Un director de cine y dos músicos iraníes han sido condenados cada uno a, al menos, tres años de prisión por sus actividades artísticas. Los tres jóvenes serán detenidos de forma inminente tras la reciente confirmación de su condena por un tribunal de apelaciones de Teherán. Como Irán está de fiesta por unos días -se celebra el año nuevo persa-, los condenados aún no han sido arrestados, pero se espera que sean detenidos cuando el período festivo amaine: en dos semanas. Esta sentencia se suma a las continuas persecuciones, torturas y encarcelamientos con los que Irán busca machacar la libertad de expresión: como el caso de los dos escritores condenados a 11 años de prisión y 99 latigazos o la persecución del joven poeta homosexual.
Dos de los condenados son hermanos -Mehdi y Hossein Rajabian, de 26 y 31 años- y el tercero es un amigo común -Yousef Emadi, de 35-. Han sido declarados culpables de "insultar a santidades islámicas", de "difundir propaganda contra el sistema" y de "emplear actividades audiovisuales ilegalmente" -es decir, rodar un filme sobre el derecho de la mujer al divorcio-, todo tras un juicio que, según amnistía internacional, no duró más de tres minutos.
Ni siquiera han tenido acceso a representación legal durante el interrogatorio ni durante el proceso. Es lo habitual en los llamados "presos de conciencia" iraníes
Ni siquiera han tenido acceso a representación legal durante el interrogatorio ni durante el proceso. Es lo habitual en los llamados "presos de conciencia" iraníes. A los pocos a los que se les permite contar con abogado en la vista oral, no les dejan hablar con el letrado hasta el día del juicio. Los abogados se quejan de intimidación, pero más les vale no elevar demasiado la voz: a algunos, por incómodos, les ha ido peor que a sus clientes. Entre ellos está Abdolfattah Soltani, que cumple una condena de 13 años.
Obligados a 'confesar'
Según detalla la causa abierta por amnistía internacional, los hechos se sucedieron así: un día de octubre de 2013, los tres estaban trabajando en su oficina común y llegaron los funcionarios de la Guardia Revolucionaria. Les propinaron descargas eléctricas, los golpearon, les vendaron los ojos y los llevaron a un lugar que se desconoce durante 18 días. Allí, por medio de diversas torturas, los obligaron a "confesar". Los dos meses siguientes los pasaron en el régimen de aislamiento de Evin, donde los interrogadores les hicieron grabar confesiones televisadas amenazándoles, si no, con la cadena perpetua.
En abril de 2015 se celebraron sus tres minutos de juicio: el crimen de Hossein era la producción del citado documental sobre la mujer y el de su hermano Mehdi y su amigo Yousef era distribuir música que no había sido aprobada previamente por las autoridades. Mehdi es el fundador de la página web iraní Barg Music -descargas sin licencia- que se dedicaba a airear letras y mensajes que eran considerados ofensivos por las autoridades o la religión del país.
Tuvieron que pagar unos 60.000 euros para salir en libertad condicional. ¿En cuanto a la acusacion? Recurrieron, y el tribunal de apelación acaba de confirmar sus condenas de entre tres y seis años de prisión y una multa de 200 millones de riales (unos 3.500 euros). El mínimo en prisión son tres años, el resto será condicionado a su "buen comportamiento".
Artistas como criminales
A finales de enero, un grupo de 165 intelectuales iraníes firmó un manifiesto para pedir a la justicia persa que retirase los cargos contra los dos productores de música independiente. El texto criticaba que "en Irán a los artistas se les castigue mucho más severamente que a los criminales". Entre los firmantes había algunas figuras destacadas, como el músico Mohsen Namjoo o el director Jafar Panahi.
"Estas sentencias ponen de manifiesto lo absurdo del sistema de justicia de Irán, que marca como criminales a ciertos individuos sólo porque ejercen pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión a través de la creación de músicas y películas. Estos jóvenes no deberían haber sido detenidos, y mucho menos llevados a juicio", ha declarado Said Boumedouha, subdirector de Amnistía Internacional de Oriente Medio y el Norte de África. "Estas convicciones flagrantes incumplen la obligación de Irán de respetar el derecho a la libertad de expresión. Si, finalmente, son condenados en última instancia, estos individuos serán presos de conciencia".
Estas sentencias ponen de manifiesto lo absurdo del sistema de justicia de Irán, que criminaliza a ciertos individuos sólo porque ejercen pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión a través de la creación de músicas y películas
La ONG Human Rights Watch -que se dedica a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos- ha criticado a Irán por negar la representación legal a sus detenidos y ha exigido que el nuevo Parlamento iraní haga los cambios pertinentes en el código penal. "Que los acusados tengan acceso a un abogado de su elección es una garantía fundamental para asegurar un juicio justo en Irán", ha asegurado Sarah Leah Whitson, directora de HRW de Oriente Medio. "Irán debe abordar inmediatamente esta disposición legal problemática y adoptar medidas eficaces contra los abusos cometidos por su sistema judicial".
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