Sandro Silva, el restaurador de la 'jet set', inaugura un nuevo restaurante en La Moraleja, el barrio más rico de España
Tras un año de reforma integral, el grupo El Paraguas ha abierto Áurea, su gran proyecto empresarial de este recién estrenado verano de 2024.
3 julio, 2024 01:15La jet set y los famosos de la capital están de enhorabuena. Sandro Silva y su mujer, Marta Seco, acaban de abrir Áurea, un nuevo restaurante en la capital. El local, situado en La Moraleja (Alcobendas) el barrio más rico de España, ocupa el espacio dejado en su día por otro de los locales míticos de la restauración madrileña, el restaurante Aspen, propiedad hasta el año pasado de Miguel Arias, y uno de los lugares preferidos del rey emérito Juan Carlos (86 años).
Casi un año de obras después en el que se ha llevado a cabo una reforma integral del local, el nuevo restaurante ha abierto sus puertas con un premeditado perfil bajo. Como se puede ver en las fotografías, en el local se mezcla estos días el ir y venir del numeroso grupo de camareros que trabaja allí con los operarios que cierran los últimos flecos para la puesta a punto del local.
Además de este espacio, el nuevo restaurante cuenta con tres terrazas, dos descubiertas y una acristalada para los meses de frío. Los trabajadores se afanan en la colocación de luces y en poner a punto a la mayor celeridad la terraza trasera del local que da al parking. El color blanco y la vegetación, comunes en otros restaurantes de la marca, son la constante en la decoración del local, que tiene un marcado estilo colonial.
Según ha podido comprobar EL ESPAÑOL, Áurea tiene una carta donde lo reina lo verde: desde sus exquisitas olivas a sus verduras en diferentes formas y texturas. Al tratar el restaurante un concepto basado en los ultramarinos, no pueden faltar la cecina de Wagyu, las anchoas del Cantábrico, el jamón, la burrata, la tosta de cebolla con parmesano, los chipirones o el gran calamar.
En el plano de las ensaladas, existe desde la clásica templada con langostinos en tempura al salpicón de marisco pasando por la de hojas verdes aliñadas con cítricos, hinojos y anacardos. Respecto al horno: canelones de pato en salsa de foie, lasaña de alcachofas y calabacín, pizza y alguna pasta. Para concluir, carnes -solomillo de vaca a la parrilla o secreto ibérico- y pescados -de lubina a lenguado-.
Amazónico en Mónaco
Sandro Silva se afanaba por que todo estuviera en su sitio estos primeros días. El empresario asturiano y su mujer están de enhorabuena por partida doble. A la apertura en Madrid se une la inauguración, hace escasamente un mes, del último restaurante del grupo El Paraguas en Mónaco. Es el último de una lista de aperturas internacionales después de haber inaugurado restaurantes en Londres y Dubái y haber cosechado un gran éxito.
El restaurante, ubicado en la emblemática Place du Casino, se une a la distinguida cartera culinaria de Monte-Carlo Société des Bains de Mer, propiedad del príncipe Alberto II de Mónaco (64 años). "Estamos realmente encantados de inaugurar Amazónico en Montecarlo, un destino conocido por su atractivo global y que representa el lujo en su forma más elegante. Gracias a nuestra asociación con SBM y Dream International, estamos seguros de que Amazónico traerá un soplo de frescura a la apasionante escena de Mónaco", aseguraba en una entrevista reciente el CEO de la empresa.
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El Grupo Paraguas, reconocido en 2023 con el Premio a la Internacionalización, da empleo a casi 1.000 empleados que diariamente atienden en los restaurantes que forman el Grupo El Paraguas.
Nombres como Ten con Ten, Ultramarinos Quintín, Amazónico, The Jungle Jazz Club, Numa Pompilio, Aarde y Origen, son ya un emblema de la restauración madrileña, cuando se cumplen 20 años de la apertura de su primer local.
Sandro Silva y Marta Seco, sus creadores, han conseguido enmarcar sus restaurantes en la vanguardia del concepto conocido como fine dining, cocina de excelente calidad con altos estándares de servicio en ubicaciones excepcionales.
Hotel boutique en Gran Vía
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Pero como no sólo de pan vive el hombre, el grupo El Paraguas vive estos días agitado por la que será la próxima gran inauguración de los empresarios asturianos, que se han embarcado en el mayor proyecto hasta el momento. En este caso no se trata de un restaurante, si no un hotel en plena Gran Vía madrileña.
La pareja de empresarios prevé abrir en 2025 el nuevo hotel ubicado en el edificio Metrópolis, el icónico emplazamiento en la confluencia de la calle Gran Vía y la calle Alcalá de Madrid y "el solar más representativo" de la capital, según el Colegio de Arquitectos de Madrid.
La compra del edificio y posterior reforma integral del mismo le ha costado a El Paraguas 23,5 millones de euros. Una aventura en la que los restauradores asturianos se embarcan de la mano de varios promotores que asumían el 40 por ciento de la operación y en la que el resto, (60 por ciento) se ha conseguido mediante de créditos y financiación bancaria.
Una inversión que Silva y Seco calculan recuperar en el duodécimo año de actividad. Los números parecen dar la razón a los empresarios. A pesar de la costosa inversión, Metrópolis se plantea una inversión de lo más rentable para el grupo en un futuro cercano. Así El Paraguas prevé facturar en su primer año de apertura más de 2,5 millones de euros por el hotel. Una cantidad a la que sumar los casi 8,4 que facturan anualmente sus restaurantes.
También en la noche
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Los dueños de El Paraguas también se adentraron hace casi un año en el negocio de la noche madrileña. La pareja de empresarios se hizo en una subasta con el Palacete Fortuny, propiedad de Javier Merino, exmarido de Mar Flores (55). este mítico edificio que en su día fue el local de moda para la jet set madrileña. El local, uno de los edificios más icónicos de Madrid, esa ubicado en el número 34 de la calle Fortuny.
Construido en el siglo XIX y de estilo francés fue durante décadas santo y seña de los VIP capitalinos. Aunque no trascendió el precio que se pagó por el local, la pista de la cifra millonaria la da el precio al que el local salió a subasta, 23,5 millones de euros.
Los empresarios asturianos pujaron por el elitista espacio que salía a subasta para liquidar el último de los activos del empresario por orden judicial para responder a los 16,7 millones de euros de múltiples deudas de sus empresas, declaradas en concurso de acreedores desde hacía años.