"No, no tienen relación entre sí los eventos en Japón y Ecuador", sostiene Carlos González, sismológo del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que trabaja en la Red Sísmica Nacional. "Poco tienen en común la zona de Japón y Filipinas con la de Ecuador o Chile; veo imposible justificar de manera científica que ambos terremotos tengan algo que ver".
A pesar de que ambos superaron una magnitud 7,0 -en Japón alcanzó 7,0 mientras que en Ecuador se llegó a 7,8- y estuvieron separados por unas pocas horas, estos dos acontecimientos distan entre sí más de 14.500 kilómetros y ambas regiones se encuentran sobre diferentes placas tectónicas.
Así, mientras que el sur de Japón se sitúa entre las placas Eurasiática y Filipina, la costa de Ecuador se ve afectada por la unión de las placas de Nazca y Sudamericana.
En Ecuador, el terremoto de magnitud 7,8 del pasado sábado, con hipocentro en Pedernales (Manabí) y a sólo a 20 km de profundidad, dejó más de 350 muertos y más de 200 réplicas.
"En el caso del seismo de Ecuador, la placa de Nazca, una placa oceánica pesada, se desliza debajo del continente de Sudamérica", explica González. "Esa subducción es la que, por ejemplo, produjo en su momento el nacimiento de los Andes, y causa terremotos y la aparición de volcanes", añade.
La tensión entre placas se va acumulando poco a poco hasta que se libera, en forma de terremoto. De hecho, el desplazamiento de la placa de Nazca ha sido causante de varios megaterremotos (por encima de 8) recientes como el de Perú de 2001 o el que arrasó las costas chilenas en 2010, este último con una magnitud de 8,8.
"Es una zona muy activa, cada cierto tiempo se da un terremoto", comenta el sismólogo, "incluso hay gente que dice que ya tocaba uno, pero nadie se atreve a aventurar cuándo ni cómo ni dónde; además, en teoría, cuanto más tiempo pase entre terremotos, más grande será el siguiente, por una mayor acumulación de esfuerzos y tensiones". O bien al contrario, cuanto más frecuentes sean. menos intensos resultarán.
Cadena de seísmos en Japón
En cambio, en Japón, aunque se han dado grandes terremotos por subducción de placas como el que provocó la catástrofe nuclear de Fukushima en 2011, este último temblor, que sacudió la isla de Kyushu, fue consecuencia de un seísmo por choque y fricción entre la placa Filipina -más ligera que la pesada placa de Nazca- y la Eurasiática. Un total de 42 personas murieron y más de un millar resultaron heridas.
"No son placas que se estén metiendo una debajo de la otra de la misma forma, es cierto que hay cierta subducción pero no es comparable con el caso de Ecuador", aclara González. Así, se va acumulando energía a partir de la presión entre esas placas y ésta se libera en forma de terremoto.
En este caso, los sismólogos creen que varios temblores de magnitud 6 en la misma región que tuvieron lugar el día anterior al gran terremoto eran preliminares y relacionados con el evento del sábado. De hecho, los grandes movimientos sísmicos suelen llevar parejos más temblores, las réplicas.
"En cualquier caso, no se pueden predecir los terremotos", comenta Carlos González, una postura que coincide con la de otros expertos como Elisa Buforn, catedrática de Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y José Manuel Martínez Solares, jefe del área de Geofísica del IGN: los terremotos son sucesos independientes e impredecibles, por lo que los esfuerzos se centran en la prevención, o sea, en evitar daños mayores con mejores protocolos de evacuación y construcciones que, en el caso de colapsar, lo hagan de forma más segura para sus ocupantes.
"Lo cierto es que en algunos casos puede haber temblores previos, en otros no... No es fiable y no se puede alertar a la gente de que va a ocurrir un terremoto mayor cuando luego no pasa nada, pues sería un desastre para la credibilidad de los sismólogos", concluye.
No hay más seísmos
Los datos demuestran que no hay más terremotos que nunca, lo que pasa es que ahora se miden mucho mejor y algunos de ellos son noticia porque afectan a zonas pobladas.
Los principales centros de estudios geológicos indican que el número de seísmos por año es, en realidad, muy consistente. Para los terremotos entre 7,0 y 7,9 de magnitud, es de unos 15, es decir, al menos uno cada mes (como promedio).
Magnitud | Promedio anual |
8 y superior | 1 |
Entre 7 y 7,9 | 15 |
Entre 6 y 6,9 | 134 |
Entre 5 y 5,9 | 1319 |
Entre 4 y 4,9 | 13.000 (Estimados) |
Entre 3 y 3,9 | 130.000 (Estimados) |
Entre 2 y 2,9 | 1.300.000 (Estimados) |
(Fuente: Earthquake.usgs.gov)
Así pues, es posible que en ocasiones se den dos terremotos en el mismo día, en zonas distintas, por casualidad. Y hay que tener en cuenta que ambos terremotos, el de Japón y el de Ecuador, han sacudido zonas densamente pobladas: por eso han sido noticia.
En cualquier caso, los dos han sido particularmente devastadores. "Un terremoto de 7,0 en Japón, que es un país preparado para los seísmos, ha dejado más de 40 muertos, mientras que el de Ecuador, de 7,8, se ha saldado con más de 350 fallecidos. Pero se trata de una intensidad muchísimo mayor, dado que hablamos de una escala logarítmica", recuerda el experto. "Además, la costa de Ecuador no está tan preparada para un evento de esta magnitud, por eso hablamos de tantos muertos y los destrozos son espectaculares".
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