Pocos de los asistentes daban crédito en Anfield instantes antes de que sonase el pitido final. Algunos jugadores, tanto del Liverpool como del Crystal Palace, deambulaban por el terreno de juego, desnortados, como si el parido hubiese acabado. Como si el fútbol, aún de cuerpo presente sobre el césped, hubiese muerto de un infarto. Ni siquiera el árbitro o los asistentes trataron de insistir en que prosiguiese el juego. Tras unos instantes de incredulidad, una súbita certidumbre se apoderó de todos los presentes, que rompieron en una ovación cerrada. Aquel 16 de mayo de 2015, tras 17 años, Steven Gerrard dejaba el Liverpool.
Un anuncio que medio año atrás había conmocionado a la hinchada 'red'. Una realidad que, como sucede tantas veces con aquello que se ama de corazón, uno se niega a reconocer hasta que no ha pasado un tiempo prudencial para asimilarlo. "Es un sentimiento muy extraño. He estado temiendo este momento. Voy a extrañar mucho Anfield. He amado cada minuto. Estoy absolutamente devastado... No voy a volver a jugar de nuevo frente a estos aficionados”, reconocía Gerrard tras el partido, ante una horda de compañeros y aficionados ataviados religiosamente con una camiseta del Liverpool con el '8' a la espalda.
Año y medio más tarde, Gerrard cuelga definitivamente las botas a los 36 años, justo cuando desde Inglaterra se especulaba con su posible y añorado regreso a Anfield. Acababa de dejar Los Ángeles Galaxy, donde había competido en la MLS desde el verano de 2015. Aunque coincidió con estrellas como Ashley Cole o Gio dos Santos, no consiguió ningún título en EEUU, por lo que este jueves decidió dar por zanjada una más que dilatada carrera profesional.
Quizás también por ello, Gerrard dedica la mayor parte de su despedida del fútbol en activo al club de Anfield: "Estoy muy orgulloso de haber jugado más de 700 partidos con el Liverpool, muchos como capitán, y de haber ayudado al club a conseguir grandes éxitos, ninguno mayor que aquella noche en Estambul".
Benítez y el 'Milagro de Estambul'
En su palmarés acumula tres Copas de la Liga, dos FA Cup, dos Community Shield, una Copa de la UEFA -ante el Alavés, en 2001-, dos Supercopas de Europa y una Champions League. Sin embargo, el recordado como 'Milagro de Estambul' es, sin duda, el partido por el que Gerrard y el Liverpool pasarán a la historia.
Con un 3-0 al descanso, el Milan tenía la final más que encarrilada. Un Kaká áureo bailaba a su gusto entre rivales, arrancando desde el centro del campo y plantándose en el área rival con facilidad pasmosa. El gol en el primer minuto del partido de Paolo Maldini y los dos tantos de Hernán Crespo habían derruido el buen esquema defensivo que había planteado Rafa Benítez y que tan buenos resultados le había dado durante la temporada.
"Estaba tomando notas cuando acababa el primer tiempo. Tenía que dar la charla en inglés y se iban a perder muchos matices. Mientras lo preparaba, nos metieron el tercero, así que tuve que cambiarlo todo en unos segundos. Les dije que dieran la cara por los aficionados, apelé a su profesionalidad y les señalé que si marcábamos pronto lo podíamos lograr. Luego he visto en vídeo cómo cantaba nuestra gente al descanso y era algo impresionante", aseguraba Benítez en 2010, recordando la gesta de Estambul.
Espoleados por el 'You'll never walk alone' que ensordecía el estadio, en apenas seis minutos, Gerrard, Smicer y Xabi Alonso daban la vuelta al partido. Una remontada imposible que pudo resultar estéril si no llega a ser por las intervenciones bajo palos del exmadridista Jerzy Dudek. Tras 120 minutos de vértigo, el meta polaco paró el penalti de Andriy Shevchenko en la tanda final. El capitán Gerrard, artífice de la remontada marcando un gol y provocando el penalti que marcó Xabi Alonso, levantaba la que hasta la fecha es una de las Champions League más memorables de la historia.
Una leyenda del Liverpool
Con 710 partidos como jugador 'red' -el tercero que más veces vistió la camiseta del Liverpool, sólo por detrás de Ian Callaghan (857) y Jamie Carragher (737)-, Gerrard se ha ganado a pulso el estatus de leyenda en Anfield. No sólo por el tiempo que pasó en el club, sino por su carácter sobrio y templado, el cual le hizo ganarse tanto la capitanía como el respeto de compañeros y rivales.
Anotó nada menos que 186 goles con el Liverpool. Una cifra considerable para un 'todocampista' que cubrió todas las posiciones sobre el campo, en función de las necesidades del equipo. Desde la mediapunta hasta de pivote defensivo, pasando por etapas en las que actuó como volante -principalmente por la derecha-, Gerrard poseía la envidiable cualidad de cubrir vastos espacios en el terreno de juego sin ser un portento físico. Una capacidad que le permitía llegar desde segunda línea y exhibir su potente y certero disparo.
Aquel 16 de mayo de 2015, Gerrard no marcó. El Liverpool cayó en casa por 1-3, cuando apuraba sus opciones de alcanzar el cuarto puesto que le permitiese disputar la Champions League de la temporada siguiente. Pero ni lo uno ni lo otro importó demasiado en Anfield, que volvió a entonar el 'You'll never walk alone' una vez más. Como en Estambul. O como el día en que Steven Gerrard dejó escapar la primera Premier en 25 años al resbalarse ante el Chelsea cuando ambos se jugaban el liderato en 2014.
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