Si el paracetamol tuviera sentimientos, estaría muy deprimido estos días. Por segunda vez en menos de un año, un metaanálisis, el tipo de estudio con más nivel de evidencia, descarta que ese fármaco sea eficaz para una de las enfermedades más comunes.
Ocurrió en abril del pasado año con el dolor de la parte inferior de la espalda o lumbago; ahora, se suma la osteoartritis, una patología que puede no sonarle al lector pero que afecta nada más y nada menos que a alrededor del 20% de las mujeres de 60 años en adelante, aunque hay quien se refiere a ella con un más simple "dolor de huesos".
El segundo golpe a la autoestima del paracetamol se ha publicado en la última edición de The Lancet, que dedica incluso un editorial al hallazgo. El primero vio la luz en la revista británica The BMJ. Ambos comparten calidad de la evidencia, pero no objetivo. Mientras que el más antiguo estaba diseñado específicamente pare evaluar la eficacia del recetado medicamento -el segundo principio activo más consumido en España-, el que ha visto la luz este viernes tenía como finalidad comparar la eficacia de los distintos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs, la familia a la que pertenece el paracetamol).
Tras revisar 74 ensayos clínicos publicados, los investigadores de la Universidad de Berna (Suiza) no sólo concluyeron que el medicamento de opción para el dolor de rodilla y cadera provocado por la osteartritis era el diclofenaco, sino que establecieron la casi total ineficacia del paracetamol. "En base a los datos disponibles, no vemos un papel para este fármaco en esta dolencia con independencia de la dosis utilizada", escriben.
De los más recetados
Curiosamente, el paracetamol es uno de los fármacos más recetados para este tipo de dolor, como lo es para el lumbago, para el que ha demostrado ser totalmente ineficaz. Tiende, además, a ser consumido más a largo plazo que otros AINEs, porque tiene menos efectos secundarios cardiovasculares y gastrointestinales. Pero ¿tiene sentido seguir prescribiéndolo si, aunque haga menos daño que otros, es ineficaz?
A esta pregunta intenta responder el editorial escrito por cuatro investigadores de la Universidad de Burdeos. Y no son precisamente piropos lo que dedican los farmacológos a un medicamento que, destacan, "lleva más años en el mercado de los que la mayoría pueda recordar".
Y continúan: "Muchos pacientes pueden estar sufriendo sin necesidad por los riesgos que perciben de los AINEs y los beneficios que creen respecto al paracetamol (que pueden no ser reales)".
Previamente, subrayan que su eficacia "nunca ha sido adecuadamente demostrada ni cuantificada en las enfermedades crónicas y seguramente no sea tan grande como muchos creen". Y apuntan a un dato también conocido por la profesión médica pero que no ha calado, a tenor de los datos de consumo. Y es que la seguridad del paracetamol también ha sido cuestionada por su relativa toxicidad hepática.
Así, los autores del editorial concluyen que es necesario encontrar nuevos analgésicos para el dolor causado por la osteoartritis. Habrá que esperar a nuevos datos de consumo de medicamentos para saber si toda esta evidencia tiene efecto en lo que muchos consideran la purga de Benito, algo que la ciencia parece empeñada en refutar.
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