"Garciden SL garantiza el mantenimiento de las condiciones higiénico-sanitarias y ambientales necesarias para ofrecer un producto de calidad". Éste es el lema que se encuentra el internauta que accede a la página web de la empresa almeriense Garciden, debajo del apartado titulado "Comercialización pescado".
Sin duda, una frase poco afortunada a tenor de los acontecimientos que se iniciaron el 6 de mayo y han culminado este miércoles con la advertencia hecha pública por parte de la Agencia española de Consumo, Seguridad alimentaria y Nutrición (Aecosan). El organismo ha recomendado a a los ciudadanos que hayan comprado atún fresco desde el 25 de abril que se pongan en contacto con el establecimiento donde lo adquirieron y pregunten si el pescado ha sido adquirido a dicha empresa. En ese caso se desaconseja su consumo.
La razón: seis lotes de atún fresco distribuido como piezas completas por Garciden SL y envasado al vacío presentan niveles elevados de histamina y se han relacionado con alrededor de 40 casos -25 en Andalucía, donde la empresa tiene su sede- de intoxicación alimentaria por histaminosis, que causa a sus afectados episodios leves caracterizados por picor de garganta, rubor y sudor facial, náusea y vómitos, cefaleas y eritema cutáneo.
Los lotes afectados se vendieron entre el citado 25 de abril y el pasado viernes 5 de mayo y la fecha de caducidad es de diez días posterior a la fecha de venta. Es decir, los comercializados el último día podrían consumirse hasta el próximo lunes y pueden estar ahora mismo en los frigoríficos de potenciales consumidores.
Tanto la empresa -que ha sido cerrada temporalmente por orden de la Consejería Salud de Andalucía- como las autoridades sanitarias están colaborando en la retirada de los lotes de las pescaderías y otros establecimientos, pero el problema es sobre todo para los usuarios que lo hayan comprado y no sean conscientes de su origen; de ahí la recomendación de preguntar por el mismo.
La aparición de las histaminas está relacionada con una mala higiene en la manipulación de los alimentos y, sobre todo, con una mala conservación del pescado, habitualmente por tenerlo a una elevada temperatura durante periodos de tiempo prolongado.
Al contrario que otro tipo de intoxicaciones alimentarias -eso sí, más graves- las histaminosis se producen aunque el pescado haya sido cocinado, por lo que se recomienda no consumirlo bajo ninguna de sus formas de preparación culinaria.
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