“Hoy he participado de voluntaria en una carrera organizada por el Hospital y ha pasado algo que me ha emocionado muchísimo”. Así empieza el relato de lo vivido Mar. Ella ha conseguido que la historia de Miguel Ángel, recién trasplantado de hígado, se haga viral a través de Twitter. Él finalizó después que el resto, pero consiguió acabarla y le rindieron un homenaje.

“Había unos 600 corredores y han ido llegando a la meta todos hasta que ya han dejado de llegar participantes. Entonces, la carrera se ha dado por terminada y nos han dicho que empezáramos a quitar vallas y recoger comida de las mesas. Incluso han dado los premios a los ganadores, y la mayoría de corredores se han ido”. La carrera, por tanto, estaba finiquitada, pero entonces…



“Total, que quedábamos unas 50-60 personas (entre organizadores, voluntarios y otros participantes y familiares que hablaban) y una mujer se me ha acercado. Me dice: ‘Perdona, pero aún queda un corredor que no ha llegado y es mi marido. Veo que ya han recogido las medallas y me haría muchísima ilusión que él tuviese una también ya que ha pagado y participado y pretende llegar hasta el final”.



Ese hombre del que hablaba la mujer había sido trasplantado del hígado y no podía casi correr, pero se había apuntado a la carrera para demostrarse que podía con todo y que había superado su enfermedad. Entonces, Mar, voluntaria, y otra compañera suya, corrieron a encontrar una medalla para dársela cuando llegase. Contactaron con otros voluntarios en otro punto del circuito y se unieron a correr con él, pues la carrera había acabado.



“Entonces hemos ido a hablar con la organización –continúa Mar– y esta ha dicho por el altavoz que quedaba un corredor trasplantado que se merecía un buen recibimiento. Y todo el mundo, emocionado, ha corrido a ponerse en la meta y junto con otros voluntarios, hemos ido a buscar la cinta que cruza el ganador y se la hemos vuelto a colocar porque él también ha ganado esta carrera”.



A los cinco minutos, todos le vieron girar la curva y llegar a la meta: “Yo corro por mi donante”, dijo Miguel Ángel al llegar. “De verdad que se nos ha puesto a todos la piel de gallina”, finaliza Mar en esta bonita historia.

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