Más de cien escritores internacionales se han rebelado contra el clima de miedo y censura de Turquía: se han dirigido en una carta al primer ministro del país, Ahmet Davutoglu, para exigirle que se retiren los cargos contra los dos periodistas turcos acusados de espionaje. A Dündar -director del diario Cumhuriyet- y a Gül -jefe de su oficina de Ankara- se les acusa de publicar imágenes de un supuesto cargamento de armas que se envió en enero de 2014 desde Turquía a Siria bajo protección del servicio secreto turco y que el Gobierno había declarado como "ayuda humanitaria".
La fiscalía pide para ellos cadena perpetua al considerar que ese reportaje constituye, además del citado delito de espionaje, conspiración contra la autoridad y colaboración con el terrorismo. La carta se envió ayer y el juicio se celebra hoy a puerta cerrada, ya que los jueces han rechazado la presencia de prensa y público. Los observadores temen que la sesión pueda terminar con un nuevo decreto de prisión preventiva para los acusados.
La carta se envió ayer y el juicio se celebra hoy a puerta cerrada, ya que los jueces han rechazado la presencia de prensa y público
Autores como Mario Vargas Llosa, JM Coetzee, Yann Martel, Colm Tóibín, Monica Ali y Margaret Atwood han firmado este manifiesto -que pide el fin de la persecución de la libertad de expresión en Turquía- después de que la organización PEN internacional [la asociación mundial de escritores] publicase un informe advirtiendo que los medios de comunicación independientes del país se enfrentan a una "crisis sin precedentes". Están viendo menoscabados sus derechos y no tienen margen de maniobra.
Derechos fundamentales
"En los últimos años, las autoridades turcas han hecho esfuerzos extraordinarios para silenciar a los críticos y disidentes. Esto ha tenido un impacto en todos los ámbitos de la sociedad turca", reza la misiva según The Guardian. "La legislación y las prácticas actuales de vigilancia disminuyen la libertad de expresión para los escritores y periodistas del país, pero también amenazan seriamente los derechos fundamentales y las libertades de decenas de millones de personas".
Los escritores instaron al primer ministro a "liberar a todos los escritores encarcelados en Turquía, simplemente por el ejercicio pacífico de la libertad de expresión, a retirar los cargos similares contra todos los demás... y a modificar o derogar toda la legislación que restringe indebidamente la libertad de expresión". "El hecho de que Dündar y Gül puedan enfrentarse a una vida en la cárcel sólo por cumplir con sus responsabilidades como periodistas demuestra el lamentable estado de la libertad de expresión en Turquía", declaró Jennifer Clement, presidenta de PEN Internacional.
No son los únicos: hay más de 20 escritores que languidecen tras las rejas, así como decenas de otros que están siendo investigados o procesados
"Lamentablemente, sus casos no son los únicos. Hay más de 20 escritores que languidecen tras las rejas, así como decenas de otros que están siendo investigados o procesados simplemente por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión". Yann Martel, autor de La vida de Pi y firmante del manifiesto, mostró su preocupación por "la erosión de la sociedad civil en Turquía". Y agregó: "El país podría florecer en su democracia multicultural. Tiene un potencial increíble. Y, en cambio, va por el camino del autoritarismo. Debemos hacer todo lo posible por evitar esta tragedia".
El informe de Pen, Periodismo en estado de sitio, ha acusado a Erdogan de propiciar el declive durante su gobierno a base de someter a periodistas y medios de comunicación sometidos a prisión, intimidación, acoso y asalto.
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