Historia de las dietas, ¿dónde empezó nuestra obsesión por adelgazar?
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La palabra dieta es una de esas palabras que todos conocemos, una palabra muy extendida y a la vez muy odiada ya que, para bien o para mal, seguramente muchos hemos pasado al menos por un período de nuestra vida donde hemos hecho o “intentado” llevar a cabo una dieta con el fin de regular nuestro organismo, ya fuera por voluntad propia o por prescripción médica.
Dietas hay de muchos tipos, desde dietas para controlar problemas de salud como la hipertensión o el colesterol, hasta dietas para llevar a cabo un control de nuestro peso. Lo que es indiscutible es que probablemente muchos de nosotros hayamos llevado a cabo en algún momento una dieta para bajar esos kilos de sobra que nos acompañan en los sitios de nuestro cuerpo donde menos falta nos hace.
Pero, ¿sabéis de donde proviene el concepto de dieta? ¿Sabéis si es un término “moderno” o si por el contrario tiene miles de años? Seguro que tras plantear estas preguntas a muchos os llama la curiosidad, pero no os preocupéis, os vamos a desvelar los misterios de la historia de la dieta.
La palabra dieta viene del griego “díaita”, término que para los griegos hacía referencia al control de sus hábitos de vida en general, no sólo a la esfera alimenticia. Llegados a este punto nos surge una nueva pregunta, ¿en qué momento de la historia se asocio el concepto de dieta al único ámbito alimenticio? Vamos a hacer un repaso sobre algunos hechos históricos que van a arrojar luz sobre este tema.
Las primeras recomendaciones dietéticas podrían remontarse a los años 2613 y 1895 a.C., aunque es datado entre 1929 y 1895 a.C, donde quedaba recogida la siguiente recomendación en un papiro egipcio: “Un vaso de agua calma la sed. Un puñado de vegetales fortalece el corazón. Toma una sola cosa en lugar de manjares. Un pedazo pequeño en lugar de uno grande”.
El siguiente hecho histórico recogido se remonta al siglo V a.C., donde el médico griego Hipócrates afirmaba “que tu alimento sea tu medicina”, aportando además diversas pautas para tratar la obesidad, algunas sin sentido y otras aprobados aún hoy en día por la medicina actual, como por ejemplo “los obesos y aquellos que desean perder peso deberían llevar a cabo unos fuertes ejercicios antes de la comida”.
Allá entre los años 65 y 8 a.C., cuando era típico la celebración de grandes festines romanos seguidos de la sustitución del desayuno por un vaso de agua a modo de compensación, ya el poeta Horacio dejaba constancia en sus escritos que “un cuerpo cargado de alimentos embrutece el espíritu y convierte en terrenal el aire divino que nos anima”. Horacio pensaba que una gran ingesta de alimentos podría enfermar al ser humano, y no iba desencaminado, ya que al menos 1 de cada 13 muertes en Europa podría estar relacionada con el sobrepeso.
Llegados a este punto de la historia, parece ser que hay indicios que señalan a que el médico griego Galeno pudiera haber sido el primer dietista de la historia. En su libro “De Sanite Tuende” recoge lo siguiente: “Yo he conseguido adelgazar a un paciente obeso en un tiempo breve aconsejándole que corriera velozmente […]. Tras el ejercicio […] le di abundante comida poco nutritiva a fin de saciarle y de que aquella se distribuyera en el cuerpo entero”, recomendación que sigue aceptándose hoy en día por muchos facultativos.
Y desde la antigua Grecia avanzamos a la edad contemporánea para mencionar al doctor Gregorio Marañón, autor de la obra “Gordos y flacos” donde redacta: “el obeso adulto, constituido, debe tener en cuenta que un adelgazamiento no será obra de un plan médico, sino de un cambio total de régimen de vida”, afirmación muy presente hoy en día, ¿quién no ha oído eso de que para tener un peso saludable es necesario cambiar el estilo de vida?
Llegamos ya a 1990, cuando el doctor George Bray realiza un artículo para la revista “International Journal of Obesity” destacando la aparición en 1863 de la primera dieta milagro creada por el abogado William Banting. El abogado redactó una carta titulada “Carta dirigida al público sobre la corpulencia” donde aconsejaba una dieta rica en proteínas, dieta que sigue de moda, ¿o acaso no os suena de nada “la dieta Dunkan”?.
En el libro “La alimentación y la nutrición a través de la historia” se analizan mucho más hitos de interés sobre esta temática, para todos aquellos que queráis seguir profundizando a modo profesional o movidos por la simple curiosidad.
Y desde esta supuesta primera dieta milagrosa hasta nuestros días más recientes, donde no dejan de aparecer más y más dietas de este tipo que prometen los mejores resultados sin tener una correcta base científica que la garantice como saludable. Además de la gran variedad de dietas, debemos destacar los miles de productos naturales, o no tan naturales, que aseguran ser milagrosos en la lucha contra el sobrepeso.
Desde luego, lo que sí parece increíble es que consejos alimentarios de hace 4500 años de antigüedad puedan seguir vigente hasta nuestros días.
Fuente | Consumer