El Atlético, se comentaba en la previa, lo tenía todo en contra. Ya saben, que si nunca había ganado en el Camp Nou, que si no le tenía tomada la medida al Barça, que si le habían expulsado a alguien en otras ocasiones… Sin embargo, todo eso acabó poniéndose a su favor. Messi y Busquets se lesionaron, el conjunto rojiblanco llegó a empatar el partido y tuvo, durante un rato, al Barcelona a tiro. Pero, de nuevo, se tuvo que ir de la Ciudad Condal sin conseguir una victoria. El Cholo se tuvo que conformar, finalmente, con un empate que deja todo igual en Liga (1-1) tras el pinchazo del Madrid (1-1). Un punto, por cierto, que puede ser muy valioso de aquí a final de temporada [Resultado y estadísticas: 1-1]
Volvió el Atlético al Camp Nou, territorio inexpugnable, buscando su primera victoria en la Ciudad Condal. Se encerró en su campo e intentó sacar tajada a la contra. Sin embargo, su plan, bendito en las eliminatorias de Champions, no encontró sus frutos, una vez más, en Liga. El Barcelona, sin cambiar su estilo y con Iniesta departiendo una cátedra sobre el césped, tocó, tocó y tocó. Se emborrachó con el balón en los pies. Percutió por las bandas con claridad y creó ocasiones, a cargo de Messi, de Neymar y de Suárez -de todos- y, sobre todo, no dejó salir de la cueva al equipo de Simeone. Y así le fue bien.
Ante tal vendaval, el Atlético sólo pudo resistir y contemporizar. Pero se mostró incapaz de crear peligro en toda la primera mitad, con tan solo dos disparos de Carrasco como única aportación. Y ante ese panorama, el Barcelona sólo tuvo que apretar. Y lo hizo, precisamente, gracias a Iniesta. El manchego, al que ojalá se pudiese clonar por el bien del fútbol, le colocó un balón medido a Rakitic para que éste cabecera y marcara el primero antes del descanso. Es decir, el conjunto culé, que en ningún caso abandonó su idea de juego, se adelantó con un balón en largo, lo que pone de relevancia la cantidad de variantes que registra el equipo.
Sin embargo, al Atlético se le puso a favor todo en la segunda mitad. Primero con la lesión de Busquets y después con la de Messi. Y con ellos dos fuera del terreno de juego, llegó el gol. Apareció, como siempre, Torres. El ‘Niño’, recién salido del banquillo, se la puso a Correa -que sustituyó a Gameiro- y el argentino aprovechó un resbalón de Mascherano para batir a Ter Stegen. Pero ahí se diluyó la intentona. El Barcelona, repuesto tras esos minutos de locura, volvió a ser el del primer tiempo. Quizás, con poco acierto en los metros finales, pero, de nuevo, haciendo suyo el balón.
Sea como fuere, ambos pudieron darle la vuelta a la tortilla en los minutos finales. Jordi Alba, con un disparo, la mandó por encima de la portería de Oblak; y Godín, de cabeza, hizo lo propio para que se luciera Ter Stegen. Y fin de la historia. El Atlético se lleva un empate que puede dar por bueno en la quinta jornada. ¿Le servirá en el futuro? Eso ya es hablar de hipótesis. Y en el fútbol, como en la vida, es mejor centrarse en el presente antes que pensar en el futuro.
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