En enero de este año, el gobierno británico daba luz verde a la construcción de un túnel bajo el templo de Stonehenge: la carretera A303 correrá en el underground del monumento prehistórico, bautizado como “patrimonio de la humanidad” por la UNESCO. El secretario de Transportes Chris Grayling dijo en su momento que el plan “servirá para aliviar el tráfico y paliar la congestión”, y se mostró impertérrito ante las más de 17.000 firmas que intentaron derribar el proyecto explicando los efectos perjudiciales de la alteración del paisaje y de los riesgos para la obra megalítica.
Se trata de un túnel de 2,9 kilómetros con dos carriles en cada sentido; claro que debería prolongarse al menos cuatro kilómetros para no hacer estragos visuales y sonoros en el templo. La UNESCO desplazó a la zona a sus expertos a finales de 2015 y, contra todo pronóstico, concluyó que el proyecto puede hasta resultar beneficioso para proteger el entorno, teniendo en cuenta el tráfico que a día de hoy corre justo al lado del monumento.
Cambio de idea
Ahora, sin embargo, hay nuevas noticias: un equipo de asesores de la UNESCO -El Consejo Internacional de Monumentos y Lugares de Reino Unido- ha manifestado que “otras rutas posibles que no afectasen al patrimonio de la humanidad deben ser consideradas”, y añadió que habría que realizar una consulta más amplia para que la decisión fuese “más robusta”, amén de tener en cuenta también otros monumentos, como el círculo de piedras de Avebury. También han sugerido que, de llevarse a cabo, el túnel debería ser más largo para tomar aún más distancia del sitio y no afectar a su valor único.
El informe de los asesores alude a otra ruta a través de Boscombe Down. “No se ofrece ninguna razón en la consulta actual para excluir esa zona como área posible a examinar”
El informe de los asesores alude a otra ruta a través de Boscombe Down. “No se ofrece ninguna razón en la consulta actual para excluir esa zona como área posible a examinar”, han apuntado. “No tiene ninguna denominación específica conocida o ninguna limitación más allá de su propiedad”. La tierra a la que se refieren está alquilada a QinetiQ -una potente empresa tecnológica de defensa- por el Ministerio de Defensa. “Hasta 2025”, apuntilló el Consejo.
El Consejo explicó que se está protegiendo más la zona de Blackdown Hills -un hermoso y cuidado paraje natural que se libró de una carretera intrusiva- que el patrimonio mundial de Stonehenge, que goza de “una designación internacional”, pero al que, sin embargo, “no se le está dando el mismo privilegio”. Los expertos han añadido que, a juzgar por la extensión propuesta para el túnel, los intereses parecen estar basándose más “en el dinero que en las consideración al patrimonio cultural”.
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