Qué lejos queda ya la zozobra de 2009, con aquella derrota inicial ante Serbia y el sufrimiento extremo para vencer a Gran Bretaña. E incluso, hace ahora poco más de un año, el calvario del pistoletazo de salida olímpico en Río, avivado por los tropiezos contra Croacia y Brasil. La selección española de baloncesto ha arrancado el presente Eurobasket a lo grande. Sus sensaciones, inmejorables, remiten a unos datos históricos: esta España, ahora mismo, es la mejor en ataque y defensa que ha conocido la era Scariolo.
Delante, 192 puntos a favor tras dos partidos. Montenegro recibió 99 y la República Checa 93. A estas alturas de campeonato en los seis veranos precedentes bajo la dirección del técnico italiano, la España más sobresaliente en lo ofensivo era la de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Todo gracias a una anotación de 179 puntos: 97 a China y 82 a Australia.
A esta cifra sólo se le acercaban los 174 puntos favorables del Eurobasket de 2015 (70 a Serbia y 104 a Turquía) y los 170 de idéntico torneo en 2011 (83 a Polonia y 87 a Portugal). Por detrás, 167 puntos en los dos primeros partidos del Mundial de 2010 (66 a Francia y 101 a Nueva Zelanda), 141 en el Eurobasket de 2009 (57 a Serbia y 84 a Gran Bretaña) y un mínimo de 135 puntos en Río 2016 (70 a Croacia y 65 a Brasil). No cabe duda de que las prestaciones vistas hasta el momento en 2017 son, de largo, muy superiores.
Sólo hay que revisar las medias de puntos de nuestros jugadores: hasta cuatro de ellos superan las dobles cifras anotadoras por ahora. La palma se la lleva un Pau Gasol cuyo concurso sigue resultando excelso con la camiseta nacional. Promedia 18 puntos por encuentro después de anotar 10 frente a Montenegro y 26 con los checos delante. Le siguen Willy Hernangómez con un promedio de 13,5 puntos (18 y 9), Ricky Rubio con 12 (7 y 17) y Juancho Hernangómez con 10 (13 y 7).
Con dos primeras partes especialmente arrolladoras en la canasta rival (51 y 56 puntos respectivamente), ilusiona y mucho la aportación del banquillo en estos compases iniciales de Europeo. No sólo por las buenas prestaciones ya reseñadas de los hermanos Hernangómez, sino por la actuación de la totalidad de los suplentes: lograron 56 puntos ante Montenegro y 33 contra República Checa. Los guarismos en la zona no se quedan atrás: 36 puntos procedentes de la pintura en el primer encuentro y 46 en el segundo.
La defensa, clave de todo
“Creo que sigue siendo nuestra aguja de la balanza que puede hacer pesar más el plato del éxito que el del fracaso. Es donde debemos emplearnos más a fondo. Tenemos un grupo de jugadores de talento, pero hay que entender que el talento hay que usarlo en las dos partes del campo. Es necesario que podamos alcanzar un punto de eficiencia defensiva alto para poder resguardarnos un poco las espaldas en los momentos de escasa anotación. En esos momentos, la defensa nos tiene que soportar”. Scariolo no pudo estar más atinado antes de empezar el campeonato.
Detrás, la actividad de sus jugadores también es la mejor en un inicio de torneo desde que dirige a España: tan sólo 116 puntos encajados (60 para Montenegro y 56 para República Checa). Las primeras partes también han sido letales para el rival en este sentido: 29 y 23 puntos en contra respectivamente.
Al igual que en la parcela ofensiva, distancia considerable con el mejor registro defensivo anterior tras dos partidos de campeonato: los 138 puntos encajados de Río 2016 (72 de Croacia y 66 de Brasil). Por detrás, y subiendo, los 142 de 2009 (66 de Serbia y 76 de Gran Bretaña), los 151 de 2011 (78 de Polonia y 73 de Portugal) y 2012 (81 de China y 70 de Australia), los 156 de 2010 (72 de Francia y 84 de Nueva Zelanda) y los 157 de 2015 (80 de Serbia y 77 de Turquía).
Ha habido dos estrellas especialmente perjudicadas por la intensidad defensiva que España ha esgrimido en lo que va de Eurobasket: Nikola Vucevic y Tomas Satoransky. El primero, a pesar de ser uno de los referentes de Montenegro el viernes, fue intrascendente durante buena parte del duelo: sus 16 puntos y siete rebotes finales engañan. Más sangrante resultó el caso del base checo, que acabó con ocho puntos, cinco rebotes y cinco asistencias el sábado. La estadística de tiro de ambos deja a las claras el buen marcaje que sufrieron: 7/19 de Vucevic por 3/12 de Satoransky.
Otro dato que habla muy bien de la actividad de España atrás es la gestión de las faltas, ya que los hombres de Scariolo han hecho poquísimas hasta ahora: 14 contra Montenegro y 10 ante los checos. Y qué decir de los rebotes: 40 en el primer partido y 50 en el segundo. Hasta los robos han sido vitales, aunque más en el debut (12) que contra los checos (cuatro). No hay más que ver los puntos españoles tras pérdidas: 21 y 13 respectivamente.
En definitiva, la selección está haciendo de todo, y muy bien, en el que, por sensaciones, quizá también sea su inicio de campeonato más notorio de los últimos tiempos. La comunión entre veteranos y jóvenes es inmejorable, pero lo más importante es que se están maximizando los aciertos y minimizando los errores. Y, por eso, todo va como la seda. Mucho más allá de la frialdad numérica.
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