El Mediterráneo hierve y marca un récord absoluto de temperaturas: "Son más altas que en el Caribe"
Según el CEAM, 18 de los 20 valores medios diarios más altos reportados en el mar desde 1982 son de los últimos dos años.
14 agosto, 2024 02:04El pasado sábado 10 de agosto, el Mediterráneo registró una temperatura media de 28,15 ºC, la más alta desde que comenzaron los registros. No se trata de la temperatura en un punto específico ni en una hora determinada del día, sino en el conjunto de las aguas superficiales y a lo largo de toda la jornada.
Según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), 18 de los 20 valores diarios más altos reportados en el Mare Nostrum desde 1982 (cuando empezaron los registros completos) son de los últimos dos años.
Los otros dos valores pertenecen a 2018.
El meteorólogo de la Aemet Juan Jesús González Alemán apuntaba en X que "prácticamente toda su extensión ha adquirido temperaturas superficiales cálidas extremas (>90%) para la época".
En el Mediterráneo español, la boya marina de Dragonera, al oeste de Mallorca, registró un récord histórico con 31,87 ºC, superando el anterior, de 31,36 ºC, de hace dos años.
Lo del mar Mediterráneo como punto neurálgico del impacto del cambio climático en la Tierra está en su máxima expresión este verano.
— Dr JJ González Alemán (@glezjuanje) August 12, 2024
En estos momentos, prácticamente toda su extensión ha adquirido temperaturas superficiales cálidas extremas (>90%) para la época.
En estas… pic.twitter.com/29leyMJp3X
"Los meses de verano, [el Mediterráneo] se ha convertido prácticamente en un mar tropical", apunta Samuel Biener, meteorólogo de Meteored. "En las últimas semanas se están registrando temperaturas más altas que en algunos sectores del Caribe, algo impensable hace pocos años".
Este martes, el Caribe oscilaba entre los 26,7 ºC de Isla de Coche, en Venezuela, y los 32,3 ºC en Tía Juana, en el mismo país.
Biener explica que esta temperatura anómala se debe a la situación de "calor muy intenso que se vive en el Mediterráneo Central y Oriental desde hace varias semanas, que se ha extendido a la cuenca occidental desde que comenzó la canícula. Se han sucedido olas de calor y situaciones de escaso viento que favorecen el calentamiento de la superficie del mar".
La segunda mitad de agosto suele ser el periodo cuando se registran las temperaturas más altas del año, pero el extremo alcanzado este 2024 es "bastante preocupante" para el meteorólogo.
"Esto provoca que se disparen las noches tropicales junto al mar. Se convierte en un auténtico caldo y en las zonas situadas en sus orillas provoca que la temperatura se mantenga muy alta. Además, al haber menor diferencia entre la tierra y la superficie marina, la brisa es más débil, aumentando la sensación de bochorno".
Lluvias torrenciales y medicanes
Este calor, asociado a la inestabilidad atmosférica de estos días, aumenta el riesgo de lluvias torrenciales y fenómenos meteorológicos adversos.
Es una "ecuación perfecta", en palabras de Biener. El Mediterráneo es una cuenca cerrada, con una sola salida a través del estrecho de Gibraltar, por lo que el potencial de renovación de las aguas es pequeño.
Si lo juntas con zonas "con mucha pendiente y habitadas, el riesgo [de lluvias torrenciales] es alto. Es lo que hemos visto en los últimos años, con DANA más frecuentes"
El Mediterráneo ha sido calificado como mar de relativamente alta vulnerabilidad por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Es unas de las zonas donde los efectos del calentamiento global son más visibles.
En los últimos 40 años, la temperatura media ha crecido 1,4 ºC, según registra el proyecto Mediterranean Sea Surface Temperatura del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo. Desde 1997 todas las anomalías de temperaturas que se registran son por calor.
Es decir, que llevamos más de 25 años sin un periodo anormalmente frío en sus aguas.
Esto ha generado ya ciertas particularidades meteorológicas, como el fenómeno de los medicanes o huracanes mediterráneos, un híbrido entre la borrasca europea y el huracán propiamente dicho (el caribeño).
Lo positivo es que la cuenta mediterránea es pequeña comparada con la atlántica por lo que el potencial de crecimiento de los ciclones es limitado.
Los riesgos de un Mediterráneo tropical no acaban ahí. Los principales efectos de estas temperaturas se viven bajo el agua: los eventos de mortalidad masiva entre las especies marinas se han incrementado notablemente en los últimos años.
Como apuntaba a este periódico la coordinadora del Informe Mar Balear Raquel Vaquer-Sunyer, las praderas de posidonia oceánica son muy sensibles al aumento de temperatura y, en aguas poco profundas, "se podrían extinguir de forma funcional a mediados de este siglo".
Y esto será un problema porque estas praderas reducen la velocidad y fuerza de las olas, protegiendo las playas de la erosión. Sin posidonia habrá más erosión y, por tanto, menos playas.
El aumento de las temperaturas de las últimas décadas y la muerte de miles de animales marinos incapaces de adaptarse a ello deja abierta la puerta a especies invasoras, recuerda Samuel Biener.
"Con estos cambios tan bruscos, las especies autóctonas no se pueden adaptar bien y se favorece la llegada de especies invasoras tropicales".
El meteorólogo se muestra pesimista. "La situación parece muy difícil de revertir.Aunque mañana mismo se detuvieran todas las emisiones de gases de efecto invernadero, necesitaríamos muchas décadas para volver a una evolución natural de la temperatura del planeta".
"A corto y medio plazo, la situación parece que se va a mantener", sostiene. "Lo único que nos quedará es adaptarnos al nuevo escenario para poder mitigar sus efectos".