Valencia. Mestalla. El Madrid va a soñar con uno de los lugares en los que más sufre. El Valencia podrá estar bien o mal, más cerca de descenso que de puestos europeos, pero siempre que ve al Madrid en Mestalla se transforma. Ve a su mayor rival, al equipo en el que tantos años se comparó, al que le quitó dos Ligas este siglo (2002 y 2004) y también con el que claudicó en la final de Champions en el año 2000. [Narración y estadísticas: Valencia 2-1 Real Madrid]
El Valencia triste, incendiado y al borde de la ruina en gran parte de la temporada se convirtió en un Valencia imperioso, luchador y valiente. Ahogó al Madrid, le dejó sin ideas y le 'torturó' en unos diez minutos en los que los che parecían aquél equipo de inicios de siglo que asombró en Europa. Frente a ellos, un Madrid empequeñecido y débil que repitió derrota en Mestalla, como hace dos años, donde el Madrid de Ancelotti comenzó a hundirse. Hace uno también 'picó' el Madrid en la trampa del Valencia. Sacó entonces un empate que costó muy caro, echaron a Benítez, aunque a la larga fue bueno: llegó Zidane y ya saben lo que pasó.
La intensidad de los che, altísima en los primeros 20 minutos de partido, pilló en bragas al Madrid. O Zidane no se esperaba ese guión o no fue capaz de parar el tren valencianista. Tal fue el ritmo que puso el Valencia que hasta a su afición le cogió por sorpresa. Acostumbrados al sufrimiento toda la temporada, en diez minutos se encontraban ya con un 2-0 inimaginable hace semanas. Zaza, con un golazo descomunal, y Orellana, finalizando una perfecta contra, pusieron patas arriba el partido y la Liga. Ambos goleadores son fichajes de invierno del Valencia, por lo que si este partido se hubiera jugado en la fecha correspondiente (18 de diciembre, estaba aplazado por la participación del Madrid en el Mundial de Clubes), ni Zaza ni Orellana lo hubieran jugado.
El Madrid, después de mucho tiempo, se encontraba con una situación límite, atropellados por la mejor actuación del Valencia en todo el año y sin ideas. Espesísimos, los de Zidane intentaron controlar el encuentro a base de controlar el balón. Lo hicieron, pero se quedaron sin remate. Pararon el ímpetu del equipo local pero ellos seguían sin crear mucho peligro. Al Madrid solo le rescató Cristiano Ronaldo con un portentoso cabezazo cuando el descanso ya llegaba. Un perfecto centro de Marcelo le remató el portugués en este estadio de Mestalla en el que ya se conoce al Cristiano más goleador con remates de cabeza.
La segunda parte quedó para ver a un Madrid agónico, que controló el partido pero se quedó sin claras ocasiones, y a un Valencia peligrosísimo a la contra, aguantando con todo el resultado. Hubo mucha polémica, con dos penaltis pedidos por parte del Valencia, uno de Carvajal sobre Zaza y otro de Ramos sobre Munir, y otra pena máxima reclamada a Cristiano por parte de los visitantes. El ritmo, frenético por momentos, benefició al Valencia, que estudió a fondo cada movimiento de la segunda parte. Voro, ese salvador que la afición de Mestalla se debería plantear ponerle un busto en el estadio, supo anular todo lo que Zidane ofreció.
La Liga se aprieta de una manera que quizá el Madrid ni esperaba. De tener el torneo en su bolsillo, prácticamente sentenciado, con dos tendencias claramente diferenciada entre los blancos y el Barcelona, pasamos a una diferencia de un solo punto. Incluso el Sevilla está a tres. Eso sí, el Madrid sigue teniendo un partido pendiente, en Balaídos, pero visto este antecedente en Mestalla, bien tiene que estar pendiente el equipo de Zidane, que además le toca viajar a Villarreal este domingo, dentro de un mes a San Mamés, y más tarde, en abril, recibirá al Atlético y Barça.
Hay Liga. Claro que hay Liga. Y la hay gracias al mejor Valencia de la temporada, que se reconcilió con su hinchada de la mejor manera posible: ganando al Madrid.
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