En la cafetería de un céntrico hotel de Madrid, Vicente Garrido se merienda en cuatro bocados golosos un cheesecake mientras habla de psicópatas, hombres que matan a su familia y asesinos en masa adolescentes. El profesor de la Universidad de Valencia, doctor en Psicología y especialista en Criminología, publica Asesinos múltiples y otros depredadores sociales. Los protagonistas de sus páginas tienen en común haberse ganado un lugar en la historia de la infamia cometiendo matanzas: Stephen Paddock, el tirador indiscriminado de Las Vegas; Omar Mateen, que disparó a matar en la discoteca Pulse de Orlando; o Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings que estrelló su avión en los Alpes.
Pero también Sergio Morate, que asesinó en Cuenca a su expareja Marina Okarynska y a la amiga que la acompañaba para protegerla, Laura del Hoyo ("Pobre Laura"- llegó a decir a los policías que fueron hasta Rumanía a detenerle). Y Patrick Nogueira, el joven brasileño que mató a sus tíos y sobrinos en Pioz (Guadalajara) mientras relataba cada paso del crimen por WhatsApp a su amigo Marvin. No falta Abdelbaki Es Satty, el imán que transformó a jóvenes de Ripoll interesados en el fútbol y los videojuegos en yihadistas sedientos de violencia.
¿Por qué enfocarse en el tipo concreto del asesino múltiple? ¿Hay una mayor necesidad a raíz de atentados yihadistas como el de Las Ramblas y casos mediáticos como la masacre de Pioz?
No es tanto una cuestión mediática como que se trata de un campo muy poco estudiado. Si tú miras la literatura en castellano, no creo que encuentres nada sobre el asesinato múltiple. Nunca se había hecho, y casos en los medios ya los ha habido. Tú eres joven, pero te sonarán porque los has estudiado los crímenes de Puerto Hurraco, los Galindos... Me apetecía como criminólogo. Le he dedicado varios libros al asesinato en serie, pero el asesino múltiple presenta una psicología diferente. Y me ha parecido un buen momento para que el lector interesado aprenda sobre temas muy complejos.
Porque el asesino en serie y el asesino múltiple, lo explicas en tu libro, son tipologías completamente distintas.
En un sentido técnico, un asesino múltiple es el que mata a varias personas. Por consiguiente, también puede ser un asesino en serie. Por eso yo hablo de "asesino múltiple en un solo acto" y luego lo abrevio. En general son dos perfiles diferentes. El asesino en serie vive una vida ordinaria y de pronto descubre que con un acto de violencia extrema, ejercida sobre la víctima en la que proyecta su fantasía, siente una plenitud emocional extraordinaria. Se siente por primera vez vivo. Y lo que quiere es repetirlo las más veces que pueda y morirse de viejo en la cama. Para un psicópata, el amor de una pareja, de unos padres o unos hijos no significa nada. Es su fachada. Pero planear el crimen, acechar a su víctima, llevarse recuerdos... es una cosa fabulosa, su naturaleza esencial, el objetivo de su vida.
Pero lo que llama la atención del asesino múltiple es que no tiene un 'plan B', una vía de escape tras la matanza.
Es que su salida es su relato de triunfo, una nueva identidad tras el crimen. No piensa en la supervivencia. Es la suma de tres factores: una personalidad narcisista, alguien que considera que merece lo que la vida da a los triunfadores y no lo tiene; una acumulación de agravios y humillaciones; y que la biografía que está protagonizando sea de fracaso. Cuando tu entras en una escuela o una iglesia armado, cuando matas a tus hijos y tu exmujer, decides que ha acabado la historia del perdedor y eres alguien nuevo. Porque ahora tienes poder, un poder omnímodo. El máximo que uno pueda tener en el mundo, decidir sobre la vida y la muerte de los demás. Y será un acto de justicia. Por eso el libro habla de "la gran paradoja del mal": los asesinos matan por razones morales. Se sienten legitimados: tú me has ofendido al no darme el trabajo que me corresponde, al amenazarme con separarme de mis hijos, al no querer acostarte conmigo... Me niegas mis derechos como hombre.
Los hombres siempre han matado a las mujeres porque han considerado que pretender abandonarlos es un acto de humillación.
En España el caso más frecuente de asesino múltiple no es el del tirador indiscriminado como EEUU, sino el 'familicida'.
