Marcelo comentó sobre la derrota ante el Girona, en la rueda de prensa previa al partido ante el Tottenham, que “hay veces que te relajas un poco” y que estar mejor en Champions era porque "quizá es mayor la motivación de cada jugador". Esas afirmaciones de un peso pesado del vestuario dejó dos lecturas: una preocupante, que era como un segundo capitán del Real Madrid reconocía que la ambición podía estar cayendo, pero otra más positiva, analizando de que el problema estaba controlado. "No es para volverse loco", añadió el brasileño. Su discurso fue desmentido un día después.
El Madrid manchó este miércoles su imagen cayendo en Wembley y sufriendo su peor derrota de la era Zidane. El Tottenham, al que Pochettino ha convertido en un equipo competitivo, fiable y brillante, pasó por encima de los blancos de una manera contundente. Parecía que jugaban a otra cosa. El Madrid no ensució su camino por la derrota, que en el fútbol siempre puede pasar, sino por la forma en la que lo hizo. Se vio a un Madrid agotado física y mentalmente, atascado, ahogado y sin ideas y con falta de ambición. A este Madrid al que a menudo le salva el corazón ante la ausencia de cabeza le faltó todo en Londres.
Sin que la situación del Madrid sea dramática (no está como el Atlético, los de Zidane pasarán a octavos sin problemas y salvo sorpresa como segundos de grupo), el inicio de temporada, primero en el alambre y ahora ya atrapado en el, ha dejado ver algunos errores instaurados desde hace unos meses. Un equipo cansado también de ganar, que la temporada pasada vivió su mejor año y que quizá quiera vivir de esa renta.
Y eso en el fútbol te condena. Lo conseguido hace cinco meses en Cardiff ya es pasado, el mismo pasado que el de hace 15 años cuando se ganó la Novena. Ser campeón de Europa no te hace ganar automáticamente. La competencia cada vez es mayor y más este año, cuando han irrumpido equipos que el año pasado no estaban (Valencia en Liga, Tottenham, Manchester City, United o PSG en Champions).
Gol: la 'pegada' es necesaria
Al Madrid le falta gol. Y mucho. En verano se fueron Morata (que había metido 20) y Mariano (cinco y ahora en el Lyon). A los dos los sustituyó Borja Mayoral, un prometedor canterano que había sido suplente el ultimo año en el Wolfsburgo, al que fue cedido. Unida a la larga sanción inicial de Cristiano, los fallos de Benzema en jugadas clave o las lesiones de Bale, el ataque del Madrid ha quedado desdibujado. La pegada, que es el concepto que define la facilidad con la que marcar goles (relación disparo-gol) ha sido arrasada.
Ese es el principal cambio a realizar. El Madrid no puede fallar tanto. Ha llegado a tener partidos en los que ha marcado un gol creando 20 ocasiones. El peligro lo crea, por lo que ahí no está el problema, sino en la materialización de esos remates. El Madrid ha marcado 36 goles esta temporada (18 partidos). A estas alturas, el año pasado, llevaba 56 tantos. Es decir, los blancos han perdido 20 goles respecto al mismo tramo de la pasada temporada.
Una planificación ¿equivocada?
No son solo los nombres que hacen falta sino situaciones. El Madrid crea mucho peligro, tiene bastantes ocasiones, pero no define. Ante el Tottenham otros no lo hubieran arreglado, pero encuentros como Valencia, Levante, Betis o Girona (donde el Real Madrid se ha dejado 10 puntos) los resolvió el año pasado Morata. En este Cristiano, excepto en Dortmund, no ha aparecido. Benzema tampoco. Mayoral mostró cosas en Anoeta y ya. Cuando había ocasiones de necesidad imperiosa de gol, en el Madrid no apareció nadie.
Eso lleva a otra clave. ¿Ha habido una mala planificación? Fue uno de los temas más debatidos en pretemporada. Se fueron tres hombres de ataque (Morata, James y Mariano) y solo llegó uno, Ceballos, que sería el heredero del colombiano, es decir, la posición de las tres más lejana a portería. Ante la pérdida del gol que se iba con Morata y Mariano no se trajo a ningún delantero y se prefirió creer en Benzema, que ya era sabido que lo que más le faltaba era gol.
Cristiano, además, señaló otro error en Wembley: "Pepe, James o Morata nos hacían más fuertes. Los chicos son el futuro, pero son jóvenes y se nota la experiencia", comentó el portugués tras el partido. El mensaje se entiende perfectamente. Se perdió experiencia.
