Quedan aproximadamente 500 ballenas francas en el Atlántico Norte, y en los últimos meses han muerto seis ejemplares en circunstancias inexplicadas. Como el resto de personas implicadas en su conservación, Joe Howlett estaba preocupado. Nadie como este pescador de 59 años de Campobello Island, Canadá, para conocer los peligros que entrañan las redes para estos animales. Su especialidad era, precisamente, la de liberarlas de sus ligaduras.
El lunes por la noche Howlett, co-fundador del Campobello Whale Rescue, la 'fuerza de choque' del Centro de Estudios Costeros, acudía a una llamada de alerta en el golfo de San Lorenzo. Un trabajo rutinario para el lobo de mar que afirmaba liberar "dos o tres" ballenas al año. "Soy pescador, llevo media vida pescando, y sé todo lo que hay que saber sobre las cuerdas y demás" - declaraba restándose importancia en 2013. "No es una situación aterradora, para nada" - recoge CBC News.
En su último rescate, sin embargo, algo ocurrió. Un "terrible accidente", que deja a sus compañeros "llenos de preguntas", según el también conservacionista Mackie Green. Las autoridades ha podido determinar que Howlett logró liberar a la ballena. Es el momento más delicado del rescate: el animal, que puede llegar a pesar 70 toneladas, recupera una movilidad fulgurante, y el barco debe apartarse por seguridad. "La ballena reaccionó de un modo que causó la muerte a Joe" - comunicó Steve Hachey, del departamento de Pesca.
"Era un gran pescador y era un gran hombre de familia" - lamentaba Green en declaraciones al Cape Cod Times. Las labores de rescate de ballenas se han interrumpido mientras se investiga el suceso. En homenaje, sus compañeros han compartido un vídeo que muestra a Howlett durante un rescate el año pasado. Retirar las redes que aprisionan al animal puede ser una tarea de horas: la mano experta del veterano conservacionista trabajó en este caso sin descanso durante cinco horas.
"Hemos recibido la noticia con profunda conmoción" - ha declarado el Centro de Estudios Costeros. "Hasta el final, Joe se dedicó en cuerpo y a la conservación, y ayudó a multitud de ballenas individuales a lo largo de su carrera". La institución ha recordado que la tragedia les ha sorprendido celebrando un rescate culminado con éxito el pasado 5 de julio en el que participó Howlett. "Su muerte subraya la situación crítica a la que se enfrentan las ballenas y los riesgos asociados a este trabajo".
Más de 20 consorcios componen la Red Atlántica de Rescate de Grandes Ballenas. La labor de liberar a los animales apresados en redes es considerada la más peligrosa y se reserva a los más expertos, los primary disentangler. Pese al riesgo que entraña, Joe Howlett es el primero de sus voluntarios muerto por la ballena que acudió a rescatar. "Era un héroe para todos nosotros" - afirman sus compañeros. "No nos cabe duda de que no querría otra cosa que continuásemos con su trabajo".
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