La reproducción asistida bate récords en España: uno de cada ocho nacidos lo hace gracias a este procedimiento
- Los tratamientos de fertilidad dieron lugar al nacimiento de 39.546 bebés entre el último trimestre de 2022 y los tres primeros del pasado año.
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Cada vez hay más nacidos por reproducción asistida en España. Entre octubre de 2022 y septiembre del pasado año, estas técnicas dieron lugar al nacimiento de 39.546 bebés, según el último Registro Nacional de Actividad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
Con respecto al periodo anterior, han descendido en un millar. Pero si se compara con el número de nacimientos totales, el resultado es bien distinto: nunca antes se había registrado un porcentaje tan alto en nuestro país. En 2022, un 12,25% de los nacimientos se atribuyen a la medicina reproductiva.
Desde 2014, año en el que las clínicas deben notificar sus estadísticas de forma obligatoria, ha aumentado cuatro puntos. Aunque entonces se registraron un total de 422.016 nacimientos, frente a los 322.572 que hubo entre el último trimestre de 2022 y los tres primeros de 2023. A excepción de 2020, no hay ningún año en el que haya bajado el porcentaje de nacidos por reproducción asistida.
En números absolutos, 2022 fue el segundo año desde que se tienen registros con más recién nacidos por reproducción asistida. Sólo fue superado por el anterior, cuando se registraron 40.638 (un aumento de casi el 20% en 'sólo' siete años). Aunque desde la SEF entienden que esta caída se debe a que en 2021 se llevaron a cabo los tratamientos esperados más los que se cancelaron durante la pandemia.
De condiciones a mentalidad
"Lo lógico es que siga aumentando si persiste el contexto actual", asegura a EL ESPAÑOL Juan José Espinós, presidente de la SEF. A su juicio, este incremento porcentual con respecto al total de los nacimientos es la constatación de que "la población general en España se reproduce menos. Somos el peor país en toda Europa". Es cierto que, según las últimas cifras publicadas por Eurostat, sólo Malta, con 1,08 hijos por mujer, supera la tasa de fertilidad española, que es de 1,16.
Y es que, en realidad, el número de procedimientos que se han llevado a cabo se ha mantenido entre un informe y otro. Así, si en 2021 se realizaron un total de 165.453 ciclos de fecundaciones in vitro, en 2022 apenas varió (167.195). Lo mismo sucede con la inseminación artificial, que experimenta un ligero incremento de un 6%.
"Si mantengo los mismos números, obtener un porcentaje más alto en los nacimientos por reproducción asistida significa que las cifras que han descendido son las que corresponden a la fertilidad natural", apunta Espinós. La realidad es que, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística, en 2023 se registraron 322.075 nacimientos, lo que supone casi un 30% menos que hace dos décadas.
El presidente de la SEF bromea con que podría estar "todo el día" hablando de qué debería cambiar para que la reproducción asistida no tuviera una mayor proporción del total de los nacimientos. Especialmente, porque "lo ideal sería que fuera el 0%", pues significaría que "no haría falta la reproducción asistida".
Los motivos que esgrime van más allá de su especialidad. Por un lado, cree que debería cambiar la mentalidad de los más jóvenes, quienes ahora se preguntan si tiene sentido tener una familia. Aunque también entiende que el hecho de que cada vez se formulen más esta pregunta responde a la situación actual: "Si no se favorece el acceso a la vivienda o al trabajo, tampoco se hace lo propio con el deseo de tener un hijo".
Una desigualdad reproductiva
En España, se estima que el precio de la fecundación in vitro puede oscilar entre los 4.000 y los 6.000 euros por ciclo. Por ello se trata de una alternativa a la que no se puede recurrir en todos los casos. "La medicina reproductiva no es igual para todo", señala Elisa Gil, ginecóloga experta en medicina reproductiva y secretaria de la SEF.
"En muchas ocasiones", prosigue, "son tratamientos muy costosos". No se refiere únicamente a nivel emocional, sino también económicamente: en nuestro país, el 70% de las veces es el paciente el que sufraga su tratamiento, y sólo el 30% son públicos". Por tanto, "no pone en igualdad de condiciones a las personas".
Además de económica, esta desigualdad también es geográfica. "Si una mujer busca un embarazo en Madrid, las probabilidades de acceder a los servicios y de obtener una gestación van a ser completamente diferentes a si lo hace en La Rioja", señala Espinós.
En esta última, por ejemplo, se establece el máximo en in vitro en dos intentos, mientras que en otras, en cambio, se reduce a la mitad, como sucede en Cataluña. En este sentido, el presidente de la SEF compara el sistema sanitario con el educativo: "Es como si entendiéramos que el nivel educativo que han de tener los estudiantes de Extremadura debe ser diferente al de Madrid o Cataluña".