Los Beatles llegan a Spotify (¡por fin!) cuando la discografía del grupo es ya terreno explorado, cartografiado y sobreanalizado, lo que no quita para que todavía haya hueco para intentar darle un meneo al canon más importante de la historia del pop, para crear un Grandes Éxitos alternativo formado por canciones de relleno que han adquirido el valor de clásicos durante estos años, caras B más importantes que los singles a los que acompañaban, experimentaciones desbocadas y hasta algunos errores causados por los duendes del estudio de grabación. Cada una de ellas puede servir para ilustrar desde otro ángulo algunos aspectos que han hecho célebre al grupo, desde la forma de componer en una época en que el estudio se convirtió en un instrumento más de posibilidades ilimitadas a su relación entre ellos (o con Yoko Ono) y la importancia de la política pero también del dinero. Hemos hecho esta lista en Spotify para celebrarlo.
'Hey Bulldog' (1969)
Si hay un tema que ocupa tradicionalmente el número 1 en todas las listas (no oficiales) de Canciones Más Infravaloradas de los Beatles ese es Hey Bulldog, escrito en tiempo récord por Lennon-McCartney casi como un pasatiempo, y grabado mientras eran filmados en el estudio para el video promocional de Lady Madonna (con la que guarda similitudes obvias). Publicada en el álbum Yellow Submarine (1969), el propio Lennon no sentía mucho cariño hacia la criatura, que consideraba un ejemplo de algo que suena bien pero que no significa nada, si bien entre sus fans e ilustres defensores están The Gods, Dave Grohl, Alice Cooper, Miles Kane y Gomez, un grupo de brit-pop que precisamente tuvo su pico de popularidad con una versión para un anuncio de Philips de otro gran tema “olvidado” de los Beatles: Getting Better.
'Rain' (1966)
Rain es una de las mejores caras B de los Beatles y también una de sus primeras incursiones en territorio psicodélico, si atendemos a la letra (“It's just a state of mind?”) como al sonido, en el que grupo experimentó con algunos trucos de estudio –manipulación de la velocidad de grabación, invirtiendo voces– que marcarían la textura de Revolver (1966), amén de un bajo y una batería que sobresalen por encima del resto. Para ella se hicieron tres vídeos promocionales para la emisión en televisión, una práctica entonces habitual en el grupo que hizo que George Harrison declarara años después: “Así que supongo que de alguna forma inventamos la MTV”. Es también uno de los vídeos favoritos de los conspiranoicos que sostienen que McCartney murió en un accidente de coche y fue sustituido por un doble.
'Blackbird' (1968)
Blackbird es uno de los clásicos de los Beatles que nunca llegaron a ser número 1. A pesar de que se puede escuchar un mirlo de fondo, según McCartney, autor de la canción, la escribió en Escocia no pensando precisamente en pájaros, sino en las mujeres negras durante los conflictos raciales que agitaron la primavera de 1968 en Estados Unidos. McCartney no siempre ha defendido esta interpretación, aunque esto puede ser debido a que fue una de las canciones del grupo elegidas por Charles Manson como inspiración. Además del mirlo, también puede escucharle el pie de McCartney golpeando el suelo para marcar el ritmo, que grabó la canción sólo en un estudio de Abbey Road mientras, en otro, Lennon se dedicada a otro clásico cargado de mensaje político, Revolution 9, que tampoco alcanzó el número 1.
'No Reply' (1964)
El tema encargado de abrir Beatles For Sale (1964) fue escrito originalmente por Lennon para Tommy Quickly, otro de los artistas de Brian Epstein que ya había hecho suya en 1963 otra canción del cuarteto nunca editada de forma oficial, Tip of My Tongue. Esta vez, sin embargo, Quickly, que también era de Liverpool y cuya carrera no llegaría mucho más lejos, nunca llegó a grabarla, así que fue aprovechada por los Beatles. Se suele considerar la primera canción “completa” escrita por Lennon, en el sentido de que el músico cuenta en ella una historia con su principio y su final.
