Elena Élez es jefa  de grupo de Cáncer Colorectal del VHIO.

Elena Élez es jefa de grupo de Cáncer Colorectal del VHIO.

Salud

Elena Élez, oncóloga: "Notar cambios en el dolor menstrual y al ir al baño en mujeres jóvenes puede indicar cáncer de colon"

"La diarrea repentina y el dolor abdominal pueden ser indicios cancerosos en jóvenes"/ "El cáncer de colon tenía hace años una supervivencia de meses, hoy logramos curarlo o cronificarlo" / "Los cambios en el microbioma son la hipótesis tras el aumento de casos en jóvenes".

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"Los oncólogos llevamos a todos nuestros pacientes en la memoria". Con esta frase conmovedora, Elena Élez, jefa del Grupo de Cáncer Colorrectal del Instituto de Oncología Vall d'Hebron (VHIO), describe su experiencia de dos décadas en primera línea contra el cáncer colorrectal, el más diagnosticado en España. En este tiempo, los oncólogos han enriquecido su arsenal con la inmunoterapia de vanguardia y las terapias con oncogenes que han puesto al VHIO a la cabeza no solo de España, sino del tratamiento y la investigación mundial.

"Hoy piensas en casos de hace diez años y el pronóstico no tiene nada que ver", confiesa la especialista. Su paciente más célebre fue Pau Donés, tristemente fallecido a los 53 años, que visibilizó el drama del cáncer colorrectal en una de sus variantes más agresivas, la que posee la mutación BRAF. "Tenemos que agradecerle a él y a su familia su apoyo para seguir investigando, la concienciación y la desmitificación del cribado", valora. Élez ha participado en el debate CaixaResearch para abordar el aumento del cáncer de colon en pacientes cada vez más jóvenes.

¿Tenemos ya la certeza de que en España, como ya ocurre en EEUU, los casos de cáncer colorrectal están aumentando en personas jóvenes?

A partir de la extrapolación de datos que hacemos de los casos que se registran en toda España, y en base al trabajo que estamos haciendo en el grupo TTD -Tratamiento e investigación en tumores digestivos-, la percepción es que sí. Se están viendo más a menudo estos casos en menores de 50.

Los especialistas, sin embargo, no están convencidos de que haya que empezar todavía con el cribado a los 45 años.

Aquí hay un trabajo multidisciplinar de dietistas, epidemiólogos, oncólogos, ect...  que debe determinar si es pertinente. Sabemos que el cáncer colorrectal está vinculado al envejecimiento. La edad en sí misma constituye un factor de riesgo. El pico máximo de diagnóstico sigue estando entre los 50 y los 69 años. Por ese motivo se recomienda en esa franja de edad el cribado poblacional que incluye un test de sangre oculta en heces. De resultar positivo, se pone en marcha todo el mecanismo de diagnóstico precoz y se hace una colonoscopia. Esto permite identificar a tiempo lesiones premalignas, un pólipo o un adenoma.

¿Debe fomentarse la concienciación en personas menores de 50 sobre los hábitos de prevención y la necesidad de consultar con el médico?

Sí, las recomendaciones para las dietas y hábitos de vida saludables se pueden aplicar desde ya. Se deben prevenir factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo o el consumo de alimentos ultraprocesados. Son factores de predisposición independientes de que pueda haber un patrón hereditario, algo que afecta al 20% de toda la población. Y estas recomendaciones no solo aplican al cáncer colorectal, también a otras muchas enfermedades, incluso no oncológicas.

¿Cuál es el perfil del paciente joven de cáncer colorrectal?

Se trata del paciente menor de 50 años, y estamos trabajando mucho desde el punto de vista de la investigación para entender por qué está pasando. Es un fenómeno que ya se ha constatado en EE.UU., y que se está empezando a ver en otros países. Hay teorías que apuntan a cambios en el microbioma intestinal. También se está investigando la exposición a determinados elementos como la polución, pesticidas, ritmos de sueño y vigilia, e incluso al ruido.

¿Qué características clínicas presenta este tipo de paciente?

Pues es muy curioso. Los oncólogos trabajamos en medicina de precisión, es decir, que ponemos nombre y apellidos a los tumores. Y en el 99% será un adenocarcinoma de colon. 'Adeno' quiere decir glándula, es decir, un cáncer del epitelio que recubre el interior del intestino. A continuación debemos ver qué mutaciones tiene en genes concretos para los que hemos desarrollado terapias dirigidas. Y lo que vemos es que estos pacientes jóvenes tienen unas mutaciones muy parecidas a las de un paciente mayor.

¿Se trata por tanto de un adelantamiento del cáncer colorrectal que se habría producido por el envejecimiento natural?

Desde el punto de vista de las mutaciones, son tumores iguales. Eso nos hace pensar que la diferencia puede estar en los cambios epigenéticos, que los factores de exposición están alterando la expresión de los genes y provocando un envejecimiento prematuro del colon.

¿A qué clase de sintomatología tiene que estar atenta una persona menor de 50? A esa edad, a menudo se atribuye a otros problemas.

Sí, es una pregunta muy pertinente, porque los pacientes jóvenes tienden a pasar por consulta en más ocasiones hasta que se sospecha un cáncer colorrectal. Los síntomas son iguales según la edad, lo que pasa es que en alguien joven lo solemos vincular a una patología benigna. Es muy importante conocer el hábito intestinal de cada cual. Si pasamos de repente de tener tendencia al estreñimiento a lo contrario, a sufrir diarrea duradera, nos tiene que llamar la atención. Hay que estar atentos a los productos patológicos en las heces: sangre, mucosidad... Y también a las pérdidas de peso no justificadas, acompañadas de un cansancio muy llamativo.

