Una pequeña tienda, con más de 40 años de historia, que vende de todo en un conocido pueblo de Valladolid
La dueña del negocio se reinventa cada día con el fin de que su negocio continué durante muchos años más
15 julio, 2024 07:00Noticias relacionadas
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Mojados es un municipio de la provincia de Valladolid que cuenta con una superficie de 46,02 kilómetros cuadrados y con una población que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se fija en los 3331 habitantes.
Una localidad que es cruzada por el río Cega y en la que destaca un puente sobre el mismo que tiene un total de seis arcos de piedra y que fue construido en el año 1575 por Juan de Nates, bajo el mandato de Felipe II. Destacan también la Iglesia de Santa María, del siglo XIV-XV, la de San Juan del XIII-XIV, ambas de estilo mudéjar o el palacio episcopal del siglo XIV.
Allí tiene su tienda Mónica Cantalapiedra Rodríguez. De apenas 12 metros cuadrados y en la que vende de todo. Un negocio que cuenta con más de 40 años de historia, que montaron su padre, la ferretería, y su madre, la librería. Ella cogió las riendas con la jubilación de su madre en 2008.
EL ESPAÑOL de Castilla y León conoce los secretos del éxito de esta mujer, incansable y luchadora, para sacar su tienda adelante.
La vida de Mónica, una luchadora
“Me considero una persona muy creativa, en constante aprendizaje. Mi última incursión universitaria se produjo en el año 2015, cuando realicé un curso de adaptación al Grado de Comercio. Siempre que puedo me apunto a algún curso porque, como decía mi abuelo: “el saber no ocupa lugar””, asegura Mónica Cantalapiedra Rodríguez, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Nuestra entrevistada, salmantina de nacimiento, de 52 años, también es miembro del grupo de teatro La Tramoya de Mojados. En la actualidad es la tesorera de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja allí y le gusta participar y colaborar en los distintos ámbitos del municipio.
Se considera charra, aunque con la crisis económica de los años 80, su padre se quedó en el paro y como salida laboral tuvieron que acudir a Mojados para montar un negocio que tiene 42 años de vida, de los cuales, nuestra protagonista lleva 16 al frente.
“Mi infancia está dividida en recuerdos entre Salamanca, Mojados y Valladolid. Durante los primeros diez años viví en Salamanca, pero veníamos con mucha asiduidad a visitar a las familias, tanto materna como paterna. A partir de los diez años viví definitivamente en Mojados. Aquí podía disfrutar de los pinares, del río Cega y de mi pasión por los animales”, apunta nuestra entrevistada.
Un palo con la muerte de su padre y la tienda de Mojados con más de 40 años de historia
Fue a los 14 años cuando la vida le dio un gran palo a nuestra entrevistada. “Falleció mi padre por un cáncer de esófago galopante”, asegura. Es en ese momento cuando comienza a interesarse más por el negocio. Le tocó echar una mano. Ella montaba los escaparates, realizaba las compras y, junto a su madre, decidieron cambiar de productos.
“El negocio tiene 42 años de historia, pero la titularidad del establecimiento pasó a mi nombre en 2008, momento en el que mi madre, propietaria del negocio hasta ese momento, se prejubila”, asegura Mónica.
La tienda, que lleva el nombre de Cantalapiedra, el que puso el padre de Mónica y que se mantiene desde hace 42 años, está ubicada en la calle Magdalena número 21 y nuestra protagonista lo gestiona ella sola, sin más ayuda, y con una labor y un esfuerzo que resultan encomiables.
“Lo que empezó siendo un comercio mixto rural, más concretamente una ferretería-librería hoy en día es un bazar muy peculiar en el que puedes encontrar “un poco de todo”. Me voy actualizando y adaptando a las necesidades del mercado. Hoy en día sigo siendo librería- papelería, tenemos regalos peculiares. Estoy en proceso de liquidación con la ferretería, pero he introducido moda y complementos”, asegura la dueña del negocio.
El futuro
El establecimiento de Mónica es pequeño. Cuenta con solo 12 metros cuadrados, pero hasta el lugar se desplazan, todos los días, decenas de vecinos de Mojados y también turistas a los que les llama la atención un escaparate peculiar.
“Seguimos luchando. La situación del pequeño comercio es muy complicada. Si a eso le añades el ámbito rural, más. La cercanía a Valladolid tampoco ayuda. Lo veo difícil, pero seguiré luchando y reinventando el negocio si es necesario. De hecho, estoy desarrollando mi página web para llegar a más gente”, afirma.
El objetivo que se marca nuestra protagonista pasa por “seguir con la misma energía” y el deseo “el de poder continuar” con su tienda muchos años más.