'I Me Mine' (1970)
George Harrison escribió y cantó esta canción que definió como “un vals pesado” y donde hablaba de su experiencia con el LSD y de sus implicaciones filosóficas en el concepto de “ego”. También ha pasado a la historia como la última grabación de los Beatles, en enero de 1970, y de hecho Lennon no participó en ella. Una vez separada la banda, Phil Spector, polémico productor final de Let It Be –disco en el que se incluyó la canción–, fue el encargado de añadir los arreglos orquestales y de alargar la canción hasta los dos minutos y medio.
'Her Majesty' (1969)
Y hablando de duración. Los Beatles tienen grandes canciones de apenas un minuto. Her Majesty es la más corta de su repertorio y sus 23 segundos fueron pensados originalmente como parte de un medley en mitad de Abbey Road (1969), entre Mean Mr Mustard –que también menciona a la reina y cuyo acorde final puede escucharse al principio de la canción– y Polythene Pam. Fue McCartney quien decidió excluirla e incluso que fuera eliminada. Sin embargo, el ingeniero de sonido tenía órdenes de que ninguna canción de los Beatles fuera borrada. Por accidente, Her Majesty permaneció “oculta” al final del disco, donde quedó porque a McCartney finalmente le gustó el efecto inesperado que le daba al álbum.
'Everybody's Got Something To Hide Except Me and My Monkey' (1968)
El álbum blanco tiene estas cosas, temas como Wild Honey Pie o Glass Onion, pequeñas piezas cargadas de experimentación sonora y referencias ocultas. Everybody's Got Something To Hide Except Me and My Monkey no habla de la heroína, sino de John Lennon y Yoko Ono en una época en la que, según el músico, todo el mundo se mostraba muy tenso y paranoico respecto de los dos, excepto ellos mismos, que estaban enamorados –y que tomaban efectivamente heroína para escapar de la presión sobre ambos.
'You Never Give Me Your Money' (1969)
Y ya estamos tardando en hablar de pasta. Musicalmente, You Never Give Me Your Money es otro puzle de fragmentos magistralmente ensamblados en un disco como Abbey Road, que según Lennon estaba compuesto por canciones inacabadas y pegadas unas con otras. La letra fue escrita por McCartney y hace referencia al complicado estado de las cuentas de los Beatles y de Apple Records en 1969, así como a Allen Klein, manager y responsable de los asuntos financieros del grupo tras la muerte de Brian Epstein, y por quien McCartney no sentía precisamente cariño.
'It’s all too much' (1969)
Por influencia en otras bandas e impacto popular, Tomorrow Never Knows y I Am The Walrus son los números 1 y 2 de los Beatles más psicodélicos y sirven para explicar en gran medida lo que estaba por llegar en el pop en el futuro, desde la ELO a los Chemical Brothers. Pero It’s all too much es una pieza indiscutible del mejor repertorio de los Beatles y del rock ácido que marcó la época. De nuevo, estamos ante otro reflejo de las experiencias de Harrison con el LSD y la meditación y ante un ejercicio libre de corta-y-pega: el músico se apropió del verso “With your long blond hair and your eyes of blue” del tema Sorrow, del grupo americano The McCoys, que se hizo muy popular Inglaterra en 1966 en versión de The Merseys, además de trompetas la Marcha del Príncipe de Dinamarca, del barroco Jeremiah Clarke.
'You Know My Name (Look Up The Number)' (1967)
Esto se parece más a una jam de jazz rock de Frank Zappa, pero es otra “joya escondida” del repertorio de clásicos del grupo: se comenzó a grabar en 1967 y, dos años después, se añadió la cacofonía de voces en estudio. Aunque Lenon la barajó en su día como single para Plastic Ono Band, el resto del grupo se opuso y finalmente se publicó como Cara B del single Let it Be en 1970. Es considerada por McCartney como su canción favorita de los Beatles. ¿Alguna razón más por la que deba estar en esta lista? Brian Jones tocando el saxo, toma ya.