el pueblo que sea, de mayor o menor tamaño.
Destaca la importancia de “contar con un buen equipo” que “da la posibilidad de seguir creciendo” y ensalza el valor del suyo. Sin embargo, nos confiesa las dificultades que está teniendo para contratar a un camarero: “No aparece nadie, pero no nos rendimos”, apunta.
“El objetivo, mirando al futuro, pasa por mantenernos. No pretendo hacerme rico, solo que las cuentas salgan para poder vivir. Me metí por casualidad en el mundo hostelero y siempre digo que el lema, tiene que ser el de tratar a la gente en el restaurante como te gustaría que te tratasen a ti. Ahí radica el éxito, desde mi punto de vista”, finaliza.
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