El bar Aguirre, en Pozuelo, un rincón donostiarra a 10 minutos de la capital.

El bar Aguirre, en Pozuelo, un rincón donostiarra a 10 minutos de la capital.

Actualidad gastronómica

Parece San Sebastián pero está en Madrid: el bar que ha puesto de moda el pintxo-pote por 2,5€

Aguirre, un rincón que rinde homenaje a la cocina vasca, ha recuperado esta fórmula en Pozuelo, ofreciendo pintxo-pote los jueves por la tarde-noche y los sábados al mediodía. 

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Madrid nunca ha estado más cerca de San Sebastián. O, al menos, su cultura gastronómica. En Pozuelo de Alarcón, se encuentra un rincón que rinde homenaje a la tradición culinaria vasca con autenticidad y pasión. Aguirre, una neotaberna que respira esencia donostiarra en cada bocado, ha traído de vuelta una de las costumbres más queridas del norte: el pintxo-pote.

La tradición del pintxo-pote, ahora en Pozuelo

En el País Vasco, el pintxo-pote es más que una oferta gastronómica: es un ritual social. Nacido en Vitoria y expandido a todo Euskadi, consiste en disfrutar de un pintxo —pequeño bocado elaborado sobre una rebanada de pan— acompañado de un pote —un zurito de cerveza o una copa de vino— a un precio reducido. Esta tradición, pensada originalmente para atraer clientela en los momentos de menor afluencia, ha terminado convirtiéndose en un imprescindible de la cultura del tapeo vasco.

Desde hace unos meses, Aguirre ha recuperado esta fórmula en Pozuelo, ofreciendo pintxo-pote los jueves por la tarde-noche y los sábados al mediodía. Durante estas franjas, su barra se llena de pequeñas delicias como la gilda vitaminada con vermut, el pintxo de rabo de toro o la ensaladilla, con precios que oscilan entre 1 y 1,50 euros el pintxo, mientras que la bebida cuesta 1,50 euros. Es decir, un auténtico bocado donostiarra por tan solo 2,50 euros.

Gildas y pintxos, en Aguirre.

Gildas y pintxos, en Aguirre.

La historia de Aguirre: de la comunicación a los fogones

Detrás de este exitoso proyecto está Teresa Aguirre, una mujer que decidió cambiar el marketing audiovisual por la gastronomía. Su abuelo, Víctor Martínez, fue jefe de cocina del icónico Hotel Londres de San Sebastián, y su legado culinario quedó grabado en la memoria de Teresa desde niña. Tras años trabajando en grandes compañías como Viacom o AMC Networks España, Teresa dejó el mundo corporativo para abrir su propio restaurante, llevando consigo los sabores y recuerdos de su infancia en el norte.

Desde su apertura en 2022, Aguirre ha conquistado a los pozueleros, hasta el punto de recibir un Solete Repsol, un reconocimiento que distingue a los locales con una propuesta gastronómica auténtica y de calidad. Su éxito radica en una carta que fusiona la tradición con un toque de innovación, siempre con producto de primera.

Teresa Aguirre.

Teresa Aguirre.

Más allá del pintxo-pote: un homenaje a la cocina vasca

Si bien el pintxo-pote es uno de sus grandes reclamos, Aguirre es mucho más que eso. Su carta es un recorrido por los sabores del norte, con clásicos imprescindibles como la tortilla de bacalao, la txistorra artesana, el queso Idiazabal, los talos o la cecina de León. No faltan las croquetas caseras, las anchoas en salazón ni las flores de alcachofa confitadas.

La txuleta con sus guarniciones no falta Aguirre.

La txuleta con sus guarniciones no falta Aguirre.

Para los amantes de la carne, su txuleta de vaca vieja madurada 40 días es una apuesta segura, servida con pimientos asados a la leña y patatas fritas caseras. Y en el apartado dulce, destacan su coulant de chocolate con naranja y la tarta de queso cremosa, fieles a la sencillez y al sabor puro.

Además, Aguirre no solo ofrece una experiencia gastronómica en mesa, sino que también permite comprar productos gourmet directamente en el local, desde conservas y quesos hasta vajillas y utensilios de cocina de alta calidad.

Un pedacito de Euskadi sin salir de Madrid

Con un ticket medio de 20-30 euros, Aguirre se ha consolidado como un lugar donde se come bien, sin artificios, en un ambiente acogedor que transporta a los bares de San Sebastián. Y gracias al pintxo-pote, ha recuperado una de las tradiciones más emblemáticas del País Vasco, convirtiéndola en un plan irresistible para los jueves y los sábados en Pozuelo.

Si Madrid es una ciudad donde conviven todas las cocinas del mundo, Aguirre es la prueba de que la esencia vasca puede sentirse, vivirse y, sobre todo, saborearse.