Griezmann y Llorente celebran el primer tanto del Atlético ante el Leipzig.

Griezmann y Llorente celebran el primer tanto del Atlético ante el Leipzig. REUTERS.

Fútbol ATLÉTICO 2-1 LEIPZIG

Un Atlético de doble cara tumba a un rocoso Leipzig e inicia la nueva Champions con victoria

El gol de Griezmann neutraliza el tanto inicial de Sesko y aplaca el ímpetu alemán. El de Giménez, en el tramo final, sella la remontada de los de Simeone.

19 septiembre, 2024 22:57

En el Metropolitano estuvo cerca de vivirse un déjà vu. El de Dortmund, cuando el Atlético claudicó y cayó eliminado en su último partido europeo hasta la fecha. Seis meses después, desprecintó la nueva Champions del mismo modo que cerró la antigua, con un equipo alemán delante y un gol abajo a las primeras de cambio. Aunque en esta ocasión, el desenlace fue distinto. Griezmann primero y Giménez sobre la bocina revirtieron la situación. [Así hemos vivido la victoria del Atlético].

Cuando se consigue algo a través de la vía del sufrimiento, sabe mejor. Ese fue el camino elegido por el Atlético de Madrid ante el Leipzig. Un sendero que arrancó sinuoso, con curvas demasiado pronunciadas. El partido fue cogiendo ritmo hasta convertirse en un ida y vuelta en los primeros minutos. Parecía el tramo final del partido, pero no se habían cumplido ni cinco minutos cuando Openda fusiló a Oblak, que sacó una mano milagrosa, y Sesko recogía el rechace para adelantar a su equipo.

Mala transición defensiva rojiblanca, peor presentación a un balón suelto. De pronto, los de Simeone se hundían en un mar inundado de imprecisiones y mala ocupación de los espacios. Con un peso, el tanto de Sesko, atado en el tobillo. Lastre que hizo crecer la incertidumbre. Giménez dudaba si mantener la posición o subir la línea.

Misma zozobra sentía Reinildo, a medio camino entre defender y atacar. La tormenta se desataba en Madrid. El Leipzig, con mejor puesta en escena, muy cómodo sobre el terreno de juego. Con Vermeeren, exrojiblanco, compartiendo la sala de máquinas con un omnipresente Haidara. El belga dejó una actuación de buenas prestaciones. Una hora de función en el Metropolitano, donde ya ha sido titular con el Leipzig las mismas veces que con el Atlético.

Tiempo del que nunca gozó con la camiseta rojiblanca porque ya saben, cuando con Simeone es no, es no. El compañero de Vermeeren en la medular, Haidara, jugaba con cuatro pulmones. Se intentaba estirar el Atlético, con más problemas en la salida de balón que un niño de primaria en clase de matemáticas. Los rojiblancos se veían en un espejo del pasado.

Griezmann y Koke celebran el gol del Atlético.

Griezmann y Koke celebran el gol del Atlético. EFE.

El Leipzig exhibía las cualidades que encumbraron a los mejores equipos de Simeone. Organización atrás y mordiente arriba. Dos patrones tan clásicos como efectivos. Comenzaron a tambalearse con la actuación de Correa. Microondas de rápido funcionamiento cuando actúa de revulsivo, fue el primer rojiblanco entrar en calor. Comenzó el Atlético a llegar ante Gulacsi

La más clara, la tuvo el argentino, pero la tecnología le negó el gol. Su remate se paseó por la línea de gol sin que la pulsera le pitara al árbitro. Comenza a hundirse atrás toda la fortaleza alemana arriba una vez pasado el agobio colchonero. Los de Simeone empezaron a llegar con facilidad, abrazados a sus jugadores habilidosos. Llorente dejaba la marca de los neumáticos en cada galopada. 

Éxtasis final

Correa danzaba sobre una baldosa y Griezmann daba sentido a todo lo anterior. Fue en una de esas arrancadas por la autopista Llorente desde donde llegó el empate. Marcos centro de primeras y Antoine, según le venía fusiló a Gulacsi con la pierna menos buena y restituyó las tablas. Se tomaba un respiro el Leipzig que pasaba a ser el agobiado en lugar de agobiante. 

Y como lo único que pasaba era el tiempo, Simeone agitó el avispero en busca de alguna picadura. Su equipo todavía hacía la digestión de los últimos cambios cuando Griezmann centró, Giménez remató y el Metropolitano estalló. Remontada sobre la bocina. Triunfo con goles de los de siempre, para los que no pasan los formatos. El Atlético aplaca con dos paraguazos la tormenta desatada por el Leipzig.