La pandemia reduce las muertes por accidentes de tráfico a mínimos históricos en la Comunidad
La drástica caída del volumen de tráfico registrado en las carreteras de la Comunidad como consecuencia de los efectos de la pandemia redujo la siniestralidad mortal a mínimos históricos en 2020. Castilla y León cierra el ejercicio con 89 víctimas mortales en vías interurbanas, nueve menos que en 2019 y la cifra más baja de la serie histórica.
Esta reducción del 6,3 por ciento contrasta con la caída del 21 por ciento en el conjunto de España, donde de las 1.069 víctimas del pasado año se paso a 848 -datos a 21 de diciembre-. De esta forma, según los datos provisionales de la Dirección General de Tráfico (DGT) de accidentes mortales y fallecidos a 24 horas, España cerrará 2020 con el menor número de muertes en carretera desde 1960, cuando se empiezan a tener registros.
No obstante, esta reducción de las víctimas mortales ha sido menor de la esperada teniendo en cuenta de la drástica caída del tráfico provocada por la declaración del estado de alarma entre marzo y mayo para intentar frenar la expansión del COVID-19. A nivel nacional, durante el confinamiento se contabilizaron 48 víctimas mortales, frente a las 159 del mismo periodo de 2019, mientras que en Castilla y León fueron cinco, por las 9 de entre el 15 de marzo y el 9 de mayo del 2019.
El descenso de víctimas es generalizado en todas la comunidades a excepción de Castilla-La Mancha donde la siniestralidad aumentó y el número de fallecidos se elevó hasta los 79 (+15). Por el contrario, Cataluña fue la comunidad donde más disminuyeron las muertes en el asfalto y acumula 102, lo que supone 71 menos que en 2019 (el 41 por ciento). La siguiente es Madrid, donde pasan de 79 a 44, por delante de la Comunidad Valencia con 72 fallecidos (-24).
Por provincias, Valladolid lideró las caídas con ocho víctimas menos, para un total de seis, seguida de León, que contabilizó 16, siete menos que el pasado ejercicio. También se registraron caídas en Zamora, que registró seis víctimas mortales (-5); en Ávila, donde también se contabilizaron seis (-1) y en Palencia, con cinco (-1). Mientras tanto, en Soria no se registraron variaciones y se contabilizaron seis.
Por el contrario, Burgos, con siete fallecidos más, hasta un total de 16, y Salamanca, con seis más, hasta 18, lo que la convierte en la provincia con más víctimas mortales de la Comunidad, lideraron los incrementos, por delante de Segovia con cuatro fallecidos más, hasta los diez. Precisamente, en esta provincia tuvo lugar el último accidente mortal del año el pasado 28 de diciembre, cuando un varón de de 40 años falleció sobre siete de la mañana tras la colisión entre un camión y un turismo en el kilómetro 111 de la N-601, a la altura de Martín Muñoz de las Posadas.
Dramas
Los siniestros más dramáticos en Castilla y León tuvieron lugar en verano. En el mes de julio tres mujeres fallecieron tras ser atropelladas por un turismo cuando paseaban por el arcén de la travesía de Pedrosillo el Ralo, dentro del término municipal de Gomecello (Salamanca).
Las diligencias instruidas por los agentes del Equipo de Atestados de Salamanca, apoyadas por un informe pericial elaborado por el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Guardia Civil (ERAT), determinaron que la causa principal del siniestro vial fue la distracción en la conducción por parte del conductor, que fue imputado de un delito de homicidio por imprudencia grave.
Semanas después, ya en agosto, un varón de 37 años y dos niñas de 10 y 12 años perdían la vida en accidente en la BU-733, a la altura de la residencia San Miguel del Monte de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, donde colisionaron de forma frontal dos turismos.
Con anterioridad, el 2 de marzo, dos personas fallecieron y una resultó herida de gravedad tras la colisión frontal de un turismo y un furgoneta en la N-VI a la altura de Navas de San Antonio (Segovia). Las víctimas fueron Jesús Velasco López, voluntario de la Agrupación de Protección Civil de El Espinar durante muchos años, y su padre.
Once días después, en la N-234, a la altura de la localidad burgalesa de Revillarruz, fallecieron dos mujeres. El suceso se produjo cuando el turismo en el viajaban se salió de la carretera por el lado derecho de la calzada y acabó chocando frontalmente contra una canalización de cemento. Como consecuencia del fuerte impacto fallecieron la acompañante y la ocupante de la parte trasera.
Entre las víctimas mortales también se encuentra un agente de la Guardia Civil de Tráfico de Salamanca, destinado en el puesto de Ciudad Rodrigo, que perdió la vida el 27 de abril como consecuencia de un accidente de tráfico que sufrió en acto de servicio al salirse de la vía con la motocicleta que conducía en el kilómetro 60 de la carretera SA-220, en el término municipal de El Maíllo.