Esto es lo que le ocurre a tu organismo si desayunas leche con cereales todos los días
Algunos de los cereales de desayuno que se pueden encontrar en los supermercados contienen hasta un 30% de azúcar.
20 septiembre, 2021 00:36El tándem leche con cereales es tan clásico como problemático. Está tan introducido en la cultura que resulta complicado encontrar una película o serie estadounidense en la que los niños y algunos adultos no desayunen este conjunto. Está tan extendido que, si se echa un vistazo a las producciones españolas, se puede encontrar exactamente la misma combinación. ¿Cuál es el problema?
Partiendo de la base de que los intolerantes a la lactosa no pueden desayunar este conjunto, para el resto, los lácteos no son algo imprescindible. Además, muchos de los cereales industriales son bombas de azúcar, por lo que tomar leche con cereales es más un capricho para tomar en un local situado en el barrio de moda de la capital, que un desayuno diario equilibrado.
De hecho, la guerra de los lácteos es digna de una saga de George Lucas. Estudios como el llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, han vinculado el ingerir tres o más vasos de leche al día con una mayor mortalidad. Además, la investigación desvela que un mayor consumo de leche en mujeres y hombres no se traduce en un menor riesgo de fracturas óseas. Mientras que sí se vincula con una mayor tasa de mortalidad.
Su hipótesis es que hay una vinculación entre la lactosa, la galactosa y la mortalidad. Algo semejante a lo planteado por otra investigación llevada a cabo por científicos del Hospital General del Ejército Popular de Liberación en la capital de China. En modelos animales, la exposición repetida a la galactosa (el azúcar de la leche), indujo a pérdidas de memoria, neurodegeneración y daños oxidativos.
El consumo de lácteos también puede tener otros efectos, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Los Ángeles, EEUU, como incrementar el riesgo de síndrome del intestino permeable, candidiasis y además puede afectar negativamente a la tiroides.
Para entender porqué entonces se ha vinculado tanto a los hábitos de vida saludables, dando la impresión de que es un alimento imprescindible para la raza humana, hay que indagar en la historia. En primer lugar, hay que mirar hacia la prehistoria. Al parecer, los europeos durante el neolítico no seguían aquello de los tres lácteos al día y mucho menos desayunar leche con cereales, por supuesto. De hecho, investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg en Alemania, desvelaron la ausencia del alelo asociado a la persistencia de la lactasa en los europeos del Neolítico temprano.
Algo que encaja con las costumbres del resto de mamíferos, que pierden la capacidad de digerir la lactosa después del destete, así que bien por los humanos por haber conservado esa capacidad (no todos, que hay un gran porcentaje de intolerantes, en concreto, en España, según estima la Fundación Española del Aparato Digestivo, uno de cada tres la padece). Pero esto no quiere decir que sea un alimento básico e imprescindible, como no lo es ninguno salvo la leche materna.
¿Es la leche veneno blanco? Para nada, lo que pretenden estos descubrimientos es desmitificar su consumo de forma diaria y en cantidad, fomentando una reducción del mismo. Para averiguar en qué momento comenzó este furor lácteo hay que asomarse a la publicidad estadounidense y su obsesión con la leche. Desde los anuncios de cereales de los años 50, hasta el plan Marshall en España y el ‘Got milk?’ de los 90, que contó con famosos como Rihanna, los actores de la serie Malcom in the middle, Dwayne Johnson y hasta Marilyn Manson. Esta última campaña publicitaria en concreto, sí llegó a mantener el nivel de ventas de la leche que estaba en descenso desde 1973, pero desde entonces, la curva ha seguido con tendencia descendente.
El azúcar presente en los cereales
"Hay miles de cereales de desayuno, por tanto, leer las etiquetas de estos alimentos es indispensable para elegir lo mejor y lo más saludable", explica a EL ESPAÑOL María Carmen Japaz, dietista y nutricionista. Algunos cereales de desayuno pueden llegar a contener hasta un 30% de azúcares, esto significa que en una ración de 30g de cereales, 10g son solo azúcar (equivalente a una cucharada sopera).
Según relata la experta, esta cantidad es bastante desorbitada, teniendo en cuenta que la cantidad diaria recomendada de azúcares, o más bien, el límite de consumo de los mismos, es de aproximadamente 25g al día. Entonces, sólo con el desayuno, si se toman cereales con leche, ya estaría cubierto la mitad del límite de consumo. Sobrepasar estas cifras puede tener consecuencias nefastas para el organismo. Algo constatado por un trabajo coordinado de la OCU con la World Action on Salt and Health, que revela como el 58% de los cereales de desayuno contienen niveles altos de azúcar, superiores al 22,5%.
El consumo de azúcar puede desencadenar hiperinsulinemia (una cantidad de insulina mayor de la considerada normal en sangre), que a su vez puede derivar en una pérdida renal de potasio, un nutriente imprescindible para el mantenimiento muscular. Por otro lado, varios estudios realizados en animales sugieren que el consumo crónico de azúcares refinados puede contribuir a la desregulación metabólica y cardiovascular.
Investigaciones como la llevada a cabo por Paula Moreira, de la Universidad de Coimbra, Portugal, sugieren que las dietas ricas en azúcar pueden conducir a un deterioro cognitivo, que predisponga a trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer. Algo que está relacionado directamente con la diabetes tipo 2, que es un factor de riesgo para padecer esta enfermedad, con la que además comparte características clínicas y bioquímicas similares.
"Para elegir unos cereales de desayuno, es clave buscar los integrales y naturales sin azúcares añadidos. Es preferible agregar una pequeña cantidad de canela, de estevia o de vainilla para endulzar que recurrir a los azucarados", sentencia Japaz. Los copos de avena y los copos de centeno integrales son la mejor opción para decantarse por algunos de los cereales que se pueden encontrar en el súper.