San Valentín en el deporte: de la historia de amor de Graf y Agassi a la ruptura de Belmonte y Hernanz

Siglo III en Roma. El Imperio era gobernado por el emperador Claudio II, quien tomó la decisión de prohibir los matrimonios entre personas jóvenes. La guerra se imponía así el amor, ya que este consideraba que los hombres solteros, que no tenían ni mujer ni hijos, eran mejores soldados. Pero en su camino se interpuso un sacerdote cuyo nombre era Valentín.

El sacerdote, de forma clandestina, luchó contra la ley de Claudio II y comenzó a celebrar matrimonios en secreto. Cuando esto se descubrió, el emperador mandó encarcelarle y fue ejecutado el 14 de febrero del 270.

No fue hasta pasados más de doscientos años cuando el Papa Gelasio I decretó ese día como el de San Valentín. Desde ahí quince siglos de festividad hasta que el 1969 se eliminó del calendario como tal, aunque ha seguido festejándose como la celebración del amor.

San Valentín

Llega el 14 de febrero. Regalos, detalles, citas y mucho amor. Pocos se salvan o esquivan de las flechas de Cupido, ni siquiera las estrellas del mundo del deporte. Parejas que van y vienen, como las de Nicky Bella y John Cena o James Rodríguez y Daniela Ospina, u otras que pasan los años y continúan haciendo gala de su felicidad y complicidad.

El amor y el tenis

Lo que el tenis unió que no lo separe nadie. Una de las historias más duraderas es la que llevan protagonizando Steffi Graf y Andre Agassi durante más de 20 años. Su romance supuso todo un impacto en la época. Dos de los más grandes tenistas de la historia unían sus vidas para casarse en 2001.

Andre Agassi y Steffi Graf Reuters

Los dos campeones forman una pareja consolidada. Ambos hace mucho que dejaron sus respectivas carreras en activo, pero aún siguen disfrutando del tenis juntos en exhibiciones. Entre los dos suman 30 Grand Slams -ocho Agassi y 22 Graf-, siendo además ella considerada como la mejor tenista del siglo XX y la única en haber completado -entre ATP y WTA- el Golden Slam, que consiguió en 1998.

El auténtico Golden Slam solo lo posee Steffi Graf. Este consiste en ganar el Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon, el US Open y el oro olímpico en un mismo año.  Pero otros tres tenistas han logrado completarlo, aunque en distintos años. El propio Andre Agassi es uno de ellos, además del español Rafa Nadal y en lo referente al circuito femenino la estadounidense Serena Williams.

Nunca ha logrado este Golden Slam un Roger Federer que es el tenista con más majors en su palmarés individual y que es el protagonista de una de esas historias románticas que bien podrían verse un sábado por la tarde en Antena 3. Como aquellos jóvenes que se enamoran y logran superar todo tipo de adversidades para pasar el resto de vida unidos, el suizo y su mujer Mirka Vavrinec.

Mirka Vavrinec y Roger Federer Reuters

Uno nacido en Suiza, la otra en Eslovaquia, pero los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 unió a estos dos tenistas. Y es que sí, Mirka Vavrinec era una prometedora tenista que tuvo que alejarse de las pistas por las lesiones. Pero eso no impidió que conociera a Roger Federer y Cupido hiciese el resto. La eslovaca es tres años mayor que él, algo que atrajo aún más a un Roger que se enamoró de inmediato.

Desde entonces no se han separado y Mirka le da la tranquilidad y estabilidad que necesita para mantenerse en los más alto a sus 38 años. "Ella siempre estuvo ahí para mí. Me ayudo en todo lo que pudo y, sin eso, nada hubiera sido tan fácil para mí. Es impresionante", ha dicho sobre su mujer un Federer que sigue veinte años después tan enamorado como el primer día.

Del fútbol a la gimnasia

No solo en el tenis ha surgido el amor. En otras disciplinas como el fútbol o la gimnasia también ha tenido cabida. Una de las parejas que verá en este 2020 como su familia crece es la que forman Alex Morgan y Servando Carrasco. Pese a que ambos son futbolistas, no fue esto lo que les unió, sino que se conocieron cuando ambos estudiaban en la prestigiosa Universidad de Berkeley.

Alex Morgan y su marido Servando Carrasco Twitter (@alexmorgan13)

Los dos estudiaban Economía Política y jugaban en los equipos masculino y femenino de fútbol de la universidad californiana. Comenzaron a salir, lo compartían todo y de ahí a contraer matrimonio en una fecha de lo más señalada: en Nochevieja del año 2014. De ahí hasta que en este 2020 tendrán a su primera hija juntos.

Ella es la galáctica de la pareja y es que Alex Morgan está considerada como una de las mejores del deporte rey. Es internacional con la selección de Estados Unidos y juega en el Orlando Pride. Él también es futbolista, aunque tras acabar contrato con Los Angeles Galaxy se encuentra sin equipo. Siempre apoya a su mujer y se le vio de lo más emocionado cuando esta ganó el pasado verano el Mundial de Francia.

En la gimnasia también surgió el amor y lo hizo entre Nadia Comaneci y Bart Conner. Hay parejas que parecen predestinadas a estar juntas y eso es lo que puede suceder con ellos. Se conocieron en 1976 y su primer beso fue capturado en el Madison Square Garden de Nueva York. Ambos se habían subido el podio y él dijo cuando vio a Nadia: "Es adorable", entonces le dijeron que le besase en la mejilla para la foto.

Nadia Comaneci y Bart Conner

Por aquel entonces él tenía 17 y ella 14, pero no fue hasta pasados quince años cuando sus caminos se cruzaron para no volver a separarse. La 'gimnasta 10' y Bart Conner se casaron en Rumanía, fueron felices y comieron perdices como se suele decir en los cuentos. 

Y se acabó el amor...

Aunque a estas parejas les ha salido bien otros no tuvieron el final feliz que proclamaba Disney. Una de de ellas tiene sabor español. Mireia Belmonte y Javier Hernanz rompieron su relación el pasado 2019. Pero su noviazgo comenzó mucho antes, en 2014.

Los rumores de ruptura acompañaron a nadador y piragüista durante buena parte de su relación, aunque fue el pasado mes de abril cuando se confirmó que ya no estaban juntos. Fue la Universidad Católica de Murcia la que los unió, pero las especulaciones sobre presuntas infidelidades de él y la distancia ya que se veían una o dos veces al mes hizo el resto.

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