La gesta de Isaac Peral, el marino que da nombre al nuevo submarino español: su vida llega al cómic
El ingeniero diseñó y demostró que era posible y operativo un torpedo submarino con una capacidad de defensa hasta ese momento nunca vista en el mar.
22 abril, 2021 11:52Noticias relacionadas
El submarino S-81 Isaac Peral, una sofisticada nave de guerra de 81 metros de eslora con capacidad para disparar hasta 12 torpedos guiados por fibra óptica y misiles tácticos como los Tomahawk, va a ser botado al agua en Cartagena este jueves. El acto estará presidido por el rey Felipe VI y el resto de la Familia Real, con Leonor, la princesa de Asturias, como madrina del sumergible. Se trata de un hito que situará de nuevo a la ingeniería naval española a la vanguardia mundial.
Porque ya lo fue en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el marino e ingeniero que da nombre hoy al batiscafo, Isaac Peral y Caballero (1851-1895), diseñó y demostró que era posible y operativo un torpedo submarino con una capacidad de defensa hasta ese momento nunca vista en el mar. Fue una de las principales figuras de la segunda revolución industrial en España y logró triunfar en una carrera en la que también estaban implicados países como Inglaterra, Alemania o Estados Unidos.
Coincidiendo casi con la botadura del ambicioso modelo, la Fundación Isaac Peral ha publicado Isaac Peral. La conquista de un nuevo sueño, un cómic que analiza la vida del científico y militar cartaginés, poniendo especial énfasis en los principales eventos históricos de la época en los que tomó parte, desde la crisis de las Islas Carolinas hasta las confusas decisiones políticas de los gobiernos de la época que terminaron por hacer fracasar su proyecto. La obra cuenta con el guion de Mario Tascón y Ana Cermeño y las ilustraciones de Raúl Arias. La supervisión histórica la han realizado Diego Quevedo y José María Otero.
A pesar del innegable éxito del marino inventor, todo su proyecto quedó sumido en un gran debate mediático entre dos corrientes enfrentadas: "peralistas" y "peralófobos". Entre estos últimos se incluía Manuel de la Pezuela, el ministro de Marina del Gobierno de Cánovas del Castillo. En una conversación desvelada en el periódico La Época, se refirió a la obra de Peral en los siguientes términos: "¡Vaya! ¡Un Quijote que ha perdido el seso leyendo la novela de Julio Verne!". El propio presidente tampoco se mordió la lengua: "Ese cacharro náutico no podrá servirnos por ahora; para más adelante ya se habrá vuelto cuerdo el inventor", dijo.
"A Peral la idea de que le compararan con Verne le molestaba bastante, puesto que consideraba que en el libro las expectativas del submarino eran mucho más altas que lo que permitía la realidad", explica el guionista Mario Tascón. A pesar de gobiernos, espías, chantajes, sobornos y burocracia, Peral consiguió botar la nave y superar todas las pruebas. El submarino eléctrico fue un éxito y se celebró en toda España. Pese a los buenos resultados, las envidias políticas condenaron el proyecto.
Desilusionado por el trato recibido y a pesar del inmenso apoyo del pueblo español, el militar no se rindió cuando el Gobierno le obligó a dejar en dique seco su invento: abandonó la Armada y reorientó su vida hacia otros ámbitos para seguir imaginando una sociedad mejor y más justa gracias a la electricidad. "Entonces se creía que la nave que podía hacer ganar una guerra era un acorazado, la idea de Peral se veía como de guerra sucia, no de una guerra de militares. La idea de esconderse y hundir un barco con un torpedo era una idea fea", apunta Tascón.
El marino se reveló en un gran emprendedor que también puso en marcha diversas compañías y se encargó de la electrificación de ciudades como Zaragoza y parte de Madrid. "La que fuera su fábrica es hoy el campus de Google en Madrid", recuerda Tascón. Esta faceta de Peral no tuvo mucho recorrido porque murió muy joven. No obstante, las patentes de sus baterías, que eran su especialidad, fueron compradas por Tudor.
El cómic sobre sus hazañas podrá adquirirse en las librerías Cervantes de Madrid, Alcaraz de Cartagena y Bernat de Barcelona, además de en la Fundación Isaac Peral y en el Museo Naval de Cartagena al precio de 12 euros. También de forma online en La casa del libro y en Prodigioso Volcán.