“Ha sido una sorpresa. Cuando lo vi en Twitter, creía que era una broma”. El mismísimo entrenador del Club Melilla Baloncesto, Alejandro Alcoba, se hace eco del asombro general ante el segundo intento de ascenso a la ACB del club en dos meses. “No recuerdo que haya pasado nunca en los últimos años”, reconoce uno de los jugadores más emblemáticos de la plantilla, Héctor Manzano. La nueva oferta de la máxima categoría del baloncesto español al conjunto español llega tras dos renuncias: a la permanencia (Gipuzkoa Basket) y al propio ascenso (Palencia). Ha generado sensaciones y opiniones divididas, que no hallan término medio entre el optimismo y el pesimismo mientras se trabaja a contrarreloj en busca de una decisión. La que determinará la permanencia en la LEB Oro o el aterrizaje en la Liga Endesa en cuanto este viernes 29 de julio aparezca en el calendario.
Desde la directiva melillense, las perspectivas apuntan a una nueva temporada sin ascendidos en la ACB. “La oferta nos ha llegado sin margen. Hacer unos deberes económicos importantes en 10 días como máximo es muy complicado”, apunta el presidente del club, Jaime Auday, a EL ESPAÑOL. El Melilla se encuentra con dos muros de considerable altura que superar en cuanto al desembolso económico para ascender: el canon de acceso a la Liga Endesa y el fondo de ascensos y descensos.
La segunda cantidad (1.564.697,71 euros) es la que más preocupa a los dirigentes del equipo. “Es un requisito fundamental, y eso es lo que hay que mirar con más urgencia”, afirma Auday. Para conseguir ese dinero, el Melilla llevará a cabo unas negociaciones decisivas con el Gobierno de la Ciudad Autónoma, principal sustento del baloncesto de élite melillense.
“Lo importante sería que pudiese pagar el fondo de ascensos y descensos para empezar a trabajar para poder estar en la ACB. Si por parte del Gobierno no hay una viabilidad económica para estar con cierta solvencia en esa liga, desde luego que no va a dar el paso importante”, aclara el presidente del club.
Al margen de la cuestión económica, el aspecto deportivo parece ser un reto a la altura del Melilla. “Estamos preparados para competir con los jugadores que hemos fichado más cuatro o cinco refuerzos. No creo que tengamos problemas en ese sentido”, opina Auday. Según el dirigente, el proyecto sería “factible” según los cálculos que se manejan en la entidad en materia de recaudación, entradas o patrocinio.
El técnico, Alejandro Alcoba, es de la misma opinión en el terreno propiamente baloncestístico. “Haría falta fichar a gente contrastada de la categoría, pero tampoco movería mucho lo que tengo fichado para LEB Oro. Creo que son jugadores válidos”, cuenta a este diario. Eso sí, reclama el apoyo de “alguna empresa privada nacional o internacional” como patrocinador. “Si no, sí que va a ser imposible”, añade.
Ilusión y cautela
El entrenador melillense ve el ascenso “mucho más viable” que en junio, cuando su plantilla lo logró en la pista al ganar los playoffs de ascenso de la LEB Oro. Eso sí, “siempre y cuando haya una negociación y la ACB ceda en algunos de los puntos que nos ha propuesto”. Él ha sido el principal portavoz del club ante los jugadores que ya militaban en el equipo y los recién llegados.
“Muchos me han llamado entre preocupados e ilusionados. Les transmito ilusión por poder competir en la máxima categoría y tranquilidad, porque todavía no se sabe lo que va a pasar y no ascender tampoco tiene que ser una desilusión que nos haga afrontar la LEB Oro con falta de motivación”, reconoce.
De esa misma prudencia hace gala el hasta ahora segundo capitán del Melilla, Héctor Manzano, recién renovado y que cumplirá su quinta temporada en la Ciudad Autónoma. Él ya jugó en la máxima categoría (Granada en varias etapas, Obradoiro y Valladolid), de ahí que para él no sea “una prioridad” regresar a la ACB. “Me gustaría sobre todo por la ciudad, los aficionados y los empleados del club, que llevan muchos años trabajando duro para conseguir una oportunidad así”, se sincera con este periódico.
No obstante, Manzano prefiere ser cauto al respecto de un hipotético ascenso. “Si viene algo superior, será una gran noticia. Si no, era un poco lo que esperábamos y firmamos cuando renovamos el contrato. En mi caso, tengo la mente en que se va a jugar en LEB Oro”, dice a unas horas de que haya una decisión en firme al respecto.
El futuro
Si el Melilla no logra el ascenso soñado, volverá a la realidad que le ha acompañado desde su fundación en 1991: la segunda categoría del baloncesto español. Una realidad, sin embargo, que debe cambiar.
“Ya llevamos arrastrando varios años el hecho de que un equipo suba por méritos deportivos y después no ascienda por la barrera económica importante que hay. Queremos, por el bien del baloncesto, que haya una comunicación total entre ACB y FEB. Años atrás, han hablado poco o no lo suficiente. Tienen que reunirse más a menudo y concretar este tipo de problemas”, recalca el presidente, Jaime Auday.
“Hay que mirar más por los clubes y los jugadores, hacer una situación de trabajo mucho más estable para todos”, se plantea Alcoba desde el cuerpo técnico melillense. Él ve “muy difícil” que se lleve a cabo el ascenso en diferido del club en el curso 2017-2018, aunque la Asamblea de la ACB lo ratificase. “Tienen que aprobarlo todos los clubes de la LEB Oro y en las redes sociales ya se ha visto que esto no es viable. Lo siguiente sería ganar el ascenso deportivamente en la pista este curso y ver si es verdad que las exigencias de la ACB y el canon van a bajar”, expone.
Quien alza la voz con más rotundidad es Héctor Manzano, en representación de los jugadores. “Sería bueno que equipos de la LEB Oro pudieran subir y bajar de la ACB para que fuera una liga un poco más atractiva y para que los jugadores tengamos esa motivación de saber que, si se consigue el ascenso en la pista, el club, la ciudad y los jugadores lo pueden disfrutar al año siguiente". También considera que el hecho de que "cualquier liga seria sea impar queda un poco desangelado para el espectador y el seguimiento de la competición”.
Aun así, el propio Manzano deja claro que “el mundo no se acaba si volvemos a jugar en LEB Oro”. ¿Que habría cierto desánimo? Sí, pero esta situación forma parte de la normalidad desde hace años.
“El Ourense tenía el canon pagado y ni así ha podido consumar el ascenso. El Breogán también lo tiene pagado y lleva años intentando dar el salto, porque se supone que está preparado para ascender. El resto de equipos compiten y las aficiones están resignadas a lo que pasa en el baloncesto actual. Disfrutan del día a día más allá de que se pueda ascender o no. Por esas aficiones y esos clubes que transmiten ilusión aun sabiendo que es muy difícil ascender, se intenta que la liga sea lo más competitiva y divertida posible”, se resigna el ala-pívot catalán.
Pase lo que pase, el Melilla seguirá buscando su sitio en la élite de la canasta española. Ya sea en unas horas, unos meses o unos años. “Hemos luchado antes, lucharemos después y lucharemos siempre por estar en la ACB”, sentencia su presidente.
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