Los llamaban "los gigantes del norte". Se les recuerda como hombres bárbaros, como guerreros hambrientos. Pero también fueron conquistadores, navegantes de raza, artesanos y progresistas tecnológicos, aperturistas sociales, exitosos comerciantes. Ahora, el descubrimiento de un asentamiento vikingo de mil años de antigüedad en una isla canadiense, según The Independent, podría reescribir la historia: ¿Y si hubieran viajado mucho más lejos de lo que se creía? ¿Llegaron ellos a América del Norte antes que Cristóbal Colón?
Los científicos han arrojado luz sobre la cuestión con ayuda de imágenes satelitales capturadas a más de 644 kilómetros en el espacio: en ellas se apreciaba tierra decolorada y cambios en la vegetación, lo que indicaría -por los niveles de humedad- que hay algo escondido bajo la superficie. Más adelante, los arqueólogos encontraron una piedra con restos férreos; lo que, según sus estudios, sería una herramienta empleada para trabajar el hierro. Esto es seña de que su población se enriquecía con actividades culturales como la orfebrería y que poseía la capacidad de crear cierto tipo de armas y herramientas.
Los nórdicos recopilaban minerales de hierro procedentes de los pantanos, trozos de tamaño similar al de una nuez, y luego los fundían para unirlos y crear herramientas
Es especialmente significativo porque, hasta ahora, no hay pruebas de que las poblaciones indígenas de Norteamérica fueran capaces de procesar el mineral de hierro. Sin embargo, según la arqueóloga estadounidense Sarah Parcak, de la Universidad de Alabama, "los nórdicos recopilaban minerales de hierro procedentes de los pantanos, trozos de tamaño similar al de una nuez, y luego los fundían para unirlos y crear herramientas", ha asegurado la experta a CNN.
55 años sin noticias de los vikingos
El lugar se encuentra a casi 483 kilómetros al sur del único asentamiento vikingo confirmado en la zona -que data del siglo XI-, llamado L'Anse aux Meadows, en la punta de la Gran Península del Norte de la isla de Terranova. L'Anse aux Meadows fue descubierto hace 55 años y, desde entonces, la investigación sobre el recorrido histórico de los vikingos sigue paralizada. Parcak también es la responsable del escaneo y el estudio de las imágenes del nuevo asentamiento, liderando al arqueólogo de la Universidad de Boston, Douglas Bolender; el historiador Dan Snow y un grupo de científicos internacionales.
La experta ya fue pionera en hacer uso del satélite para localizar ciudades egipcias perdidas, templos y tumbas, y ahora aplica la misma tecnología para escrutar la isla en busca de rastros vikingos perdidos. Fue en junio del año pasado cuando Parcak se sintió atraída por esta zona al recibir los resultados que indicarían actividad humana. Le pasó lo mismo que en Egipto: al analizar el cambio de humedad en el suelo del territorio, se le encendió la bombilla. "Cuando empezamos la búsqueda, no confiaba en encontrar restos nórdicos. Mi hipótesis era que hallaríamos pruebas de poblaciones indígenas".
La experta ya fue pionera en hacer uso del satélite para localizar ciudades egipcias perdidas, templos y tumbas, y ahora aplica la misma tecnología para escrutar la isla en busca de rastros vikingos perdidos
Parcak es consciente de que debe mostrar prudencia: ya ha habido varios incidentes en los que "reliquias" presuntamente vikingas han resultado un engaño y la comunidad científica se muestra escéptica sobre el tema. Para poder constatar que, efectivamente, los nórdicos fueron pioneros en pisar esa tierra, hay que llevar a cabo más excavaciones que lleven a datos más concretos sobre el período de tiempo. En verano se retomará la investigación.