Hannes Thor Halldorsson es un completo desconocido. Lleva toda su vida jugando al fútbol, tiene 34 años y su nombre no ha trascendido en demasía. Su vida la ha pasado con total normalidad, en el anonimato. Nunca le han gustado los focos. Por eso, quizás, optó por la portería, por un lugar alejado del estrellato. Sin embargo, este sábado, su nombre ha resonado en los altavoces del mundo entero y ha retumbado en los oídos de Messi. El guardameta islandés fue el encargado de pararle el penalti al astro argentino en la segunda parte. Fue el principal responsable de que Islandia sacase un punto en el primer partido de su historia en el Mundial (1-1).
“Hice mis deberes”, reconocía, entre risas, al acabar el encuentro. “Sabía que podía ocurrir, pero pasó. Estudié a Messi. Intenté entrar en su cabeza, tenía un pensamiento de que podía ir por ahí”. Y acertó. Argentina se había adelantado primero con un tanto del Kun Agüero en la primera mitad, pero también vio cómo Finnbogason empataba el partido antes del descanso. Posteriormente, en la segunda parte, Leo tuvo en sus botas darle la victoria a la albiceleste. Cogió la pelota, se dirigió al punto de penalti… y entonces apareció Halldorsson para detener la pena máxima, levantar los brazos y ser designado mejor jugador del partido (MVP).
Ese momento de gloria, sin embargo, ha llegado por casualidad. Halldorsson nunca se imaginó que fuera a ser profesional. Ni siquiera que fuera a llegar a la élite. Y, obviamente, nunca vislumbró el momento en el que tuviera la oportunidad de jugar un Mundial o le parase un penalti a Leo Messi. Lo suyo es una historia de imposibles. Hace años, no lo querían ni los equipos de Tercera división. “Era muy malo”, decían. Sin embargo, un día faltó un portero y lo llamaron. Compareció, les gustó y se quedó.
Ese fue el inicio de una carrera que desde entonces no ha parado de subir escalones. Halldorsson empezó a compatibilizar su puesto como productor de vídeos musicales con los partidos del fin de semana. Y así consiguió avanzar. Desde entonces, ha jugado en hasta once clubes y ha sido subcampeón de la Copa de China. Y, además, lo ha compatibilizado con su profesión como director de cine, la que actualmente le da de comer: “Gano más con eso que como jugador de fútbol”, ha reconocido antes del Mundial.
Es más, durante este tiempo, ha producido el spot oficial de Islandia para el Mundial de Rusia –su título es “Juntos”–y ha superado infinidad de dificultades, como cuando en 2004 se cortó un dedo de la mano izquierda mientras intentaba mantener el equilibrio durante una grabación. “Llegué a ver el hueso y los tendones”, declaró a Bleacher Report. Pero eso no le frenó y este sábado llegó su momento de gloria. Messi a un lado; él al otro. Un disparo, una atajada y un momento para guardar en su memoria de por vida. Quizás, la parada que puede apear a Argentina de los octavos de final.
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