“Hay que reestructurar la plantilla”. Ese es el pensamiento dominante en la sección de baloncesto del Real Madrid desde que se conoció el alcance de la lesión que Sergio Llull se produjo este miércoles con la selección española. Los gritos de dolor del menorquín nada más sufrir su rotura de ligamentos en el Santiago Martín tinerfeño aún resuenan en la capital española. Su baja de larga duración (entre seis y nueve meses) provoca miedos totalmente fundados en el club blanco. Con el arranque de la nueva temporada ya al acecho, como la decadencia del mercado veraniego, el Madrid está compuesto y sin jugador franquicia.
Aun así, todavía quedan varias semanas para que las circunstancias cambien y los ánimos sean más optimistas de cara al porvenir. Eso sí, no hay tiempo que perder para intentar paliar lo máximo posible la ausencia de Llull. ¿Qué soluciones hay a lo ocurrido? Aquí proponemos estas cuatro.
1. Galones absolutos para Doncic
¿Sería algo complicado o contraproducente? Quizá más bien lo segundo. Por mucho talento que posea el esloveno, no hay que olvidar que sólo tiene 18 años y que estos ya le pesaron en ciertos momentos de la pasada campaña. Cabe esperar que llegue a la NBA el próximo verano, por lo que va a tomar aún más responsabilidades en el Madrid, pero pedirle a Luka Doncic que sea Sergio Llull suena bastante arriesgado.
Sólo hay que recordar el caso de Nikola Mirotic, canterano exitoso inmediatamente anterior a Doncic. Tuvo protagonismo en el equipo, sí, pero siempre estuvo muy bien arropado por otras estrellas y tampoco las eclipsó. Algunos ya hablan de un año con hechuras de Petrovic para Doncic, arrollador en todos los sentidos. ¿Que posiblemente veamos una versión todavía mejor de la perla balcánica? Sí. ¿Que merece que toda la responsabilidad del éxito o el fracaso del Madrid 17-18 recaiga sobre sus espaldas? No, y no será por madurez, que le sobra, pero la edad es un condicionante a tener en cuenta para no querer correr demasiado rápido con él.
Sí está más claro que Facundo Campazzo, en su regreso, no va a acaparar tantos focos como Llull. Ahora será más importante de lo esperado, desde luego, pero no es lo mismo ser la estrella del UCAM Murcia que convertirse en el santo y seña del Madrid. El argentino lo sabe bien y, en todo caso, Doncic será más protagonista que él se mire por donde se mire. Aun así, y por mucho liderazgo que llegue a concentrar el niño, todos los caminos parecen apuntar al mercado: contar sólo con dos bases casi todo el año no deja de ser una temeridad.
2. Pescar en la Euroliga
La solución más probable para el problema, pero no exenta de dificultad: ya apenas hay agentes libres interesantes. Jayson Granger sería uno de ellos. Viejo conocido de la liga española, ya ha sonado para reforzar a Baskonia y Unicaja, su último equipo en la ACB, este mismo verano. Tras un paso correcto por el Efes, podría aliviar un tanto las carencias anotadoras que tendrá el Madrid sin Llull. Además, y dado su perfil medio, no le costaría dar un paso atrás al volver el '23'.
Otro jugador con el que se podría salvar el expediente, y sin grandes alardes, sería Sam Van Rossom, libre tras salir del Valencia Basket. Trabajador y con buen tiro exterior, el belga sería otro parche más que aceptable, aunque su estado físico en los últimos tiempos podría ser motivo de preocupación. Con la baja de Llull y la del recién incorporado Causeur (también lesionado, no disputará el Eurobasket con Francia), el Madrid ya tiene la enfermería más llena de lo que le gustaría.
Tampoco es descabellado pensar en Nemanja Nedovic. El club le tenía muy presente para dar el relevo a Doncic cuando este haga las Américas y su madridismo declarado también ayudaría. Sin embargo, con el actual jugador de Unicaja se daría una circunstancia común a la de la mayoría de hipotéticos recambios de Llull: habría que pagar una cláusula de rescisión para ficharle. Su contrato con la entidad malagueña expira en junio de 2018, al igual que el de Tyrese Rice con el Barça. Un director de juego talentoso en lo ofensivo y de mayor caché que los mencionados anteriormente, con el añadido de que parece una utopía que vaya a continuar en la Ciudad Condal.
Nando de Colo y Brad Wanamaker están todavía más arriba en el escalafón. Algunos sueñan con el francés, que tiene contrato hasta julio de 2019 con el CSKA de Moscú. Otros se aferran más a la posibilidad de que el norteamericano, ya lejos del Darussafaka, llegue a la capital española y no a la NBA o al Fenerbahçe. ¿Problema? Los últimos nombres mencionados son estrellas, no segundos espadas. Con el añadido de que Wanamaker, a diferencia del resto de hipotéticos, ocuparía plaza de extracomunitario.
3. ¿Pescar en la NBA?
Si otros equipos españoles y europeos lo han hecho en un pasado no muy lejano, ¿por qué iba a ser menos el Madrid ahora? Rebuscando entre los agentes libres de las 30 franquicias norteamericanas, hay algunos nombres interesantes para Europa. Por ejemplo, el de Aaron Brooks (Indiana Pacers), con pasado en los Houston Rockets que tanto han pretendido a Llull. Ha logrado promediar dobles cifras anotadoras hasta en cuatro de sus nueve temporadas en la NBA. Incluso ganó el premio al jugador con más mejoría en el curso 2009-2010. Pasar y robar tampoco se le da mal, al igual que los triples, pero costaría más de dos millones de euros.
¿Y por qué no jugársela con Norris Cole? Quizá anote menos que los anteriores, pero no asiste mal, ha tenido años de porcentajes decentes en el triple y es hábil a la hora de robar balones. La última temporada fue compañero de Álex Abrines en los Oklahoma City Thunder, cobrando sólo poco más de 210.000 euros. Quizá tuvo momentos más álgidos cuando jugaba junto a LeBron James en los Miami Heat, pero ¿quién dice que no es la típica apuesta que podría salir bien en Europa?
Dos ex de la ACB como Alan Anderson (Los Angeles Clippers) y Sasha Vujacic (New York Knicks) andan también sin equipo. Ambos son escoltas (Vujacic puede jugar también de base y Anderson como alero) y tuvieron algunos momentos de gloria pasados en el Viejo Continente. Con concursos anotadores más o menos decentes, podrían mitigar daños, y su salario (menos de medio millón de euros en ambos casos) tampoco supondría un dispendio catastrófico.
4. Reactivar la opción Hanga
Sí, Hanga es alero, pero su llegada daría aún más amplitud al perímetro del Madrid (Doncic, Campazzo, Causeur, Rudy, Carroll, Maciulis, Taylor, Radoncic y Yusta) y suavizaría la no presencia de Llull, dada la polivalencia de varios de sus integrantes. Parece que las negociaciones entre Baskonia y Barça para recalar en el segundo club están paradas tras su supuesta renovación con los alaveses.
Esto, unido al contratiempo de perder a su estrella, puede ser una oportunidad para que los blancos muevan ficha y se hagan con uno de los jugadores más cotizados del baloncesto europeo. ¿Podría hacerse el traspaso en lo económico? Sí. ¿Y en lo no económico? Eso está por ver si, como se supone que dicta el derecho de tanteo, ya no podría militar en otro club que no fuese el Barça (en España) si dejase Vitoria.
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