Un Franco decapitado ha aparecido en el centro de Barcelona. La estatua está colocada frente al edifico del Born de Barcelona, y aunque forme parte de la exposición temporal Franco, Victoria, República. Impunidad y espacio urbano, que se inaugura esta tarde en el Born, la gente ha respondido tirando huevos a la obra de Josep Viladomat, según ha informado la agencia EFE.
Los Mossos d'Esquadra han intervenido "para apartar a esta persona, pero sin violencia ni mayores problemas", según los organizadores de la muestra. Empleados municipales han limpiado la escultura tras el incidente y han continuado con los preparativos de la exposición, cuyas obras se exhiben mayoritariamente dentro del edificio, pero que recibe a los visitantes con tres esculturas en la calle: la citada estatua ecuestre de Franco, la escultura de La Victoria que formó parte del obelisco de la Diagonal y una imagen que reproduce la escultura La República, que actualmente está en el distrito de Nou Barris.
Cual Sleepy Hollow, el dictador aparece en la obra montado a caballo. Numerosos ciudadanos se han acercado a verla y fotografiar esta estatua que ha levantado expectación entre los barceloneses tras la polémica suscitada por los grupos de la oposición del Ayuntamiento de Barcelona, que consideran un error exhibir símbolos fascistas.
Deconstruir a Franco
La obra de Viladomat no tiene cabeza porque desapareció de los almacenes municipales antes de que decidieran utilizarla para la exposición. La muestra que inaugurará esta tarde el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, pretende mostrar "la permisibilidad con los símbolos de la dictadura a partir de la presencia de las tres estatuas y de la actitud de sus autores, Marés y Viladomat, que trabajaron para la República, contribuyeron a la exaltación de la dictadura y fueron reconocidos por la democracia", según el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB).
No es la primera vez que a Franco se le arranca un miembro o se le deconstruye. El gran experto en el arte de descuartizar al dictador es Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970), que ha protagonizado las reflexiones más incisivas y molestas sobre las imágenes legadas del pasado. Recurrente es la visita con invidentes a un almacén para tocar la escultura de Franco, retirada gracias a la Ley de Memoria Histórica, a fin de reflexionar la incapacidad de este país de tratar con normalidad ciertos elementos de su historia más reciente.
El gran experto en el arte de descuartizar al dictador es Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970), que ha protagonizado las reflexiones más incisivas y molestas sobre las imágenes legadas del pasado
Su obsesión por analizar el morbo -entre la exaltación y el pánico- que se tiene en España hacia los mitos de la Guerra Civil y la dictadura le llevó, hace tres años, a comprar el Azor, la embarcación de recreo del dictador. En pocas palabras: se lo cargó. Sólo quedó intacto y reconocible el mástil, los asientos, y las letras con el nombre del barco. Rompió así con uno de los últimos referentes vivos del caudillo perdiese todo su significado al convertirlo en una gran montaña de acero y aluminio.