Toño con un suculento asado y sus sopas con costra

Toño con un suculento asado y sus sopas con costra Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

La mítica posada de un pueblo vallisoletano que brilla con su comida tradicional: ofrece grandes manjares

Toño está al frente de un establecimiento hostelero archiconocido en la provincia pucelana que triunfa con sus asados y con el arroz con bogavante, entre otros.

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La Seca es un municipio vallisoletano que pasa por ser una importante villa vitivinícola. Se denomina la ‘Cuna del Verdejo’. Esta uva es la mayor protagonista de muchas de las viñas que rodean al pueblo.

Cuenta con multitud de bodegas, también subterráneas, con la Denominación de Origen Rueda como protagonista. Además, cuenta con un interesante patrimonio material. Un buen ejemplo son sus ermitas, como la del Humilladero o la de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Está muy bien comunicada con localidades como Tordesillas u Zamora, también de Palencia o de la capital provincial vallisoletana. En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con 1.013 habitantes en la actualidad.

Además de dar un buen paseo por las calles de la localidad disfrutando de su encanto patrimonial con una buena copa de vino, allí también se puede gozar del buen comer con diversos establecimientos hosteleros que ofrecen sus delicias.

Uno de ellos es La Posada de Toño, que abrió sus puertas allá por el año 2000. EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con el dueño, Antonio Calderón Ayllón más conocido como Toño, para conocer más en profundidad su historia y la de su negocio.

La barra de La Posada de Toño en La Seca con suculentos manjares

La barra de La Posada de Toño en La Seca con suculentos manjares Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Un hombre que ama su pueblo

Antonio Calderón Ayllón tiene 61 años. Es hostelero desde hace años y se considera una persona “muy familiar”. Destaca también que cuenta con un huerto con viñas a las que mima con todo su cariño.

“Soy una persona nacida en La Seca que ama su pueblo. Tengo mucho cariño al lugar que me vio nacer y soy muy feliz aquí. No me he planteado, en ningún momento, moverme de aquí y buscar una aventura fuera”, añade.

Es un hombre muy apegado a La Seca. Todos los vecinos le conocen por su buen hacer, por su trato afable y por la labor que lleva a cabo en su restaurante dando el cariño a sus clientes.

Lo hace desde que abre a las 6.15 horas y hasta que cierra a las 16.00.

Más de 20 años de historia y suculentos manjares

“La Posada de Toño abre el 5 de diciembre del año 2000. Fue después de tener en alquiler un pequeño pub en el mismo sitio. Después lo compramos y lo transformamos en mesón. Como restaurante empezamos de cero con una cocina casera que aún conservamos”, explica Toño.

Un local que se ubica en la plaza del pueblo y que cuenta con 280 metros cuadrados para que los comensales disfruten de una gran experiencia como si estuvieran en su casa. Algo que es de suma importancia.

“Ofrecemos menús a diario y especiales los fines de semana. Asamos y también hacemos, por encargo, arroz con bogavante y sopas de ajo con costra”, explica el dueño de La Posada de Toño.

Lo que más gusta a sus comensales son esos suculentos asados, también el bacalao y ese arroz con bogavante que quita el sentido.

El suculento bacalao de La Posada de Toño

El suculento bacalao de La Posada de Toño Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Un futuro con “ilusión”

Después de casi 25 años de brillante trayectoria en los que el establecimiento hostelero ha tenido que superar crisis económicas y también todos los efectos negativos que provocó el coronavirus, Toño ve el futuro con “ilusión”.

“Es un trabajo muy agradecido. Después de tantos años, los clientes son, en su amplia mayoría, asiduos. Son muchos los que nos recomiendan para poder ampliar nuestra cartera de visitantes”, explica.

Su deseo y objetivo pasa por “continuar trabajando bien” para, también, “ayudar a la economía del pueblo”.

Larga vida a La Posada de Toño.