Bueno, hay dos ámbitos. Uno es el intrafamiliar, asociado a la violencia de género. Y luego está el extrafamiliar, cuando tú estás en una banda que se dedica al robo y menudeo de drogas, discutes con el miembro de otro, vas a verle al día siguiente armado, está con sus dos primos y los matas a los tres. Eso pasa en España. Otro ejemplo. Hace unos años, en El Cabañal de Valencia, un hombre que emigró a Francia vuelve para vivir la jubilación. Se ve con 65 años con un piso heredado de su abuela, unos hijos que no quieren saber nada, una exmujer con una nueva vida... Y su vecina no para de quejarse. Así que el tipo hace estallar una bombona de gas, sale la vecina, le pega un escopetazo, se aposta en la ventana y mata a un bombero y dos de los policías que vienen a sofocar el incendio.
El asesino múltiple es, en la inmensa mayoría de casos, un hombre. Para que exista esa idea de justicia moral debe existir un refrendo social. Y esas injusticias tienen que ver con una idea de la masculinidad...
No. Lo que yo planteo es que en la sociedad hay una norma que regula todas las relaciones, que es la proporcionalidad y reciprocidad. "Si yo hago esto por ti, tú me debes dar lo que me corresponde". Si alguien te insulta, la sociedad entiende que tienes derecho a una reparación. Pero, en algunos contextos, hay un apoyo explícito al uso de la violencia para enmendar esa ofensa. Por ejemplo, la infidelidad es considerada inmoral tanto en occidente como en oriente, pero en países musulmanes eso justifica un 'crimen de honor'. Aquí, no es como para que la mates...
A eso iba. ¿No persiste una cultura en España en la que, para un hombre, no ser el amo y señor de su hogar y ver marchar a su mujer ya constituye una injuria en esos términos?
Si es lo que se han enfatizado en su familia y en su casa... Para los gitanos, en efecto, eso se considera una ofensa, y si el hombre ejerciera la violencia sería mejor comprendido por su comunidad. Lo digo porque los gitanos no van con bromas con esto, ¿sabes lo que te digo? Pero lo que quiero que entiendas es que la legitimidad moral no viene por que haya necesariamente una subcultura diciéndole que tiene que matar. Si perteneces a una banda delictiva y no devuelves el navajazo, serás un fracasado. Pero la idea de "herida moral" viene de esa norma de reciprocidad: si yo te quiero, y tú has tenido hijos conmigo, no te puedes marchar. Cogen las normas genéricas de la sociedad para las relaciones y las retuercen para encontrar una justificación a la violencia.
Pero en la época en la que yo estudiaba, a la violencia machista se la llamaba todavía "crimen pasional". Se hacía éticamente comprensible ese relato. La sociedad ha cambiado, cada vez más rápidamente.
¿Pero cuál es la diferencia? Los hombres siempre han matado a las mujeres porque han considerado que pretender abandonarlos es un acto de humillación. Hace 50, las normas e incluso la ley veían más excusable un asesinato en esas circunstancias. Eso tiene poco que ver con la sociedad actual, y a pesar de todo, sigue pasando lo mismo. El hombre que mata a su mujer y sus hijos para después suicidarse prefiere castigar lo que considera la ruptura de un pacto a seguir viviendo sin ejecutar su castigo.
¿Y si no nace del ambiente social, qué desencadena estos crímenes?
Hay que prestar atención a lo que es el amor en un sentido inmaduro. Amar de manera madura es una de las tareas más exigentes en la evolución del ser humano. Hay dos grandes tareas que definen que una persona se ha desarrollado en su plenitud. Una es el control de la ira y la violencia, y la segunda es aceptar que el amor es algo que se puede pedir, pero no exigir. Los dos son cruciales porque configuran el sentimiento de autoestima. Las dos cosas que más pueden herirte en este mundo son que yo te menosprecie como persona, y que la persona a la que tú dices amar te desprecie. Muchísima gente ha llegado a la edad adulta sin haber desarrollado correctamente esa tarea emocional. Porque es muy jodido.
En 2018 se está produciendo un pico de asesinatos de niños por violencia familiar. Un efecto de imitación es factible.
En España hay 10 suicidios al día. ¿Cuántos están motivados por fracasos y abandonos amorosos? No lo sabemos, porque no hay estadísticas, pero te digo que son un montón. ¿Y por qué? Porque tenemos decenas de miles de niños maltratados. Abusados sexualmente. Docenas de miles de fracasos escolares, que en esta sociedad de la información y la tecnología se van a considerar una mierda. La mayoría se adapta y sobrevive. El ser humano es social, tienes amigos y familiares para apoyarte, y al final te conformas. Pero entre esos cientos de miles de personas, que van muy apretados, hay una docena que no pasa por ese agujero. Y te dicen, "perdona, yo no quiero esta mierda, te voy a matar porque así no quiero vivir". No te pueden sorprender esos casos de violencia, intentan compensar con alguien a quien dominar.
