Por qué la sexta ola de la Covid no tiene nada que ver con las anteriores pese al aumento de contagios
La atenuación del impacto hospitalario cuando los contagios se elevan a tasas similares a las de olas previas es el factor diferencial de las vacunas.
25 noviembre, 2021 06:03Noticias relacionadas
La incidencia acumulada (IA) ya no está de moda en España. La tasa de contagios de Covid-19 en los últimos 14 días ha dejado de ser el indicador más significativo del avance de la pandemia, anunciaba en la tarde del martes Silvia Cazón, secretaria de Estado de Sanidad. Para ilustrarlo, expuso la IA registrada el lunes, 132. Es el mismo dato que se publicó hace más de ocho meses, el 11 de marzo. Pero la ocupación hospitalaria por entonces era del 6,99% (8.700 pacientes) en planta y del 22,4% (2.260) en UCI. Con la misma incidencia, los pacientes Covid son ahora unos 2.000, de los que unos 400 están en Cuidados Intensivos.
Esta tasa de hospitalización, "tanto la habitual como la crítica", pasaría a ser la brújula que nos indicaría el nivel de riesgo en este "nuevo marco" descrito por la ministra de Sanidad, Carolina Darias. "No estamos igual que hace un año", insistía, resaltando los factores que nos distancian tanto de las 'olas' de 2020 como de las que azotan a día de hoy a varios países europeos: "Medidas de prevención" por un lado y "altísma cobertura vacunal" por el otro.
Estamos en los prolegómenos de lo que será, ya nadie lo duda, la 'sexta ola' de la Covid en España, pero la combinación de ambos elementos es lo que hace esperar un desenlace más incruento. Como recordaban Darias y Cazón, los vacunados con pauta completa a principios de marzo eran solo un 4%, el doble si contamos a los que habían recibido la primera dosis. Ahora roza el 90% de la población diana. El 'boom' de las dosis diarias no llegaría hasta abril; hasta ese momento, las restricciones habían sido el principal dique de contención, y la protección de la problación más vulnerable ya cambió las tornas en primavera.
Si nos fijamos en la referencia concreta de Darias y retrocedemos doce meses, a noviembre de 2020, llegamos a una situación dramáticamente diferente. Se aprobaba entonces un nuevo estado de alarma, una batería de prohibiciones que logró doblegar la curva de contagios durante la ola del pasado otoño. Pero la falta de controles específicos por Navidad más allá de las recomendaciones personales echó por tierra este trabajo y desembocó en la terrible mortandad de enero y febrero, con semanas de 3.000 muertos por Covid-19.
La cobertura vacunal demostró su potencia en verano: con medio millón de contagios mensuales, hubo unas 4.000 muertes cuando hubieran sido 19.000 con la tasa de invierno. Pero la infectividad de la variante delta incluso entre los inmunizados y la pérdida de efectividad que apremia la aplicación de las dosis de refuerzo cambia las tornas según un trabajo publicado en The Lancet. Países como Dinamarca, que levantaron todas las restricciones, dan marcha atrás y reinstauran el 'pasaporte Covid'. Preocupa todavía más nuestro vecino Portugal, con una proporción de vacunados aún mayor que la española y una IA que supera los 200.
"Cuidado con el triunfalismo"
"Yo no soy partidario de dejar de utilizar los marcadores que han funcionado durante la pandemia, aunque hay que leerlos de otra forma", valora para EL ESPAÑOL Joan Carles March, médico y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. La incidencia acumulada es una métrica indicativa no solo del dato sino "también de la tendencia", explica el especialista, que es "casi lo más importante". Es de hecho la herramienta que permite establecer comparativas de la "fotografía" de la pandemia por fecha, exactamente como hizo la propia Darias en la rueda de prensa.
¿La elevada tasa de vacunación justifica la derogación de la IA como indicador principal? "La vacuna es uno de los factores, pero no es el único", explica March en referencia a la situación de países de Europa Central. "El no poner énfasis en la mascarilla y la ventilación en interiores les ha perjudicado. La regla para todos debería ser el V.M.V.: Vacunación, Mascarilla y Ventilación". España ha cumplido en ese aspecto, pero el doctor pide tener cuidado con el "triunfalismo" en el marco actual. "Hay que poner medidas que ayuden a controlar el contacto entre vacunados y no vacunados, como el 'pasaporte Covid' en bares y restaurantes".
La temporalidad también es una de las claves, ya que concurren las aglomeraciones por las compras, los desplazamientos por festivos y las reuniones familiares. "El año pasado Baleares aumentó los contagios ya en diciembre, y empezó con el Black Friday y el puente de la Constitución", recuerda March. "Son momentos que hay que cuidar, 15 días después del puente tenemos Nochebuena. Si no se cuida este proceso en un momento de subida, como la incidencia indica ahora, podemos terminar en una situación desfavorable pese al éxito de la vacunación. Aunque no lleguemos a la situación del año pasado, no nos podemos dejar deslumbrar", concluye.