Las terapias alternativas se han convertido en uno de los grandes males de la medicina. Estas pseudociencias, que incluyen la archiconocida homeopatía, no sólo son ineficaces, sino que provocan muertes: la de las personas que acuden a tratamientos que realmente no tienen una base científica en lugar de a la medicina basada en la evidencia, así como la de las que sufren interacciones de las mal llamadas terapias complementarias con las convencionales.
Pero lo que no se había calculado hasta la fecha era el número de muertes aproximados que puede causar este uso de terapias alternativas (TA o CAM, de sus siglas en inglés). Esto es lo que ha hecho precisamente José M. Gómez Soriano, profesor de Universidad de Alicante y doctor en Inteligencia Artificial y Reconocimiento de Formas, a partir de estudios como el realizado recientemente por investigadores de la Universidad de Yale publicado en el Journal of the National Cancer Institute, que revelaba que utilizar terapias alternativas cuando se tiene un cáncer podría duplicar las posibilidades de morir.
Pero, ¿qué significa esto en España? Gómez se ha aventurado en Twitter a calcular la gente que muere al año tras acudir a estas medicinas, un número que asusta y provoca estupor, aunque él mismo reconoce que podría no ser exacto.
Así, según los cálculos de este "escéptico crónico" (como se define) se podrían haber evitado un total un total de 22.602 muertes, si estas personas hubiesen seguido tratamientos científicamente demostrados en lugar de acudir a medicina de curanderos.
El profesor reconoce a EL ESPAÑOL que estos cálculos tienen "un importante error de base", ya que que no hablan de las personas que usan las pseudoterapias junto a las convencionales, sino las que las utilizan en vez de las convencionales para tratarse el cáncer".
Sin embargo, un estudio del Hospital Universitario de Vigo habla de un 26% de pacientes que usan pseudoterapias junto a la medicina convencional. Pero los cálculos del investigador no tendrían en cuenta a ese tipo de pacientes, quizás con mejor pronóstico porque no renuncian a los tratamientos que sí han demostrado eficacia. Aún así, las cifras, que ha desgranado en un hilo que se ha viralizado en Twitter, permiten hacerse a la idea de que el uso de pseudoterapias no es sólo una cuestión de gustos, sino que tiene un impacto directo en la supervivencia de los enfermos de cáncer.
Los cálculos
Gómez ha echado cuentas de este modo: "Sabemos que en un año concreto hubieron 228.482 diagnosticados de cáncer. Ese mismo año murieron 109.425. Esto es una tasa de fallecidos con respecto a los diagnosticados del 47,89% en un mismo año".
El resultado final: "Si los usuarios utilizando terapias alternativas mueren 109.425 y si no lo hubieran utilizado serían 86.823, podemos achacar al uso de CAM un total de 22.602".
Los que usan 'terapias alternativas' se mueren un 17% más
Asimismo, para reforzar su argumento, el profesor ha apuntado a un estudio publicado en el European Journal of Cancer. Este hace una comparación de la tasa de morbilidad (proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado) entre dos grupos: los que usan terapias alternativas (TA) junto a la medicina convencional y los que no. "Y en este estudio sale que la diferencia es de un 17%", ha explicado el doctor.
Es decir, los que usan TA se mueren un 17% más que los que no, aunque sigan con el tratamiento. "Con estos datos podríamos concluir sin duda alguna que usar TA en tratamientos oncológicos mata, ¿verdad?", se ha preguntado. "Pues el problema que tiene esto es que no compara el tipo de cáncer, ni el estadio del mismo", ha aclarado el profesor universitario.
"Por lo tanto, podría pasar que cierto número de personas de ese 17% se muriesen más porque al usar TA se retrase el tratamiento médico, con la pérdida de oportunidad terapéutica que esto acarrea o que, como pasa con la medicina ortomolecular, interfiera con la efectividad de los tratamientos médicos. Pero también puede ocurrir que de ese 17% haya una porción que lo tome cuando ya todas las vías anteriores se han cerrado y se hubieran muerto igual", ha matizado.
Gómez ha concluido que "las personas que se mueren en el primer grupo se podrían achacar al uso de TA, pero al segundo no y como no sabemos a qué grupo pertenece los que se murieron porque en el estudio no lo explican, pues solo lo podemos suponer".
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