Justo antes estaba haciendo el cálculo. Han muerto violentamente cuatro niños en los últimos 15 días.
¿Cuántos llevamos este año?
En verano eran diez, según denunciaba Save the Children. Así que serán una quincena.
¿Has visto en mi libro la estadística que yo tengo? [Busca la página] "Menores fallecidos a causa de la violencia familiar"... En 2015, ocho. ¿Y cuántos llevamos ahora? Es un pico. Un efecto de imitación es factible, aunque también puede ser una aberración estadística. En 2009 hay 1, y en 2010 se pasa a siete. Los estadísticos dicen con razón que no se puede juzgar hasta que haya una tendencia. Pero este año destaca. Yo entiendo que puede haber un efecto de imitación. La gente está viendo un modo de acabar con el problema.
¿De qué estamos hablando? ¿Imitación del caso José Bretón?
No, de los más recientes. El último ha sido en la Comunidad Valenciana, ¿no?
En Castellón, efectivamente. ¿Y qué responsabilidad tenemos los medios? ¿Hacemos bien en cubrir el caso como lo estamos haciendo?
Los medios no pueden obviar estos casos. Deben hablar de lo que pasa. Yo creo que habría que informar de una manera aséptica y destacar la naturaleza violenta e injusta del caso. No destacará "el hombre había sufrido depresión y había ido recientemente al psiquiatra". Lo contaría como: "Una persona mata a sus hijos como consecuencia de haberse separado de su mujer". Trataría de no glamurizar al tipo, ni excusarlo ni justificarlo. Salvo que el acto no tenga realmente nada que ver con la venganza. Por ejemplo, yo protesté sobre el crimen de Zaragoza... ¿Lo recuerdas? ¿Lo cubriste tú?
Ahora mismo no sé de cuál hablamos...
Un médico mató a su mujer y a su madre. ¡Fue hace quince días o tres semanas! Te tienes que acordar.
Perdóname, pero en serio no lo recuerdo. Cubrimos tantos...
En España no hay tantos, no seas exagerado.
Ah, sí, sí. El caso de la pediatra [Dolores Mínguez].
Fue un caso muy mediático, y rápidamente se dijo que era violencia de género. Eso es una infamia. El hombre había cuidado a su mujer, la quería muchísimo. Ese hombre sufre una depresión profunda porque cada día va perdiendo a su esposa. ¿Tú sabes lo que es el alzhéimer? ¿Ver que la mujer que adoras se va disolviendo? Tu memoria es tu identidad, tu 'yo'. Sin ella, literalmente desapareces. En un matrimonio que se quiere mucho, eso es jodido de ver. Y tienes una madre nonagenaria que requiere atención constante. De pronto te cunde el desánimo, te deprimes. Te dices, ¿qué futuro les espera? Entonces cometes un suicidio ampliado.
¿Estás entonces de acuerdo con la idea de 'suicidio por compasión'?
Suicidio ampliado. El término compasión puede ser equívoco. Por ejemplo, yo tengo una vida estupenda, mis hijos van a colegios bilingües, todos los veranos voy a esquiar a Argentina. Y de la noche a la mañana perdemos todo, y la vida deja de tener sentido. ¿Eso es compasión o es una pérdida de la esperanza?
¿Una manera de combatir estos crímenes sería desmontando el relato de triunfo del asesino?
Si esas personas han manifestado ideas o actitudes extremas de venganza y muerte, esa sería la manera más factible de evitarlo. Pero es muy difícil porque ocurre en el ámbito privado.
Pero en el ámbito del terrorismo yihadista, sí se ha conseguido identificar y prevenir cuándo alguien proyecta un asesinato múltiple.
¿Tú sabes por qué? Porque hay miles y miles de rastreos, y de todos ellos, solo uno da positivo. Debes crear una red, que es lo que tiene en España el Servicio Nacional de Inteligencia, con policías, confidentes... Esto, en el caso de la violencia contra la mujer, no se hace. Solo si has presentado denuncia. Y cuando hay indicadores externos: "Vete despidiendo de tus hijos". Entonces, alerta roja. ¿Pero y si lo pienso y no lo digo? No es como en el terrorismo, en el que me mezclo con radicales en la mezquita y escribo en Internet "el ISIS es grande". Prevenir el homicidio múltiple familiar, salvo que haya habido amenazas o comportamientos violentos antes, es complicado. Las amenazas pueden ser en falso, para acojonar: "Quiere a tus hijos porque se van rápido. Quiero decir, que crecen muy rápido". Hay muchas maneras de putear a la gente.
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