Cuánto se tiene que estar acordando ahora Froome de la infausta –para él- etapa de Formigal. Porque antes de aquel día, el británico estaba a menos de un minuto de Nairo Quintana, y sabía que la contrarreloj de Calpe era propicia para hacer precisamente lo que ha hecho: meterle una distancia que en otras circunstancias habría valido para dejar la Vuelta encarrilada a su favor. Pero en este caso, se tendrá que conformar con haberle devuelto prácticamente todo lo que el colombiano le sacó en aquella corta pero determinante jornada. [Así te hemos contado la decimonovena etapa].
Lo cierto es que Froome ha hecho un etapón, ganando magistralmente en el puerto –marítimo, que no de montaña- alicantino de Calpe. No sólo por lo que le ha metido a su máximo rival, sino también porque ha ganado siendo el único en bajar de 47 minutos en los 37 kilómetros que separaban Calpe de Jávea. Nairo ha cedido 2’16”, “más de lo que esperaba” según el propio corredor, que este jueves en rueda de prensa aseguraba que sus expectativas eran quedarse en torno al minuto de pérdida. [Así está la clasificación general]
Ahora las distancias son mucho más cortas, porque entre el de Movistar y el de Sky hay 81 segundos de diferencia. En teoría es difícil que Froome le descuente todo eso a Quintana en un terreno mucho más favorable para el colombiano como es la subida a Aitana. La etapa es muy seria, con hasta cuatro puertos previos y muy pocos metros llanos: “Con esta distancia, el estado en el que se encuentra Nairo y el equipo que tenemos, no debería haber problemas”, ha dicho Alejandro Valverde, que se encontraba mucho más tranquilo que su propio jefe de filas tras la contrarreloj.
Evidentemente, Froome promete batalla. Espoleado por el resultado de este viernes, tiene claro que piensa pelear la Vuelta “hasta el final”. El británico siempre ha destacado por ser un ciclista duro, aunque salvo el día de Peña Cabarga nunca ha sido superior a Nairo en la montaña de esta carrera: “Froome hoy ha volado. Nosotros hemos podido defender bien, los datos que teníamos durante la crono eran los de un buen rendimiento. No podemos pedir más a lo de hoy pero mis piernas son buenas”, ha dicho por su parte el colombiano que sabe que el día malo para él ya ha pasado.
También ha habido cambios en la lucha por el tercer puesto del podio, porque Alberto Contador se ha puesto tercero tras sacarle más de un minuto a Esteban Chaves. Ahora, lo mismo que en Formigal el madrileño fue parte activa para darle un vuelco a la carrera, los Orica lo serán para regresar al podio. Por el momento, Contador siempre ha dicho que no se conforma con el ‘cajón’ y que su único objetivo es ganar esta Vuelta, de lo que se infiere que morirá matando: “No tengo el podio como meta. La carrera está abierta y yo lo voy a intentar de nuevo”. Veremos qué ocurre con esos actores secundarios. Sin embargo, la etapa de Aitana no es como Formigal: son más de 190 kilómetros con un último puerto que tiene entidad para destrozar la carrera por sí mismo, así que una fuga táctica parece más verosímil que un ataque a lo loco desde el principio.
En realidad, mañana habrá muchas peleas. Una por la Vuelta, otra por el podio y otra más por los puestos de honor. Porque Yates, tras un mal día, se ha caído de la lucha por el cajón e incluso Talansky está ahora por delante de él. Más abajo, el Top10 también está apretado y los corredores que lo integran se mueven en apenas segundos de diferencia. El que no estará entre esos lugares de privilegio de la general será Samuel Sánchez, que sufrió una durísima caída y hasta su propio director Valerio Piva ha confirmado los peores temores: “Se ha caído a siete kilómetros de meta en una curva. No creo que siga”, ha expresado.
Así que el duelo a dos se resolverá en las rampas del Alto de Aitana. La ventaja de Nairo sobre Froome es de 1’21”, y la de Contador con Chaves es de 1’11”. La carrera sigue viva, y mientras Sky afila armas Movistar se conjura para una defensa del maillot rojo. Esta es la última batalla y, por tanto, la que de verdad cuenta.