Infarto: esto es lo que de verdad importa en tu alimentación para reducir el riesgo según Harvard
Un nuevo estudio publicado en la revista 'JAMA Internal Medicine' apunta que el patrón alimentario es más importante que los nutrientes por sí solos.
18 junio, 2020 01:33Noticias relacionadas
Durante años se ha apuntado al consumo de una mayor o menor cantidad de determinados nutrientes presentes en los alimentos con el objetivo de mejorar la salud en general, sin tener en cuenta a los alimentos en su conjunto, sino a los niveles medibles de macro y micronutrientes que contenían. Sin embargo, este modelo centrado en los nutrientes, de la misma forma que el modelo centrado en las calorías, debería llegar a su fin, según la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Según su nuevo trabajo, publicado en la revista JAMA Internal Medicine, son los patrones alimentarios y no los nutrientes en especial, los responsables de mejoras en la salud en general, como es el caso de la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca.
Habitualmente, los estudios centrados en la nutrición tienden a analizar niveles de nutrientes, ya sean macro o micronutrientes, que consume cada individuo, asociando dichos consumos con una mejor o peor salud. Sin embargo, pocos estudios han intentado examinar cómo afecta la adherencia a unos patrones alimentarios saludables determinados, y su influencia sobre el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
En este caso, los investigadores dirigidos por Zhilei Shan, se centraron en las puntuaciones dietéticas de cuatro patrones de alimentación saludable: el Índice de Alimentación Saludable 2015 (HEI-2015), el Puntuaje Alterno de la Dieta Mediterránea (AMED), el Índice de Dieta Saludable Basada en Plantas (HPDI) y el Índice Alternativo de Alimentación Saludable (AHEI).
A pesar de los diferentes métodos de calificación, todos estos patrones enfatizan el consumo de granos enteros, verduras, frutas, legumbres y frutos secos, a la par que aconsejan reducir el consumo de carnes rojas, carnes procesadas y bebidas azucaradas.
Como comenta Shan, aunque cada patrón de alimentación representa una combinación de diferentes componentes dietéticos, en este trabajo se ha podido comprobar que la adherencia a un patrón en particular sí reduciría el riesgo de enfermedad cardiovascular, mejorando la salud en general.
Más de 200.000 participantes
Así pues, para evaluar las asociaciones entre los patrones alimentarios y el riesgo de enfermedad cardiovascular, los investigadores tomaron datos de 74.930 mujeres que participaron en el Estudio de Salud de Enfermeras; 90.864 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras II y 43.339 hombres del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. En todos los casos, cada dos o cuatro años, los participantes contestaban preguntas sobre sus hábitos alimenticios, incluyendo frecuencia de consumo o tamaño de raciones de diferentes alimentos.
Gracias a los datos dietéticos, que se recopilaron durante varias décadas gracias a los cuestionarios validados, se pudieron crear cuatro puntuajes dietéticos para cada participante. Las puntuaciones más altas representaban a su vez mayor adherencia a los patrones de alimentación saludable.
Y, tras ajustar los datos según factores como la edad, IMC o tabaquismo, entre muchos otros, los investigadores detectaron que una mayor adherencia a cualquiera de los mencionados patrones de alimentación saludable se asociaba significativamente con un menor riesgo cardiovascular. Por ejemplo, aquellos participantes que seguían mejor uno de los mencionados patrones de alimentación saludable podían reducir su riesgo entre un 14% y un 21% en comparación a los individuos que menor adherencia tenían por dichos patrones.
Además, también se objetivó en el estudio que los diferentes patrones alimentarios eran igual de efectivos para reducir el riesgo cardiovascular en los diferentes grupos étnicos y raciales, y también en otros subgrupos estudiados.
Según comenta Frank Hu, otro de los autores del estudio, estos datos respaldarían las pautas dietéticas actuales y la necesidad de seguir patrones de alimentación, y no un consumo de cantidades determinadas de nutrientes. Como bien recuerda, no existe una dieta única que sirva igual para todos, y es posible combinar los alimentos de muchas formas posibles, logrando adherirse a un patrón de alimentación saludable en general, siguiendo igualmente las preferencias alimentarias y tradiciones culturales de cada individuo. Lo importante no son los nutrientes, sino los alimentos.