Sopa de verduras con pollo y miso, fácil y reconfortante
Toma nota de cómo hacer esta sopa de verduras con pollo y miso, un plato fácil y reconfortante que agradecerás estos días fríos.
18 marzo, 2018 12:58- Total: 15 min
- Comensales: 6
Llevaba unos días con ligeras molestias digestivas y el miso tiene fama de ser remineralizante, mejorar la digestión y regenerar la flora intestinal. Así que, aprovechando el contratiempo decidí hacerme una sopa de verduras con miso y pollo. Elegí la alcachofa por sus propiedades digestivas ya que nos ayuda a cuidar nuestro estómago y ayuda a realizar la digestión. El nabo es una hortaliza diurética que nos ayuda a eliminar toxinas y reducir la retención de líquidos.
Ingredientes para preparar la Sopa de verduras con pollo y miso
- Cebolla roja, 100 g
- Nabo, 250 g
- Alcachofas, 6 unidades
- Pechuga de pollo, 1 grande
- Miso, 3 Cucharadas
- Agua, 1 l
- Aceite, 1 Cucharada
A esta sopa le podéis añadir unos noodles de harina de trigo o de arroz para los que no tomáis gluten. También podéis substituir el pollo por unos trocitos de tofu para los que no tomáis proteína animal.
Preparación de la Sopa de verduras con pollo y miso
01: Preparación de los ingredientes
Vamos a empezar preparando la mise en place para tener todos los ingredientes preparados antes de empezar a cocinar.
En primer lugar, vamos a pelar y cortar la cebolla morada en juliana fina, si no tenéis cebolla morada podéis utilizar cualquier otro tipo de cebolla aunque os recomiendo que como más dulce mejor. A continuación, lavamos y pelamos el nabo y lo cortamos en cuadrados pequeños de unos 2 centímetros aproximadamente.
La pechuga de pollo la cortaremos a tiras del grosor de un dedo aproximadamente y lo salpimentaremos.
Pelaremos la alcachofa y nos quedaremos solo con la parte tierna de la misma, las cortaremos bien finitas.
02: Preparación del fondo
Ponemos un wok o, en su defecto, una olla no muy honda a fuego fuerte e incorporamos una cucharada de aceite y esperamos a que se caliente. Añadimos la cebolla cortada en juliana, un pelín de sal y la salteamos a fuego fuerte. A continuación, añadimos el nabo a cuadraditos y salteamos también.
Una vez tengamos la cebolla y el nabo un poco dorados añadimos las tiras de pollo y salteamos todo junto. Seguidamente, añadimos las alcachofas peladas y cortadas y salteamos un poco más.
Una vez tengamos el fondo de la sopa salteado, añadimos el agua y dejamos cocer unos 10 minutos. Veréis que el caldo se oscurece bastante, esto es sobretodo debido a las alcachofas. Si optáis por sustituir las alcachofas por otro vegetal el caldo no se volverá tan oscuro.
03: Paso final
En un bol, incorporamos un un cucharón del caldo resultante e incorporamos 3 cucharadas de miso. Lo iremos añadiendo de una en una y disolviendo poco a poco con el caldo.
Finalmente, añadiremos el miso disuelto en nuestro wok y terminaremos así nuestra sopa de verduras con miso. Es muy importante disolver el miso en agua con un poco de agua y añadirlo al final de la cocción, lo podemos calentar un poco pero nunca dejarlo que hierva porque pierde parte de sus propiedades.
Resultado final
La sopa de miso es un clásico en la gastronomía japonesa, esta no es una sopa de miso tradicional, sino una adaptación a mi conveniencia aprovechando las propiedades del miso. La receta tradicional se elabora con dashi (un caldo claro elaborado con alga kombu o kelp y copos de bonito seco), miso, tofu, alga wakame y cebollas tiernas.
El miso es un alimento originario de China y llegó a Japón en el Siglo VII es un condimento consistente en una pasta aromatizante, hecha con semillas de soja y/o cereales y sal marina fermentada con el hongo koji. Hay varios tipos de miso; el blanco, el rojo y el marrón. La elección del miso es muy personal, yo os sugiero que probéis las distintas variedades y os quedéis con el que más os guste.
Por otro lado, la alcachofa es una planta medicinal a la que se le atribuyen numerosos beneficios para depurar el organismo, sobretodo se conocen sus beneficios a nivel hepático gracias a su principio activo; la cinarina. Esta contribuye a mejorar la función biliar ayudando a la digestión de grasas por lo que es muy recomendable en casos de indigestión, gases y flatulencias.
También debemos tener en cuenta el nabo, que es una raíz perteneciente a la familia de las crucíferas, como el brócoli o la coliflor y que tienen en común que son ricas en glucosinatos (responsables del sabor picante y amargo de estas). Es muy útil para el sistema digestivo, ya que nos ayuda a mejorar el tránsito intestinal, este beneficio se lo debemos a su contenido en fibra y agua.
Con todo esto, conseguimos una estupenda sopa digestiva que nos ayudará en la retención de líquidos y a regenerar nuestra flora intestinal. Además, el miso nos ayuda a conseguir un sabor fabuloso.