Poco que destacar de la segunda novillada del Piñón de España de Pedrajas de San Esteban, donde los utreros de La Castilleja, origen Murube-Urquijo, de presentación desigual y de nulo juego, fueron carne de matadero.

Tan solo se salvó un sobrero de Álvaro Núñez, que salió tras ser devuelto por cojo un bien presentado novillo ensabanado, alunarado, capirote y facado.

Pedro Andrés

Con este sobrero¸ un animal castaño de carnes escurridas que salió en último lugar y que apenas fue picado, contentó a la parroquia el joven novillero vitoriano Pedro Andrés, haciendo una faena muy vistosa y de mucho contenido por ambos pitones. Los últimos compases fueron unos delicados naturales muy pintureros. Antes lo lució con el capote.

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Lástima que no rematara con los aceros que le jugaron una mala pasada. Dio una vuelta al ruedo.

Con el terciado que hizo segundo, un novillo desesperadamente manso, descastado, soso y parado, estuvo porfión Pedro Andrés, pero no le pudo sacar ni un pase vistoso. Mató de estocada trasera. Y el novillo recibió pitos en el arrastre.

Andrés García

El mexicano, hermano del matador de toros “El Payo”, pasó desapercibido por Pedrajas merced a su infame lote. Y por los reiterados fallos con la espada. A su primero le pudo sacar algunos derechazos estimables rematados con gran estilo. Pero la espada le fue esquiva y su labor fue silenciada tras un aviso.

Con el que hizo tercero, protestado por flojo, nada pudo hacer por la mansedumbre del animal, aunque el queretano puso una enorme voluntad por agradar al público que acudió al coqueto coso pedrajero en menos de media plaza en una tarde amenazante, pero de agradable temperatura.

Destacar a la banda de la Asociación Musical “Perindola”, que dirige el maestro Ismael Clary, por sus magníficas interpretaciones durante todo el festejo, que animó una tarde plomiza de toros, que no de toreros.

El festejo estuvo presidido por el aficionado portillano Ángel Capellán.