Una cafetera italiana.

Una cafetera italiana. iStock

Actualidad gastronómica

El gran error que la mayoría de los españoles comete con el café cuando viaja a Italia

Publicada

¿Estrés? ¿Problemas en el trabajo? ¿Vacío existencial? ¡Tómate un cappuccino! En 1994, el psiquiatra podía prescribirte este peculiar 'remedio' si padecías alguno de esos malestares (al menos si se trataba de un psiquiatra italiano patrocinado por Nescafé).

Así fue uno de los anuncios más populares de esta marca suiza a principios de la década de los 90: una mujer en un diván de una clínica psiquiátrica se queja de su vida y el especialista le sugiere beber café como solución a todos sus problemas. "Cuando llegues a casa, ¡te mereces un premio! Café Cappuccino: cremoso, delicioso, para disfrutar de tu momento", le dice. 

La paciente prueba una taza de este misterioso elixir y, mágicamente, sus niveles de dopamina se disparan y su ansiedad desaparece. "Me siento mejor, ¿me da la receta, doctor?", pregunta ella con una voz entre la sensualidad y la lobotomía. "Tome nota, signorina", responde él, satisfecho de poder consolar a una dama: "¡Ca-ppu-ccino!". 

Nacía así un nuevo producto de esta firma de Nestlé: el café soluble instantáneo; aunque se cree que su verdadero origen se remonta al 1881, cuando el escritor y científico francés Alphone Allais inventó y patentó lo que hoy conocemos con ese nombre. 

La campaña publicitaria del cappuccino soluble de Nescafé fue todo un éxito. Hasta entonces, el café sólo podía ser de máquina o de sobre, por lo que esta novedad atrajo a muchos clientes. Pero la comercialización de esta bebida no sólo marcó un antes y un después en la forma de beber café, sino que también configuró en los españoles una imagen errónea de los hábitos cafeteros de Italia.

Según este spot, lo más normal es que un italiano se tome un cappuccino calentito al llegar a casa después del trabajo, e incluso por la noche, después de cenar, aunque sea descafeinado. Pero nada más lejos de la realidad: Cocinillas viajó recientemente a Módena (Emilia-Romaña, Italia) y comprobó que los horarios de este tipo de café están bastante restringidos. 

Tras una comida en un restaurante a mediodía, a una servidora se le ocurrió pedir un cappuccino para clausurar la velada. Esta inocente petición desató una mirada asesina en el camarero y un gritito por parte de Augusto Cosimi, responsable de la oficina de prensa del Consorcio Italiano para la Protección de la Mortadela de Bolonia, que nos acompañaba en nuestro viaje.

El camarero contestó que no era posible servir un cappuccino en ese momento, y cuando preguntamos a Cosimi por el motivo de esta respuesta fue totalmente tajante: È un'eresia! (¡Es una herejía!, en español). Tal y como explicó, "está prohibido" pedir cappuccino en la comida o en la cena, "solamente" puede tomarse por la mañana, en el desayuno. ¿Y en la merienda? Más o menos, pero tampoco está muy bien visto. 

Pero, ¿por qué? Para los italianos el cappuccino es una variedad de café más tipo 'postre' y algunos aseguran que, al llevar leche o crema, dificulta más la digestión, por lo que no es recomendable beberlo a otra hora que no sea pronto por la mañana, antes de las 12:00. 

Por tanto, podemos afirmar que, una vez más, hemos sido víctimas del 'engaño' de una estrategia de marketing de Nescafé: no, los italianos jamás tomarían un cappuccino al llegar a casa después de trabajar, ni por la noche antes de dormir, por muy soluble, cremoso o delicioso que sea. Así pues, tened cuidado cuando viajéis al país de la 'dolce vita' y no ofendáis a ningún lugareño con nuestras disparatadas e insanas costumbres cafeteras. 

También te puede interesar...