Una persona joven, sin embargo, tenderá a tardar en acudir al médico cuando son solo síntomas gastrointestinales o poco invasivos.

Sí, las personas por debajo de los 50 años tienden a asumir que algunos síntomas están más relacionados con el estrés o con el consumo de algo en la dieta. Sin ánimo de alarmar, la idea es que es muy importante consultar con el médico cuando hay algo que se escapa de la norma habitual. Lo más frecuente es que una persona joven no tenga una patología oncológica, pero los médicos de atención primaria está cada vez más preparados para identificar los casos sospechosos. Y también es importante que nuestro médico de cabecera nos conozca, para que pueda reconocer cuándo ha habido un cambio significativo.

Elena Élez es jefa de grupo de Cáncer Colorectal del VHIO.

Elena Élez es jefa de grupo de Cáncer Colorectal del VHIO.

¿De qué pruebas rápidas disponemos ahora para diagnosticar lo antes posible?

En pacientes que escapan de la edad de cribado, dependerá de su sintomatología. Todo está protocolizado. En algunos casos estará indicado hacer una analítica para ver cómo está la hemoglobina, si hay anemia ferropénica... En otros casos se puede hacer un test de sangre oculta en heces. Pero insisto, lo importante es que los pacientes consulten para que sus médicos conozcan su historial.

Dado que el cáncer colorrectal es el más prevalente entre hombres y mujeres, ¿hay alguna diferencia en cómo se presenta según el sexo?

Esta pregunta también es muy pertinente, porque las sociedades científicas también están trabajando en la medicina que considera sexo y género. El cáncer colorrectal es un tumor paradigmático porque no está vinculado a ningún órgano reproductor, al contrario que los cánceres de mama, endometrio, ovario, próstata o testículos. Pero, curiosamente, se ha visto que los tumores con una mutación en un oncogen llamado BIRAF son más frecuentes en mujeres.

¿A qué se puede atribuir esta diferencia? ¿Quizás a las diferencias hormonales?

A día de hoy no lo sabemos. Pero está demostrado que el microbioma del intestino grueso es distinto para hombres y mujeres. También hay diferencias en el microbioma de las lesiones premalignas y finalmente los tumores según el sexo. Es una una vía de investigación muy importante, porque nos podría permitir modular la eficacia y toxicidad de algunos tratamientos.

¿Hay alguna particularidad de los síntomas que pueda ser distinta entre hombres y mujeres? 

A nivel clínico, se ven pocas diferencias. Ahora, dependiendo la localización del tumor, se pueda confundir con un dolor vinculado a cambios hormonales. Pero las mujeres se conocen muy bien: si tienden a tener dolores menstruales pero cambia la intensidad, es un indicio llamativo de posibles lesiones precancerosas. Y si eso además se asocia a una alteración del hábito deposicional, como una oclusión, hay que consultar sin falta.

¿De qué manera facilita la terapia oncogenética el abordaje terapéutico de los tumores?

En medicina de precisión trabajamos para conocer muy bien la biología de cada tumor. Primero, identificamos las mutaciones que generan proteínas diana en la célula cancerosa para que podemos desarrollar medicamentos específicos, que hacen que la quimioterapia sea más eficaz. Segundo, la inmunoterapia. Desarrollamos fármacos para que nuestro sistema inmune reconozca el tumor y lo destruya, como harían los linfocitos con una bacteria. Hay una alteración, la inestabilidad de microsatélites, que aparece en tumores con muchas mutaciones. Esto genera muchas proteínas anómalas ajenas a nuestro sistema inmune, que responde muy bien a la inmunoterapia.

La inmunoterapia, como usted destacaba, ha logrado incluso cronificar algunos casos de cáncer colorrectal.

Justamente. La inmunoterapia tiene un factor diferencial: los pacientes que responden al tratamiento logran un beneficio muy prolongado en el tiempo. Hace unos años tenían una supervivencia que no superaba los 9 meses, y a día de hoy hablamos de años. Eso es lo que hemos conseguido justamente al conocer mejor estas alteraciones y poderlas tratar de la manera más pertinente.

Cataluña fue pionera en el cribado ya desde el 2000. ¿Percibe un cambio en la concienciación social, especialmente en jóvenes?

Sí, yo creo que sí. Educar a la población es fundamental para que se puedan corresponsabilizar de su salud. Hay cada vez más responsabilidad a la hora de seguir hábitos saludables en la dieta, el ejercicio, ect... Y las cifras de adherencia al programa de cribado son muy buenas.

Con toda la prudencia con la que hay que hacer estas afirmaciones: ¿el cáncer colorrectal ha dejado de ser una condena en España?

Sí. La mejora número uno ha sido la detección, los programas de cribado. Después, las técnicas diagnósticas, quirúrgicas, el conocer mejor la biología del tumor. Saber qué medicamentos se tienen que administrar de la manera más pertinente. Y todo el soporte que recibe el paciente: especialidades médicas, investigadores, personal de enfermería... Ya no hablamos solo de supervivencia, sino de bienestar: tratamientos mejor tolerados, cirugía menos amputativas... En muchos casos, hemos podido curar la enfermedad. En otros casos, cronificarla. El pronóstico no tiene nada que ver con el de hace 10 años.