“¿Qué escritoras le sirven de inspiración?”, le preguntó ayer sábado uno de los asistentes a la conferencia de la Universidad de Boston a Gay Talese. El intocable padre del Nuevo Periodismo -el mismísimo Tom Wolfe quiso compartir con él su corona- respondió breve y franco: “Ninguna”. Cejas arqueadas, incomodidad, silencio. La confesión adquiría especial relieve al situarse en una ponencia titulada El poder de la narrativa y en la que la mayoría del público era femenino.
Ante el estupor, el escritor supo que debía continuar y reconoció que ninguna le había “encantado” porque “a las mujeres educadas no les interesa pasar su tiempo con personas groseras o antisociales”, según detalla hoy domingo The Guardian. Al parecer, la conferencia no fue grabada en vídeo y entre unos y otros pretenden reconstruir las palabras exactas que pronunció el periodista.
Según Talese, las mujeres no escriben bien No Ficción porque no se sienten cómodas hablando con extraños
Amanda Katz -del Boston Globe Arts-, que había asistido al encuentro, explicó en su cuenta de Twitter que, según Talese, “las mujeres no escriben bien No Ficción porque no se sienten cómodas hablando con extraños”. Otra espectadora -Amy Littlefield, periodista estadounidense- aseguró a The Washington Post que, en primer lugar, el escritor había mencionado a Mary McCarthy -novelista, crítica y activista política-, pero que desechó la idea enseguida y su discurso se centró en el porqué de su negativa. “Creo que, tratándose de una reunión de tantas mujeres talentosas, fue desalentador tener que escuchar al que podría ser un héroe para muchas de nosotras decir que, en realidad, no puede nombrar a ninguna mujer que le ayudase a dar forma a su obra”, recalcó Littlefield.
Generación de reporteras
Un reportero del NBC Washington reformuló: “¿Su comentario va en relación a la generación de mujeres periodistas que se encargan de cubrir sucesos como asesinatos o historias de maleantes? ¿Qué hay de ellas?”. Talese contestó: “Podría ser, no estoy seguro. No conocía mujeres que estuvieran haciendo este tipo de cosas en este momento. Y conozco muchas mujeres brillantes…”. La galardonada periodista india Anubha Bhonsle también estaba entre el público. Bhonsle es autora de Madre, ¿dónde está mi país?, una obra que aúna reportajes sobre Manipur, un estado al noreste de la India que vive a punta de pistola.
Algunos matizan que Talese se refería únicamente a las mujeres de su generación, “que se prevenían de tocar ciertos temas o de tratar con desconocidos”. Mitchell Zuckoff, periodista, profesor de la Universidad de Boston y coorganizador de la conferencia, se lanzó en la defensa del entrevistado: “Yo interpreto que el comentario de Talese era más acerca de lo que era la vida del escritor en los años 50 y 60, un tiempo en el que no había oportunidades para las mujeres de hacer narrativa de no ficción a un nivel que lo hubiese inspirado a él”. Michael Rosenwald, editor y colaborador del Washington Post, aseguró que Talese habla a menudo de la influencia que han ejercido sobre él escritoras como Carson McCullers, Alice Munro o Katie Roipe.
Grandes autores misóginos
¿Dejaría el público de admirar a Talese si su comentario -una vez aclarado- fuese objetivamente misógino? La historia literaria ya ha perdonado a otros grandes como Nietzsche (“Si vas con mujeres, no olvides el látigo”), Pierre de Marivaux (“Cuando alguien presume de su mujer amable y del amor que siente por ella, creo ver a un frenético que elogia a una víbora, y que aún dice que es encantadora y que tiene la suerte de ser mordido”) o el propio Freud (“La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual aún no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación en el alma femenina, es ¿qué quiere una mujer?”).
Sin olvidar a Oscar Wilde (“Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan” o “Bigamia es tener a una mujer de sobra, monogamia es lo mismo”) ni a Dostoievski (“La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto”).
La tormenta en Twitter estaba al caer: el hashtag #womengaytaleseshouldread arde en recomendaciones
En cualquier caso, la sensación final fue más agria que dulce. La escritora y productora de radio Anne Ford, por ejemplo, salió del evento antes de tiempo y denunció, manifiestamente ofendida, la “misoginia” de las palabras del autor. La tormenta en Twitter estaba al caer. El hashtag #womengaytaleseshouldread arde en recomendaciones. “¿Que las mujeres no escriben sobre personas antisociales? Toni Morrison se está volviendo loca”, opina un usuario. “Recuerde, Gay Talese. No todas son mujeres escritoras. Hay periodistas como Amy Goodman, Nellie Bly y Martha Gellhorn”, repone otro.
“Seguro que esto se le perdona a Talese porque su generación es la del viejo hombre blanco”, suspira una lectora. “La edad no es excusa: Rebecca West, Rachel Carson, Gloria Steinem, Gail Sheehy”, nombra un tercero. La lista es infinita. “Talese dice que las mujeres no escriben sobre personajes antisociales… sólo he tardado dos segundos en pensar en Adrian Nicole LeBlanc”, redacta un tuitero. Hay quien guiña virtualmente: “Nan Talese, su esposa #womengaytaleseshouldread”.
Noticias relacionadas
- Virginia Woolf, la primera escritora que cobró como un hombre
- Antonio Banderas: “Altamira no debería abrirse al público”
- La desgracia de ser judío: diez claves para entender a Imre Kertész
- Antonio Banderas protagoniza el anuncio más caro y ridículo de la cueva de Altamira
- Tócala otra vez, Crumb
- De Miss Mundo a protagonista de Quantico: así es Priyanka Chopra