El truco para quitarle la grasa insana al cocido y que sepa como el de tu abuela
Los guisos, ideales para calentar el cuerpo durante la ola de frío que sacude a España, pueden ser una opción sana e incluso válida para aquellos que buscan bajar peso si siguen un par de claves. También algún truquillo.
16 enero, 2021 01:06Noticias relacionadas
No hay plato que mejor siente en mitad de una ola de frío que un buen puchero o una sopita. Por suerte en España de esto sabemos un rato: cocido, fabada, lentejas, patatas con costillas, potaje, sopas… la variedad de elaboraciones sabrosas para calentar el cuerpo es bastante generosa. Pero lo cierto es que estos platos no gozan de muy buena fama en cuanto al factor salud. De ellos se dice que son comidas muy contundentes, "que engordan" y ricas en grasas saturadas, pero también es verdad que esto se puede cambiar radicalmente con un par de claves que aplicar entre los fogones. De esta forma, nuestro guiso se convertirá en un plato sano que incorporar a diario a la dieta, incluso si se busca perder peso.
En primer lugar, hay un truco para retirar el exceso de grasa que queda flotando en la parte de arriba de la olla, que aportará más calorías al plato y que le puede dar un sabor poco deseado. La clave está en el frío. Hay diferentes formas de proceder, pero todas tienen en común las temperaturas bajas, que harán que la grasa sea más consistente y más fácil de retirar. Por ejemplo, se puede utilizar una cuchara que haya estado previamente un rato dentro del congelador. Después, se retirará con cuidado la fina capa grasa que flota en la superficie de la sopa y que, al entrar en contacto con la cuchara, se endurecerá.
¿Exceso de aceites/grasas en un plato? En ebullición, las grasas se separan y es fácil solidificarlas con (en este caso), un cuenco hecho de hielo #hielo #grasa #aceite #cocina pic.twitter.com/NOG7mIKLob
— Ciencia Infusa (@ciencia__infusa) August 10, 2019
Si tienes más tiempo hay otra fórmula. Una vez terminado el guiso se deja reposar a temperatura ambiente para que se enfríe (nunca más de dos horas sin refrigerar). Después se mete en la nevera. Una horas después, la grasa se habrá vuelto consistente en la parte de arriba de la cacerola y se podrá retirar con un cucharón, siempre con cuidado de que no vuelva a caer en el caldo. Si no se tiene tanto tiempo, hay otra fórmula bastante eficaz: pasar un cubo de hielo (si es grande mejor) por la superficie del cocido. En unos segundos la grasa se quedará pegada al cubito de hielo.
Por otro lado, para que los guisos sean poco calóricos y saludables, hasta el punto de poder incluirlos a diario en nuestra dieta, hay que fijarse en cómo los elaboramos. En primer lugar, hay que prescindir de embutidos como el chorizo o la morcilla, ambas con un alto contenido alto en grasas saturadas y colesterol, también de la panceta o del tocino. Si nos ahorramos estos ingredientes también rebajaremos muchísimo el aporte calórico. Una forma light de darle sabor al guiso es usando huesos o jamón. Si se cocina con pollo, mejor quitarle la piel.
"Hay que desterrar la panceta, el chorizo y el tocino de nuestros guisos", sentenció en este texto Erika Maestro, dietista-nutricionista y colegiada del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (CODINMA). No obstante, tampoco hay que volverse loco. En el contexto de una dieta sana y equilibrada, si una vez a la semana se comen unas judías blancas con chorizo, no pasa nada. Lo ideal es que el trocito de chorizo sea de unos 20 gramos e intentar que sea lo más magro posible. Eso sí, siempre cocinar con aceite de oliva, según recomedó la experta. "Es el que mejor soporta la temperatura y el que mejor mantiene sus propiedad para cocinar".
Dicho esto, para que el puchero sea sano, hay que priorizar una buena cantidad de verduras (unos 150 gramos en crudo por persona). Después, las legumbres que frente a lo que piensa mucha gente, no engordan. Es más, se deben comer entre 3-4 veces a la semana, según las recomendaciones nutricionales, ya que se trata de un alimento con pocas calorías, que aporta al organismo proteínas de origen vegetal, fibra y aminoácidos esenciales. También se puede añadir proteína animal, en forma de pescado o carne, y un poco de hidratos de carbono, como arroz o patata, pero estos últimos sin que sean alimentos que destaque en el plato.
Si se siguen estas recomendaciones, los guisos serán platos bajos en calorías que se pueden incorporar todos los días en la dieta sin problema, incluso aquellas personas que buscan quitarse esos kilos de más después de Navidad. Además de aportar gran variedad de nutrientes, son saciantes y calentitos, o sea, una de las mejores opciones para combatir la ola de frío con salud.