Jugadores en su peor momento en años
Hay futbolistas que están mostrando su peor versión desde que llegaron a Madrid. Por ejemplo, Modric. No es casual que el equipo de Zidane sufra esta crisis en el momento en el que peor está su cerebro. “Es un problema de fútbol”, reconocía el croata, que descartaba otra razón. Cuando baja su nivel Luka, el Madrid pierde el orden. Una explicación podría ser la decisiva repesca de acceso al Mundial que Croacia tiene en una semana ante Grecia. Modric ha podido poner la vista ahí, donde se juega el prestigio de estar en Rusia.
Marcelo también está viviendo sus horas más bajas, totalmente superado en banda y perdiendo en los últimos encuentros esa ‘chispa’ que tanto le caracteriza. Perdió 29 balones ante el Tottenham, una cifra altísima. Kroos, lejos de su nivel, Asensio, ausente desde su renovación, Benzema, raquítico en el campo, o Casilla, inseguro en portería, son otros de los jugadores que han desentonado en los últimos días.
Recuperar al jugador número 12 (y al 13 y al 14)
En un Madrid cuyo reparto de minutos el año pasado fue esencial para el triunfo final y que tenía dos equipos (A y B), esta temporada ha perdido al jugador número 12. Desde el banquillo no ha salido todavía una alternativa que arreglara lo que ya había dentro. Lucas Vázquez, al que Zidane saca continuamente como revulsivo, también está en su peor momento en años. Entre los suplentes no hay alguien que mejore los errores de sus compañeros.
Todo eso hay que sumarlo a las lesiones sufridas, aunque el año pasado a estas alturas también se tenía una situación similar. Tres titulares actualmente están fuera: Keylor Navas, que estaba bien y cuyo relevo ha ido a peor; Carvajal, que aunque Achraf no haya estado mal su ausencia se hace cada vez más alargada; y Bale, que a pesar de sus problemas es un jugador que aparece en momentos difíciles. También está fuera Kovacic, un jugador que con esta lesión se ha demostrado que era más importante de lo que se creía.
El librillo de Zidane
Zidane, además, se ha equivocado en varias decisiones, tardando en mover fichas en algunas ocasiones o moviéndolas mal cuando se atrevió a hacerlo. En algunos partidos se le ha visto tocado, con cambios raros, como si estuviera improvisando. También ahora aprenderá como entrenador y se seguirá juzgando su valía como tal, porque no ha estado en otra situación peor que la actual.
Ante un librillo que ya no funciona, hay que inventar otro. Los grandes equipos fueron cayendo por no cambiar a tiempo. La España de Del Bosque, el mejor ejemplo. A tiempo está Zidane de no acabar como 'La Roja' y evitar el descalabro. Para eso se requiere encajar las piezas mejor de lo que están ahora y/o cambiar el esquema en función de las necesidades, partiendo de la base de que los rivales ya conocen más al Madrid.
¿Sigue siendo tan necesaria la figura de Benzema como complementario a Cristiano? ¿No debería ir el portugués a la figura de '9' definitivamente? ¿Es sólido el Madrid cuando a veces, como la segunda parte ante el Tottenham, juega con tres centrales (Casemiro uno de ellos) y dos carrileros?
La ambición perdida
Al Madrid se le ve sin ganas de ganar. A diferencia del Barcelona de Guardiola, que ganó todo y siguió con la barriga vacía, a los blancos parece que ya se han dado por satisfechos. Se ha perdido la ambición que existía el año pasado, donde estaba el reto de ganar al fin la Liga después de cuatro años sin conseguirla y de hacer historia siendo el primero en ganar dos veces la Champions. Una vez con ambos trofeos en las vitrinas, ¿qué queda? Seguir ganando sería la respuesta que debería estar instaurada en cada cabeza.
Recuperar la actitud
Algunos jugadores no han tenido actitud en los últimos partidos y eso sí es una crisis... de valores. La confianza entre unos y otros ya no es la misma y hay momentos en los que se ha visto a un Madrid sin alma. La segunda parte en Girona es un buen ejemplo, con jugadores andando e incapaces de crear peligro ante un rival menor y ante un resultado adverso. A este equipo mucha veces le salvó la rabia y el orgullo. En este tramo no ha tenido nada de eso.
Error también sería describir al actual Madrid como un equipo en ruina. Al contrario, si hay un equipo que resurge y al que las crisis, dentro de lo que cabe, les vienen bien es al Madrid. Con el orgullo herido es más peligroso que viviendo desde la tranquilidad. No le den por vencido, aunque esté ahora en horas bajas.
Noticias relacionadas
- Be Italian, Zizou
- Madrid o el derrumbe de la capital del fútbol mundial
- Axel Torres se desmaya en directo: "Me estoy mareando mucho"
- Tottenham - Real Madrid, en imágenes la Champions League
- El Real Madrid toca fondo en Wembley: goleado por el Tottenham en Champions
- El árbitro perjudica al Madrid: el gol de Dele Alli, en fuera de juego
- ¿Y si el problema del Real Madrid es que tiene la barriga llena?