La sal baja en sodio que solo se encuentra dos meses al año en México y es la favorita de muchos chefs

Explorar el mundo amplia horizontes a la vez que estrecha vínculos, también de índole gastronómico. Muchos son los chefs que invierten cierta parte de su tiempo viajando y llenándose la mochila tanto de experiencias como de ingredientes que más tarde pueden plasmar en su cocina. 

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Para el tres veces mejor chef del mundo, países como México son fuente de inspiración. Allí, durante una de sus últimas visitas, Dabiz Muñoz probó la miel de abeja melipona, al que el madrileño llamó “el verdadero oro de los Mayas”. De este mismo país también nace el que para muchos chefs ha sido un descubrimiento gastronómico: la sal de los dioses.

Este es el caso de la sal baja en sodio de Xalte, una flor de sal artesanal que solo se produce durante dos meses al año en las salinas de Colima, México. Este tesoro efímero ha capturado el corazón de chefs internacionales y gourmets por igual, no solo por su sabor y textura únicos, sino también por la historia y el impacto social que lleva consigo.

Las salinas donde se recoge Xalte.

La sal de Xalte es el resultado de una tradición artesanal que ha pasado de generación en generación. En las costas de Colima, los artesanos extraen a mano la flor de sal siguiendo métodos centenarios que respetan tanto el medio ambiente como la calidad del producto. Cada grano cristalino cuenta una historia de esfuerzo, dedicación y orgullo mexicano.

Esta dedicación no solo se traduce en un condimento gourmet, sino también en un compromiso con las comunidades locales. La producción de Xalte fomenta el desarrollo sostenible, generando empleo digno y preservando técnicas tradicionales. Este impacto social convierte cada paquete en un símbolo de empoderamiento y resiliencia comunitaria.

Más allá de su origen artesanal, Xalte destaca por su perfil nutricional. Con un 85% menos sodio que la sal convencional, es una opción ideal para quienes buscan una dieta baja en sodio o padecen hipertensión. Además, está enriquecida con magnesio, un mineral esencial para la salud.

Extrayendo la sal de las salinas de Colima.

A diferencia de muchas sales en el mercado, Xalte es completamente libre de microplásticos, lo que refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la pureza. Cada etapa del proceso, desde la recolección hasta el empaque, se lleva a cabo con un enfoque ecológico, lo que la convierte en una opción ética para consumidores conscientes.

Aunque su origen es mexicano, Xalte ha conquistado las mesas de chefs europeos y cocinas internacionales. Su delicado sabor y textura le permiten realzar cualquier plato desde carnes y pescados hasta postres y cocteles. Esta versatilidad ha hecho que sea considerada como un “must” en las cocinas de quienes buscan elevar sus creaciones gastronómicas a un nivel superior.

Extracción de la sal.

La exclusividad de Xalte no solo radica en su calidad, sino también en su temporalidad. Al estar disponible únicamente durante dos meses al año, su producción es limitada, lo que añade un elemento de lujo a su adquisición. Cada grano de esta flor de sal representa la unión entre la tradición y la innovación, ofreciendo un pedazo de México al mundo.