La Iglesia española reivindica el papel "irremplazable" de los abuelos, "los que más han sufrido" la pandemia
Los obispos españoles han reivindicado el papel "irremplazable" de las personas mayores, las que "más han sufrido" la pandemia, frente a una sociedad que busca "una libertad sin límites y sin verdad", en un mensaje con motivo de la celebración el próximo 26 de julio de la Jornada convocada por la Conferencia Episcopal Española (CEE) para rezar por los afectados de la pandemia del Covid-19, en especial, por los ancianos fallecidos en residencias.
"En una sociedad en la que muchas veces se reivindica una libertad sin límites y sin verdad, en la que se da excesiva importancia a lo joven, los mayores nos ayudan a valorar lo esencial y a renunciar a lo transitorio", subrayan los prelados de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida.
Los obispos españoles recuerdan especialmente a los mayores fallecidos desde el pasado mes de marzo, cuando se decretó el Estado de Alarma por la pandemia del Covid-19, muchos de ellos en residencias y otros en sus casas, en soledad.
"Hemos podido contemplar cómo los más afectados por este virus han sido los mayores, falleciendo un gran número de ellos en residencias, hospitales y en sus propios domicilios. También, nuestros mayores, debido a las circunstancias tan excepcionales, son los que más han sufrido el drama de la soledad, de la distancia de sus seres queridos", apuntan.
Por ello, invitan a reflexionar, como Iglesia y como sociedad, que "una emergencia como la del Covid es derrotada en primer lugar con los anticuerpos de la solidaridad". También recuerdan las palabras del Papa Francisco, que invitó a "apreciar el valor de la vejez" frente a "la desorientación social y, en muchos casos, la indiferencia y el rechazo que las sociedades muestran hacia las personas mayores".
En todo caso, los obispos españoles señalan que "no basta contemplar el pasado, aunque haya sido en ciertos momentos muy doloroso" e invitan a "pensar en el futuro", un futuro, en el que, a su juicio, los abuelos tienen "un papel irremplazable".
"Conscientes de ese papel irremplazable de los ancianos, la Iglesia se convierte en un lugar donde las generaciones están llamadas a compartir el plan de amor de Dios, en una relación de intercambio mutuo de los dones del Espíritu Santo. Este intercambio intergeneracional nos obliga a cambiar nuestra mirada hacia las personas mayores, a aprender a mirar el futuro junto con ellos. Los ancianos no son sólo el pasado, sino también el presente y el mañana de la Iglesia", aseguran.
Finalmente, piden no olvidar nunca aquellas palabras del Papa Francisco en las que afirmaba que una sociedad que abandona a sus mayores y prescinde de su sabiduría es "una sociedad enferma y sin futuro, porque le falta la memoria".
"Allí donde no hay respeto, reconocimiento y honor para los mayores, no puede haber futuro para los jóvenes, por eso hay que evitar que se produzca una ruptura generacional entre niños, jóvenes y mayores", subrayan.